Introducción El Siglo XVI corresponde con el periodo renacentista en España. Este movimiento empezó con anterioridad en Italia. Fue en el Siglo XVI cuando se instaura en España. Ese siglo se entiende como un “renacer”, un cambio político, social y cultural; ya que se da una serie de descubrimientos como la creación de la imprenta. Esta innovación permitirá la difusión y el enriquecimiento cultural. También, se da una reforma religiosa.
Se produce una división entre los cristianos y los protestantes.
2.
Carácterísticas del Renacimiento El Renacimiento supone: – Un cambio de mentalidad, pasamos del teocentrismo al antropocentrismo; es decir, el hombre se convierte en el centro del universo. -El mundo es un lugar de disfrute y belleza. -La naturaleza es representada de forma idealizada. -Todo recae en la lógica y en la razón. -Se recuperan los modelos de la cultura clásica grecolatina -Se retoma la influencia petrarquista; es decir, un amor idealizado, en el que se evidencia una relación de dominio y sumisión. -Predomina los versos endecasílabos -Se acogen nuevas estrofas métricas: a. Soneto: dos cuartetos y dos tercetos de versos endecasílabos y rima consonante.-pueden haber otras combinaciones-. B. Lira: cinco versos heptasílabos y endecasílabos. C. Octava real: ocho versos endecasílabos.
3. Temática Los principales temas del Renacimiento son:
1. Siguiendo la influencia de Petrarca, tratará principalmente el tema del amor: -Se trata de un amor verdadero y que presenta los diferentes estados de ánimo que sintió. -Se trata de un amor apasionado, a la vez que imposible. También, trata la naturaleza: destacara un paisaje idealizado, perfecto, un escenario perfecto que representa el “locus amoenus”. Y la Mitología: sirve a Garcilaso para proyectar sus sentimientos, para presentar sus propias vivencias amorosas. Por ejemplo, empleará el mito de Dafne y Apolo para reflejar el amor no correspondido. . Tópicos Los tópicos son temas que se repiten y que los autores incluirán en sus producciones, destacamos los siguientes:
‘el tiempo vuela’ –
lugar ameno, donde los elementos que aparecerán todo aquello que cause tranquilidad y belleza. –
disfruta el momento. Metafóricamente, se relaciona la primavera con la juventud y la nieve con la vejez, por la similitud con el color blanco.
-Beatus ille (“dichoso aquel”): Se alaba a la vida sencilla, tranquila, a la vida retirada en el campo.
descripción de la muchacha, cuyos rasgos físicos son cabello rubio, ojos claros, piel blanca, mejillas sonrosadas. En esta descripción suele aparecer, como elementos de la naturaleza, la rosa y la primavera, ya que esta flor es símbolo de perfección.
4. Autores Destacamos a Garcilaso de la Vega, que será el que renueve la métrica y los temas renacentistas. Fue militar y hombre de letras. Estuvo enamorado de Isabel Freyre, un amor no correspondido y trágico. Asimismo, se convirtió en un modelo para todos los renacentistas. De este modo, Será el primero que introduzca en España el verso italiano; es decir, el SONETOS. También, empelará la lira y la octava real. Este autor destaca por sus sonetos y sus églogas. La égloga es una historia protagonizada por pastores que representan su amor. Durante la producción de las Églogas se produce la muerte de Isabel Freyre, un suceso que se refleja en la égloga I. El poeta se desdobla en dos pastores, Salicio y Nemoroso. El primero se queja de la ingratitud de Galatea, que le ha abandonado, y el segundo llora la muerte de su adorada Elisa; ambos personajes femeninos representan a Isabel Freyre. En la Égloga III se alude a la muerte de Isabel Freyre, a través de historias mitológicas que se van tejiendo. 4.1. Poesía religiosa Dentro de la poesía renacentista, debemos distinguir, por un lado, la poesía amorosa (Garcilaso de la Vega) y, por otro lado, la poesía religiosa (Fray Luis de León, San Juan de la Cruz, Santa Teresa de Jesús). En la poesía religiosa distinguimos: Ascética: perfección espiritual, camino de purificación hacia Dios, mediante la oración y la buena conducta. Destaca Fray Luis de León. Mística: se trata de la uníón con Dios. Surge para explicar lo INEFABLE. Para ese contacto hay que pasar por tres fases: -Vía purgativa: purificarse y eliminar los pecados, rechazando lo mundano (material). -Vía iluminativa: la luz de Dios la guía hasta Él. -Vía unitiva: se produce la uníón con Dios y se expresa como una relación amorosa (metafóricamente).
A continuación, abordamos a los tres autores representantes de la poesía religiosa: 1. Fray Luis de León: Fue fraile y profesor. Se caracteriza por unos poemas con tonos filosóficos y reflexivos. Emplea un lenguaje claro, sencillo. Busca el equilibrio. No publicó sus poemas en vida, fue Quevedo en XVII. Es el representante de la ascética. Medita sobre la fama, la soledad, la fugacidad de la vida y expresa el anhelo de paz y la espiritualidad representado por la naturaleza. Para ello, emplea el tópico del “beatus ille”:
San Juan de la Cruz: fue monje. Su obra poética fue escasa. Es representante de la poesía mística. Por ello, sus poemas manifiestan la uníón del alma con Dios, como si se tratase de la relación carnal del ser humano, para ello, los presenta metafóricamente. Empleará una métrica renacentista como, por ejemplo, la lira. Presenta imágenes irracionales, es decir, pretende plasmar lo que en su interior experimenta. Entre sus obras destacamos: -Cántico espiritual: su poema más extenso. Trata cómo sale la “esposa” (El alma) en busca del “Amado” (Dios) y la fusión con Él. -Noche oscura del alma: poema breve de ocho liras. Muestra la búsqueda de Dios por parte del alma en la oscura noche. 3. Santa Teresa de Jesús: religiosa muy activa que fundó conventos y centros religiosos. El estilo de su poesía es sencillo, con u n lenguaje fácil de entender y con imágenes simples tomadas de la vida cotidiana. También, representa la poesía mística y, para ello, presenta la metáfora de la pareja, para reflejar la uníón del alma con Dios. Emplea tópicos y figuras que simbolizan esa relación amorosa, y recurre a paradojas (ideas contradictorias) para poder explicar lo inexplicable (“vivo sin vivir en mí”).