Impresionismo

En 1874, un grupo de artistas cansados de ser excluidos del Salón de París organizó una exposición en la casa del fotógrafo Nadar. Entre ellos se encontraban Monet, Renoir, Degas, Sisley y Pissarro. La exposición causó escándalo y el crítico Leroy acuñó el término «impresionistas» a partir del título de una obra de Monet, «Impresión, sol naciente«.

Los impresionistas compartían un desprecio por el arte oficial y las reglas académicas. Sus características comunes eran:

1. Interés por la apariencia: Reflejar la realidad transitoria y cambiante, no lo que «sabemos» de las cosas.
2. Plenairismo: Pintar al aire libre, utilizando caballetes y colores industriales.
3. Importancia de la luz y el contraste simultáneo de los colores: Captar la luz como elemento dinámico y su efecto sobre la apariencia de las cosas.
4. Reducción de la gama de colores a los puros y binarios: Potenciar los colores con sus binarios y utilizar las sombras como colores binarios.
5. Aplicación irregular del color: Utilizar el pincel, el tubo o el dedo para crear manchas impresionistas.
6. Importancia del paisaje y otros temas nuevos: Pintar escenas de la vida ciudadana, nocturna y popular, así como paisajes.
7. Espacio bidimensional: No preocuparse por la perspectiva lineal o aérea, ya que no buscaban la profundidad.
8. Influencias diversas: Paisajistas ingleses, escuela de Barbizón, arte japonés y fotografía.

Entre los artistas impresionistas más destacados se encuentran Manet, Monet, Renoir, Degas, Pissarro, Berthe Morrisot y Sisley.

Postimpresionismo

El postimpresionismo surgió entre 1886 y el nacimiento del cubismo. No fue un movimiento unificado, sino una respuesta múltiple al impresionismo. Los postimpresionistas consideraron que la visión no era solo ocular y que la mente dotaba a las cosas de forma.

Las principales tendencias postimpresionistas fueron:

1. Puntillismo: Dividir los tonos en sus componentes y yuxtaponerlos en pequeños puntos para crear la unidad del tono.
2. Cezánne: Reducir la realidad a su esencia geométrica, reivindicar el dibujo y aplicar el color en tintas planas.
3. Gauguin: Buscar otras formas de mirar en culturas extraeuropeas, utilizar composiciones sencillas y colores planos de influencia japonesa.
4. Van Gogh: Utilizar una pincelada llameante y matérica, deformar las formas para expresar su estado de ánimo y transmitir sentimientos y emociones.
5. Toulouse-Lautrec: Capturar la vida nocturna de Montmartre con un dibujo simplificado, colores planos y figuras dinámicas.

El postimpresionismo abrió el camino a diferentes corrientes figurativas del siglo XX.

Auguste Rodin

Rodin fue el escultor más destacado del siglo XIX. Renovó la escultura y abrió las puertas al siglo XX. Sus características fueron:

1. El hombre y su verdad interior como tema principal: Representar la evolución de la conciencia humana y la lucha entre el espíritu y la materia.
2. Importancia de la luz y la impresión: Utilizar luces fuertes, sombras enérgicas y superficies lisas y rugosas.
3. Importancia del movimiento: Valorar la multiplicidad de puntos de vista y el movimiento de los modelos.

Su obra más famosa es la Puerta del Infierno, una puerta de bronce que refleja la parte del «Infierno» de la «Divina Comedia» de Dante.