Portada » Biología » Introducción a la Paleontología: Fósiles, Tafonomía y Bioestratigrafía
La paleontología es la ciencia que estudia los seres orgánicos cuyos restos o vestigios se encuentran fosilizados. Los fósiles son el objeto directo de estudio de la paleontología y constituyen documentos históricos de la vida. El registro fósil es el conjunto de restos de organismos o de su actividad orgánica, incluyendo cuerpos materiales, huellas, sustancias químicas en sedimentos e información sobre actividades orgánicas o procesos de fosilización.
Sí, los subfósiles son restos biológicos cuyo proceso de fosilización no está completo, ya sea por falta de tiempo o por condiciones de sepultura no óptimas. Su importancia radica en que aún contienen extractos orgánicos que permiten la datación por radiocarbono, la secuenciación de ADN y el análisis de isótopos para comprender las condiciones ecológicas de su época.
La tafonomía estudia los procesos de conservación y su impacto en la información del registro fósil. El ciclo tafonómico se divide en tres etapas:
Son yacimientos con gran cantidad de fósiles, ya sea por abundancia o estado de conservación. Se clasifican en:
Los dinosaurios fueron un grupo de vertebrados que dominaron los ecosistemas del Mesozoico. Se caracterizaban por tener las patas bajo el cuerpo, tres o más vértebras sacras y otras características esqueléticas distintivas.
Un fósil zonador es un resto paleontológico que permite datar con precisión la unidad estratigráfica en la que se encuentra. Debe tener un rango vertical corto, amplia distribución horizontal, características distintivas y ser abundante.
Las biozonas son unidades bioestratigráficas definidas por su contenido paleontológico. Se utilizan para obtener edades relativas de las rocas. Existen diferentes tipos de biozonas, como las de rango total, concurrente, consecutivo y de abundancia.
Los bienes paleontológicos, como yacimientos y fósiles, son parte del patrimonio cultural y natural. Su valoración se basa en criterios científicos, culturales y económicos, considerando también los riesgos de deterioro.
Es el proceso por el cual eventos que ocurrieron en diferentes momentos parecen ser sincrónicos en el registro geológico. Se puede reconocer por dataciones directas, inferencias con medios recientes y evidencias sedimentarias, geoquímicas, paleoecológicas y tafonómicas.
Los bivalvos y braquiópodos son grupos distintos de organismos con conchas. Se diferencian principalmente en su plano de simetría y en la presencia de estructuras internas como el lofoforo y el seno paleal.
El patrimonio paleontológico incluye yacimientos y fósiles. La gestión patrimonial busca conservar y mantener la memoria colectiva a través de la protección y el estudio de estos bienes.
Los caracteres tafonómicos son rasgos que indican los procesos que afectaron a los restos orgánicos antes y después del enterramiento. Algunos ejemplos son la articulación, la abrasión, la orientación, la fragmentación, la preservación del color, la incrustación, la bioerosión y las modificaciones biológicas.
Las tafofacies son asociaciones de caracteres tafonómicos que reflejan las condiciones ambientales y la energía del medio en el que se depositaron los restos orgánicos.
La resedimentación es el desplazamiento de restos orgánicos por agentes naturales, mientras que la reelaboración implica la modificación de esos restos por procesos físicos o biológicos.
La sinecología estudia las interacciones entre organismos y su ambiente, enfocándose en las comunidades y las relaciones ecológicas entre las especies.
Los pasos para elaborar un informe de patrimonio paleontológico incluyen la recopilación de información, la visita a yacimientos, la aplicación de criterios de valoración y la elaboración de un informe completo.
Los bivalvos presentan diversas adaptaciones a diferentes modos de vida, como semienterrados, bisados, cementados, reclinados, nadadores, rupícolas, excavadores y perforadores.