Portada » Lengua y literatura » Innovaciones de la poesia renacentista
Este tópico hace referencia al paso inexorable del tiempo, que todo lo acaba. Suele aparecer muy frecuentemente en combinación con el tópico del carpe diem.
Beatus ille (Feliz aquel…): Está basado en la obra homónima del poeta latino Horacio y hace referencia a aquellas personas que optan por una vida retirada, alejándose de toda actividad mundana, para privilegiar el encuentro consigo mismos. En la literatura tradicional española, este tópico ha adquirido un matiz distinto, ya que a la opción por una vida tranquila une la valoración de la vida que se desarrolla en al campo.
Carpe diem (Aprovecha el día): Al igual que el tópico anterior, proviene de una oda horaciana en la que se exhorta a vivir intensamente la vida en el momento presente. Este tópico se desarrolló preferentemente durante el Renacimiento, en donde había una profunda exaltación de lo humano, con un marcado carácter hedonista producto de la toma de conciencia ante la fugacidad de la vida.
Collige, virgo, rosas (Corta las rosas, doncella): La referencia original de estos versos corresponde al poeta francés Ausonio, quien en el siglo IV utilizó la metáfora de la rosa como algo bello y perecedero. Desde esta perspectiva, el poeta exhortaba a los jóvenes para que aprovecharan las ventajas de su edad antes de que el tiempo acabara con su lozanía.
El locus amoenus (El lugar ameno, deleitoso): Se refiere a la descripción de un paisaje ideal o perfecto sin ningún tipo de carencia. Generalmente, dicho paisaje se entiende compuesto de árboles, un prado, una fuente o arroyo con aguas cristalinas, flores, el canto de las aves y el suave soplo de la brisa.
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El amor se presenta como una experiencia contradictoria, una mezcla de placer y dolor. La belleza ideal de la mujer según los gustos de la época. Se refleja en la poesía a través de metáforas y comparaciones basadas en los elementos de la naturaleza.
Se introducen varios tópicos clásicos. Muchas veces, los poemas representan una especie de diarios amorosos en los que se nos habla de los diferentes momentos por los que pasa la relación con su amada.
Muchas veces, las escenas amorosas se desarrollan en una naturaleza idílica que responde a otro tópico clásico: el locus amoenus (lugar ameno). Por otro lado, la Naturaleza se convierte en testigo del sufrimiento amoroso del poeta, entonces, la Naturaleza se muestra, unas veces, impasible y distante al dolor humano; en cambio, otras, se muestra conmovida.
El mundo mitológico de dioses, semidioses, héroes, ninfas y otros seres mitológicos, impresiona al hombre renacentista por su vitalidad, belleza y sensualidad, con lo que los convierte en marco ornamental de sus creaciones. Sin embargo, la mitología no solo tiene una función estética, sino que sirve de inspiración, pues el poeta escoge aquel episodio mitológico que le sirve para explicar su propio conflicto sentimental.
La principal novedad formal de la poesía renacentista fue el uso del verso endecasílabo, combinado con el heptasílabo. Con estos versos se constituyen las estrofas más características del Renacimiento: La lira, la octava real, la estancia y los tercetos encadenados. Junto con ellas, se usaron también dos tipos de poemas o composiciones:
Dos cuartetos y dos tercetos ABBA ABBA CDE CDE.
Número ilimitado de versos endecasílabos y heptasílabos, cuya rima fija el autor, que puede dejar versos sueltos.
Conjunto de versos heptasílabos y endecasílabos: 7a 11B 7a 7b 11B.
Se trata de una poesía que se centra en la huida del hombre de este mundo y en su deseo de unirse a Dios. Una serie de ideas se repiten: El hombre vive encarcelado en la prisión del mundo, donde imperan el caos y la discordia, los vicios y los bienes engañosos, la inquietud y el desosiego. Para evadirse de la cárcel terrenal debe iniciar un recorrido purificador a través de: La práctica de la virtud, La dedicación al estudio y al trabajo intelectual, El contacto directo con la Naturaleza, El desarrollo del arte musical. De esta manera, cuando el hombre se desentiende del mundo y cultiva su espíritu en comunión con la Naturaleza, es capaz de vislumbrar las realidades supremas. Este proceso de purificación conduce al hombre a un estado de quietud y de sosiego.
Describe la experiencia de la unión del alma con Dios. Antes de la experiencia mística el hombre ha tenido que desprenderse de todos los bienes materiales (se ha desentendido del mundo). Solo unos pocos (los elegidos) logran su objetivo. El momento de mayor tensión es el momento de la unión del alma con Dios (éxtasis). Es muy difícil expresar con palabras los que se siente en el momento del éxtasis, por eso el poeta recurre al uso de metáforas, alegorías, paradojas, antítesis, etc.
(1527-1591) Máximo exponente de la poesía religiosa de la segunda mitad del siglo XVI, junto a San Juan de la Cruz. Catedrático de Teología en la Universidad de Salamanca. Estuvo en la cárcel. Introduce una nueva estrofa: la Lira.
Los temas que trata son la soledad, la búsqueda de Dios y la Naturaleza como marco ideal para el retiro. Estilo:
sencillez y emotividad.