Portada » Ciencias sociales » Identidad Cultural y Dinámicas de Poder
Existe una relación estrecha entre la concepción de cultura y la de identidad cultural. En el desarrollo de las ciencias sociales han surgido dos posiciones:
La postura objetivista ignora la dinámica cambiante de las identidades a lo largo de la historia, mientras que la subjetivista la reduce a una elección arbitraria.
A finales de 1960, surgió una nueva concepción de la identidad como una construcción relacional y situacional. Las identidades se construyen en contextos históricos y sociales específicos, a través de la diferenciación cultural entre grupos.
No todos los grupos sociales tienen el mismo poder para construir y validar su identidad. El caso de la inmigración latinoamericana en Argentina en 1999 ilustra cómo la prensa construyó la identidad de «inmigrante ilegal», asociándola con la delincuencia, a pesar de que muchos inmigrantes tenían documentación de sus países de origen.
La construcción de identidad implica un «nosotros» y un «otros», utilizando clasificaciones como etnia, nación, clase social o género. Cada individuo integra diferentes identidades.
La cultura involucra dos aspectos:
En el siglo XIX, la antropología amplió el concepto de cultura, reconociendo que todas las sociedades la poseen. Sin embargo, surgieron clasificaciones que jerarquizaban las sociedades según su «evolución».
Todos los países son multiculturales. El multiculturalismo estudia la historia y la vida social desde una perspectiva de igualdad entre sociedades, rechazando las jerarquías.
El interculturalismo sostiene que el contacto entre culturas en una misma sociedad es conflictivo debido a la desigualdad. El apartheid en Sudáfrica es un ejemplo de la imposición de una cultura dominante.
La cultura dominante naturaliza sus valores, presentándolos como lógicos e incuestionables, y atribuye valores negativos a las culturas dominadas.
Desde la perspectiva del conflicto intercultural, la cultura dominante puede adoptar las siguientes actitudes: