Portada » Magisterio » Intervenciones Directas en Trabajo Social: Clarificar, Apoyar y Comprender
Las intervenciones directas son aquellas que se dirigen al asistido en una relación frente a frente. El asistido, debido a ello, sufre la influencia de esta relación y, por el juego de relaciones recíprocas, el TS también recibe influencias. Sin embargo, es este último quién tiene la responsabilidad de controlar las influencias que ejerce y de analizar, explicar claramente y escoger las intervenciones que lleve a cabo.
Los tipos de intervención directa pueden aplicarse a las diversas dimensiones del Trabajo Social: individuos, familias, grupos pequeños…
Estas intervenciones tienen como objeto permitir al asistido analizar los diversos aspectos de su situación (clarificación), restaurar o afirmar su confianza en sí mismo, su autoestima (apoyo), y comprender mejor su propio funcionamiento en relación con los otros (conocimiento de sí).
El objetivo es doble: por una parte, el TS se esfuerza por comprender; por la otra, se induce al asistido a explorar por sí mismo los diferentes aspectos de la situación. Consiste en incitar al asistido para que se exprese sobre su situación y sus problemas y permite ordenar los diferentes elementos de la situación para exponerla con claridad, sacando a la luz las relaciones dinámicas y contradictorias entre los diversos elementos enfrentados.
Se utiliza durante las primeras entrevistas o las primeras reuniones de grupo, pero también puede utilizarse en las fases siguientes de la actuación e incluso en el cierre de la intervención.
En su contenido, la clarificación busca elucidar los hechos objetivos de una situación dada, y también relacionarlos con los sentimientos y reacciones del individuo ante esa situación
En ningún caso, la clarificación de los hechos, por sí misma, nos permite comprender, pues la situación del asistido no es significativa sino por la manera propia como la vive, la percibe y la analiza, con todo el contenido afectivo que los hechos producen en la persona.
La clarificación implica una acción atenta del TS, para la cual emplea tres medios: escuchar, observar e interrogar. Escuchar al asistido es la primera fuente de información, no es solo oír, implica una concentración de la atención, un esfuerzo real para percibir la significación del mensaje tanto en lo que se refiere a las palabras empleadas como en el contenido no verbal que lo acompaña. Así, escuchar y observar son dos actividades complementarias del TS que intenta comprender. Observar implica percibir los mensajes no verbales, gestuales (gestos) y corporales que expresan los sentimientos del asistido.
No siempre es suficiente escuchar y observar para comprender todos los datos de la situación. En este caso pueden realizarse dos actividades de clarificación; el TS reordena los elementos de la situación del asistido tal y como los entendió y comprueba con él si su comprensión fue pertinente, o bien formula preguntas complementarias, centradas en el problema expuesto.
Este interrogatorio pertinente permite abordar con el asistido puntos que el mismo omitió o consideró poco importantes, permite abrir nuevas perspectivas de análisis de la situación y explorar nuevas vías posibles de solución o de respuesta a los problemas. Es útil para ampliar la reflexión del asistido.También hay que señalar el efecto calmante y tranquilizador que produce la clarificación.
Las intervenciones de apoyo tienen por objeto fortificar (fortalecer) al asistido como persona, aliviar su ansiedad, así como disminuir el temor y la culpabilidad (teniendo todo esto un efecto liberador) y “hacer salir de él” las fuerzas susceptibles de movilizarlo para modificar su situación.
Además del efecto tranquilizador de la entrevista, el TS puede utilizar en forma activa intervenciones que tiendan a ayudar al asistido y a devolverle la confianza en sí mismo, la autoestima.
Estas intervenciones de apoyo permiten al mismo tiempo canalizar hacia el exterior la agresividad que el asistido siente contra sí mismo, y estimula además su capacidad de reacción dinámica.
El grupo pequeño que se utiliza en trabajo social ofrece otras perspectivas a la intervención de apoyo. El TS mantiene una relación múltiple con el grupo y con cada uno de los miembros que lo componen; además, las personas que integran el grupo tienen entre ellas relaciones múltiples. Es por ello que la intervención de apoyo no es únicamente competencia del TS y los miembros pueden ser inducidos a apoyarse entre sí. De esta manera pueden aparecer sentimientos de solidaridad y de ayuda mutua entre los miembros del grupo.
El asistido se siente así comprendido y tenido en consideración.
Esta forma de intervención tiene por objetivo permitir al asistido discernir y comprender su propio comportamiento afectivo y de relación, y volcar los efectos de su comportamiento sobre los demás.
Desarrollar en el asistido esta capacidad de comprensión debe considerarse como un medio entre otros.
Se pueden distinguir dos niveles diferentes de esta forma de intervención.