Portada » Economía » Homologación de Proveedores y Control de Calidad en la Elaboración de Vinos
La homologación de proveedores busca cualificar a los suministradores para garantizar la seguridad y calidad de las materias primas. Esta valoración incluye:
Tras la homologación, se comprueba el cumplimiento de las especificaciones de compra mediante el seguimiento de las partidas suministradas. Esto permite determinar la necesidad de mayor o menor control y, en caso de incumplimientos repetidos, la deshomologación del proveedor. La homologación de proveedores y el establecimiento de especificaciones de compra concretas deben ser una meta prioritaria.
Los peligros más frecuentes son el contacto con suciedad y la oxidación de mostos o vinos. Los límites críticos en la elaboración están condicionados a la correcta dosificación del sulfuroso (30 ppm en vinos blancos y 20 ppm en tintos de sulfuroso libre) y a un contenido de acidez volátil inferior a 0.8 g/l (expresado en acético).
El laboratorio de la bodega determina parámetros fundamentales como:
Antes del embotellado, el Consejo Regulador de Tacoronte-Acentejo toma muestras y precinta el depósito. Se realiza un análisis organoléptico por el comité de cata del ICCA y, posteriormente, un análisis químico por el laboratorio del Instituto Canario de Calidad Agroalimentaria. Tras superar ambos controles, se procede al embotellado.
El personal de recepción debe comprobar que:
Las materias aceptables se registran inmediatamente.
El registro debe incluir:
Los productos enológicos se almacenan en la zona destinada a materias primas, debidamente identificados con la etiqueta del proveedor.
Los productos enológicos deben cumplir unas especificaciones descritas. Los productos aceptados reciben un número de registro interno, anotado en el registro y la etiqueta. Los productos rechazados se devuelven al proveedor o se eliminan según su peligrosidad, manteniéndose aparte y debidamente etiquetados hasta su eliminación, la cual se registrará.