La filosofía es un ámbito del conocimiento humano cuya ambición es alcanzar la verdad y conseguir una comprensión de la realidad lo más amplia y exacta posible. Trata también de dar un sentido a nuestras vidas, aspiraciones que pertenecen al ser humano desde su origen, cuando comenzó a preguntarse por qué ocurrían las cosas a su alrededor y quién era él mismo.

Los Mitos y el Origen del Pensamiento

Las primeras respuestas al origen del mundo fueron irracionales: los mitos. Los mitos son narraciones que pretenden explicar el funcionamiento de la naturaleza, la organización social, etc. El problema de los mitos es que dejaban la regularidad de la realidad que nos rodea al capricho y voluntad de los dioses.

Filosofía y Ciencia: Un Origen Común, Diferentes Caminos

La filosofía y la ciencia comparten características: ambas aspiran a la verdad y a comprender la realidad de forma exacta y precisa. Su origen histórico es común, la filosofía recorre el mismo camino hasta la llegada de la revolución científica. Su fundamento está en nuestra inteligencia, son fruto de la actividad racional y no de otros aspectos de la naturaleza humana como los sentimientos o la fe.

Aunque su objetivo es común, filosofía y ciencia difieren en su método y estudio.

• La ciencia utiliza el método de experimentación matemática: observa la realidad y la manipula diseñando experimentos para descubrir las regularidades que luego expresa en leyes. La ciencia parcela la realidad en ámbitos concretos, divide su objeto de estudio dentro de diferentes ciencias.
• Un filósofo pretende alcanzar una comprensión global de la realidad.

Filosofía y Religión: La Búsqueda del Sentido

La filosofía comparte con la religión su aspiración a descifrar el sentido de nuestra vida o existencia en general, también a orientarnos en aspectos morales. La religión se basa en la fe, mientras que la filosofía busca justificaciones racionales.

La filosofía y la religión atienden a veces a las mismas cuestiones. La religión trata estos temas desde la fe, los filósofos pueden llegar a las mismas conclusiones o a las opuestas, pero lo harán siempre basándose en argumentos, pruebas y justificaciones racionales.

La Filosofía como Actitud y Saber Específico

La Filosofía como Saber Específico

La filosofía es una disciplina del conocimiento impulsada por el amor a la sabiduría y la comprensión de la realidad. Como disciplina del conocimiento, la filosofía tiene siglos de historia, parte de esta trayectoria ha sido compartida con la ciencia, pero actualmente podemos diferenciar los puntos de vista de cada conocimiento.

La filosofía compone un cuerpo de conocimientos concretos y la podemos organizar en diferentes campos. Se trata de los resultados del estudio filosófico: reflexiones, discusiones y teorías. Se ha estructurado en varias ramas:

• Metafísica: Cuestiones más profundas y fundamentales que podemos plantearnos: sentido de la existencia, la realidad, en qué consiste existir.
• Epistemología: El origen, validez, alcance y límites del conocimiento, fundamentación de la ciencia, metodología, avance histórico.
• Lógica: Fundamentar el conocimiento a través del lenguaje analizando su estructura y corrección, garantizar la validez de los conocimientos expresados lingüísticamente.
• Antropología: Definición trascendental de lo que significa ser un ser humano tomando como punto de partida los conocimientos que hemos logrado sobre nosotros mismos.
• Ética: Analiza el comportamiento humano desde el plano del deber ser, valores morales, normas…
• Filosofía Política: Análisis del comportamiento desde el punto de vista social, origen de la sociedad, formas de gobierno, poder político, legitimidad.
• Estética: Reflexiona sobre nuestra percepción de la belleza, universalidad, relación con el arte, definir una obra de arte.

La Filosofía como Actitud

La filosofía no es una disciplina muerta que debamos limitarnos a estudiar. La actividad filosófica no se reduce a analizar o debatir las teorías y autores del pasado, es una actividad viva y dinámica, una inquietud inteligente de los que no se conforman con aceptar las cosas como son.

La filosofía también se considera como una actitud de práctica, una manera de ver la vida o incluso una forma de ser. La filosofía no puede ser enseñada ni aprendida como otras ciencias, requiere adquirir ciertas capacidades inherentes:

• Actitud crítica: La filosofía no da nada por sentado, desconfía de las evidencias y sospecha de lo que habitualmente se acepta como cierto. Se tiende a cuestionar, debatir y polemizar sobre temas variados. Rechaza dogmatismos, verdades y creencias que impone la sociedad.
• Una actitud profunda: Tienden a reflexionar sobre problemas últimos e importantes para el ser humano que no se presentan en nuestra vida cotidiana. Son cuestiones que el ser humano no puede evitar plantearse y buscar una solución.
• Es una actitud inteligente: Actividad racional que se diferencia de otros planteamientos y actitudes. La filosofía es un ejercicio de inteligencia para comprender conceptos y cuestiones complicadas, el nivel de racionamiento y abstracción que exige suele ser muy alto.
• Es una actitud práctica: Aunque la filosofía se centre en la reflexión y especulación racional, tiene una motivación práctica y no se aleja de los problemas del mundo real. Supone una inquietud por problemas sociales y políticos o por los avances científicos y técnicos del mundo actual.