Portada » Lengua y literatura » Intención del valle en la obra luces de bohemia
escribíó novelas, cuentos, ensayos, libros de viajes o biografías, donde se muestra amargamente crítico y decepcionado con la sociedad; temática de sus obras afán de aventura y acción, el poder de la voluntad sobre la abulia o la supervivencia del individuo en un medio hostil.
Su tono es agrio y su prosa, rápida y nerviosa, con tendencia a la frase corta y al párrafo breve. Organizó parte de sus novelas en trilogías:
Baroja destaca por su sinceridad y de ahí el desprecio que manifiesta hacia lo que es farsa. Por eso, su estilo es antirretorico, porque considera que la retorica es el artificio para aquellos que mienten sobre lo que dicen. J. OyG: Baroja es el ejemplar casi único de un hombre constituido por ese fondo insobornable y libre del yo convencional que lo suele envolver
Unamuno (1864-1936) vierte sus ideas filosóficas tanto en sus novelas como en sus ensayos. El problema de España y el sentido de la vida humana vertebran toda su obra.
Fue uno de los mayores renovadores de la novela de principios del siglo. Es el creador de la “nivola”:
novela con poca acción y descripción en la que adquieren importancia los diálogos y los monólogos, a través de los que el autor expresa sus conflictos existenciales.
Niebla, publicada en 1914 es la obra maestra de este género. En ella el protagonista, Augusto Pérez, conversa con el propio Unamuno. Cuando el autor le confiesa que es un personaje de ficción y que ha decidido que debe morir, se rebela, gritando: “¿Quiero vivir, quiero ser yo!”.
Otras novelas destacadas son: Abel Sánchez, sobre la envidia y el odio; La tía Tula, sobre el sentimiento de la maternidad, San Manuel Bueno, mártir, sobre la inmortalidad y la fe.
Sus ensayos
Vida de Don Quijote y Sancho, En torno al casticismo y Por tierras de Portugal recogen sus reflexiones sobre la preocupación por España, la intrahistoria o la necesidad de modernizar el país. Sus conflictos existenciales y religiosos aparecen formulados en Del sentimiento trágico de la vida y en La agonía del cristianismo.
En sus novelas plantea el problema que era el centro de su angustia, la inmortalidad, del ser en tanto que existir. Por eso en sus novelas no hay anécdotas y no tiene argumento pues lo que importa es la existencia del protagonista.
La narrativa de Azorín
1873-1967) se compone de novelas, ensayos y artículos de crítica literaria.
En sus novelas, con muy poca acción, adquieren protagonismo las descripciones minuciosas y sugerentes que, desde la emoción lírica, recrean los detalles cotidianos.
Su voluntad de estilo, el subjetivismo, la precisión y la claridad, así como el empleo de palabras olvidadas definen su narrativa. Algunas de sus novelas son:
El arte literario de Azorín consiste en parar el tiempo e inmovilizar las cosas y los seres en una postura que es la mas humilde y librarlas así del tiempo destructor. Va al pasado para revivirlo y señalar la permanencia de lo sucedido. Azorín es un poeta de costumbre, de lo antiheroico, solo dice de las cosas lo que estas hacen cada dia, su vida monótona, la base de la literatura es que todo lo que es vuelve a ser eternamente.
Ramón María del Valle-Inclán es uno de los exponentes de la prosa modernista con sus Sonatas, cuatro novelas que narran las memorias del marqués de Bradomín, un donjuán cínico y decadente. En 1920 se publica Luces de bohemia, obra con la que inaugura el teatro del esperpento.
A través del esperpento, Valle-Inclán refleja de forma critica lo absurdo y miserable de la existencia humana. Las carácterísticas del esperpento son:
Mezcla de lo trágico y lo grotesco. Caricaturización, animalización y cosificación de los personajes. Presencia de ambientes y situaciones degradantes. Diálogos absurdos.Distorsión del lenguaje.
Luces de bohemia cuenta la última noche de vida de Max Estrella, un poeta ciego y miserable, que junto a don Latino de Híspalis recorre las calles de Madrid. Esta peregrinación nocturna por espacios y lugares degradantes muestra diversos aspectos de la vida española de la época: la corrupción, el mal gobierno, el conformismo burgués, el hambre y las miserias del pueblo o la represión policial.
Aparece en 1924 esta obra en forma de libro, y con ella aparece el nuevo término, esperpento, voz popular que designa lo feo, lo ridículo, lo monstruoso como nuevo modo de abordar la literatura. Con este término hay que vincular las palabras que dice Max Estrella sobre los espejos: “las imágenes más bellas, en un espejo cóncavo, son absurdas”. Es decir, todo queda sometido a la deformación, una deformación que naciendo de lo trágico provoca la risa.—Pero lo que importa de esa deformación es la llamada ética, el aviso para que nos corrijamos.—Toda parodia imprima un reconocimiento de lo parodiado. La literatura aparece por todas partes en Luces de bohemia, en citas, alusiones, recuerdos y nombres. Ejemplos: Al entrar Max Estrellas en la librería de Zaratustra, cita a Calderón: “Mal, Polonia, recibes a un extranjero”; el redactor de un periódico grita ante una conversación tumultuosa: “Juventud, divino tesoro”. Pero lo significativo: aquí la presencia de la literatura no dignifica el ambiente ni a los personajes, sino que tiene un sentido paródico, provoca lo esperpéntico por la desproporción entre lo evocado por la cita y la miserable realidad a que se aplica a la cita.—
Con Luces de bohemia, Valle-Inclán se aleja del mundo ficticio y rutilante de las princesas y donjuanes aristocráticos y aterriza en un España caduca, sin aliento y sin ética. Y así a la crítica de Valle-Inclán no escapa nada de la realidad, ningún oficio: el mundo de la bohemia, administración, los recursos literarios, los servicios públicos, los toreros, los poetas, los artistas, el portero, el sereno, el industrial…—Una obra está en la que desaparece el héroe personal o individual y que es, antes que nada, el retrato de una colectividad, una degradada y risible colectividad.—.Este hacer de la colectividad el protagonista de una obra literaria veremos que se repite luego en la literatura española posterior. El caso más reséñable es La colmena, novela del escritor Camilo José Cela, cuyo protagonista es la ciudad de Madrid.