Portada » Biología » Horizonte a b c del suelo
la primera, está constituida por una película muy delgada, en la que la fuerza dominante que une el agua a la partícula sólida es de carácter molecular, y tan sólida que esta agua solamente puede eliminarse del suelo en hornos de alta temperatura. Esta parte del agua no es aprovechable por el sistema radicular de las plantas.
la segunda es retenida entre las partículas por las fuerzas capilares, las cuales, en función de la textura pueden ser mayores que la fuerza de la gravedad. Esta porción del agua no percola, pero puede ser utilizada por las plantas.
finalmente, el agua que excede al agua capilar, que en ocasiones puede llenar todos los espacios intersticiales en las capas superiores del suelo, con el tiempo percola y va a alimentar los acuíferos más profundos. Cuando todos los espacios intersticiales están llenos de agua, el suelo se dice saturado.
ESTRUCTURA DEL SUELOSe llama horizontes del suelo a una serie de niveles horizontales que se desarrollan en el interior del mismo y que presentan diferentes caracteres de composición, textura, adherencia, etc. El perfil del suelo es la ordenación vertical de todos estos horizontes.
Clásicamente, se distingue en los suelos completos o evolucionados tres horizontes fundamentales que desde la superficie hacia abajo son:Horizonte O, «Capa superficial del horizonte
A»Horizonte A, o zona de lavado vertical: Es el más superficial y en él enraíza la vegetación herbácea. Su color es generalmente oscuro por la abundancia de materia orgánica descompuesta o humus elaborado, determinando el paso del agua arrastrándola hacia abajo, de fragmentos de tamaño fino y de compuestos solubles. Horizonte B o zona de Precipitado: Carece prácticamente de humus, por lo que su color es más claro, en él se depositan los materiales arrastrados desde arriba, principalmente, materiales arcillosos, óxidos e hidróxidos metálicos, etc., situándose en este nivel los encostramientos calcáreos áridos y las corazas lateríticas tropicales. Horizonte C o subsuelo
: Está constituido por la parte más alta del material rocoso in situ, sobre el que se apoya el suelo, más o menos fragmentado por la alteración mecánica y la química (la alteración química es casi inexistente ya que en las primeras etapas de formación de un suelo no suele existir colonización orgánica), pero en él aún puede reconocerse las características originales del mismo.Horizonte D, horizonte R o material rocoso: es el material rocoso subyacente que no ha sufrido ninguna alteración química o física significativa. Algunos distinguen entre D, cuando el suelo es autóctono y el horizonte representa a la roca madre, y R, cuando el suelo es alóctono y la roca representa sólo una base física sin una relación especial con la composición mineral del suelo que tiene encima.
El suelo resulta de la alteración del roquedo terrestre por el clima y por los seres vivos. Primero, los fenómenos atmosféricos disgregan la roca; luego, se instalan sobre ella planas colonizadoras, organismos y microorganismos que aportan materia orgánica y permiten la implantación de comunidades biológicas más complejas. Con el paso del tiempo, el suelo evoluciona hasta alcanzar el equilibrio con el medio. Por tanto, los factores que condicionan la formación y evolución del suelo son los siguientes:
La roca madre es el sustrato mineral a partir del cual se forma el suelo. Influye en su color, textura, estructura, permeabilidad acidez. Dependiendo de la roca madre, los sueles pueden ser silíceos (sueltos y permeables), calizos (pastosos y permeables) y arcillosos (compactos e impermeables).
El clima es el factor más influyente en la formación del suelo. Las temperaturas y las precipitaciones influyen en sus procesos químicos y biológicos. Las precipitaciones condicionan, además, el lixiviado, es decir, la disolución y arrastre de los elementos de la capa superficial del suelo hacia las capas bajas; si este lavado es excesivo, el suelo se empobrece y se vuelve ácido. Atendiendo al clima los suelos, pueden ser zonales o clímax, cuando su origen está estrechamente ligado al clima; o azonales e intrazonales, cuando depende de otros factores, como la naturaleza del roquedo, el encharcamiento, etc.
La topografía también influye: en las zonas llanas se acumulan suelos gruesos, mientras que las pendientes fuertes favorecen la erosión y el deslizamiento del suelo.
Los seres vivos actúan de diversas maneras. Las plantas pueden empobrecer y acidificar el suelo (coníferas) o enriquecerlo aportándole bases captadas por sus raíces (frondosas). La microflora, formada por bacterias y hongos, descompone la materia orgánica y crea el humus, del que depende en gran parte su fertilidad. Los animales, como las lombrices, roedores e insectos, lo remueven con sus movimientos. Y las personas lo destruyen y alteran o lo mejoran con abonos y repoblaciones adecuadas.
El tiempo es otro factor determinante, dado que la formación de un suelo es un proceso lento que requiere siglos. Según el nivel de evolución, de distinguen suelos jóvenes o incipientes, que todavía no han completado su formación, y suelos evolucionados.
Existen diversas clasificaciones del suelo. Unas se basan en su origen y evolución (clasificaciones genéticas; por ejemplo, la europea) y otras en sus características (clasificaciones analíticas; por ejemplo, la americana). Como el clima y la naturaleza del roquedo son los factores más influyentes en la formación y la evolución del suelo, estudiaremos los suelos de España por áreas climáticas, distinguiendo en cada una diversos tipos en función del roquedo.