Portada » Arte » Historia y Arte de la Antigua Roma: Monarquía, República e Imperio
Según la leyenda, la fundación de Roma tuvo lugar en el 753 a. C. En sus orígenes, Roma fue una pequeña ciudad enclavada en la zona central de la península itálica, que permanecía, al igual que todo el Lacio, bajo el dominio de los **etruscos**. Con el paso del tiempo, Roma impuso su hegemonía sobre las ciudades de la Toscana y sobre el resto de Italia. Tras la derrota de los cartagineses en las guerras púnicas y otras conquistas, Roma se convirtió en la dominadora indiscutible del Mediterráneo.
Durante este periodo, los romanos permanecieron bajo el control político de los etruscos, quienes les aportaron importantes elementos culturales. En el 509 a. C. se expulsó al último rey etrusco de Roma.
Esta es una etapa de conquistas y de extensión del poder romano, tanto en la península itálica como en el Mediterráneo. Un episodio sobresaliente del expansionismo territorial de Roma lo constituyó su victoria sobre Cartago, convirtiéndose a partir de entonces en la gran potencia del Mediterráneo. En lo político, se consolidó el **sistema político republicano**, así como sus instituciones, que entrarían en crisis tras la aparición de personajes que intentaron establecer un tipo de poder personal, lo cual fue primero intentado por personajes como **Julio César** y llevado finalmente a cabo por **Augusto** (27 a. C.).
Se trató de una etapa de gran apogeo de la civilización romana, ya que fue cuando se produjo su máxima expansión territorial bajo el poder de emperadores como **Trajano** y se dio una intensa actividad económica y cultural. En lo político, los emperadores concentraban todo el poder (ejecutivo, legislativo y judicial), quienes eran asimismo jefes del ejército.
Son momentos de crisis, decadencia y, por último, de caída del Imperio Romano por diversas razones:
Con la deposición del último emperador (Rómulo Augústulo) llegaba a su término el Imperio Romano de Occidente.
Los etruscos eran un pueblo asentado en la región de Etruria o Toscana y dominaron políticamente a los romanos en la etapa anterior a la República. Algunos rasgos de la cultura etrusca son:
El arte griego es otro de los componentes esenciales para entender el arte romano. Las concepciones o ideales artísticos griegos llegaron a Roma a través del contacto en su expansión territorial, primero con las colonias griegas del sur de Italia y Sicilia.
La característica esencial de la arquitectura romana es, sobre todo, su **racionalidad y funcionalidad**. Sin embargo, no debe olvidarse su deliberada **grandiosidad monumental** como expresión del poder y superioridad de Roma frente a los pueblos conquistados. La arquitectura romana es heredera de la etrusca y, en menor medida, de la griega. Su evolución y variedad regional fueron relativamente pequeñas, presentando gran uniformidad debido al apego a principios más o menos estables fijados por el veronés **Vitrubio** en el siglo I d. C. A la arquitectura arquitrabada de los griegos, la romana incorpora, de manera constante, el **arco** y la **bóveda** de raigambre etrusca. Las bóvedas empleadas fueron principalmente la cupuliforme, la de medio cañón, de horno y la de arista. Los materiales empleados fueron básicamente la sillería pétrea, la mampostería y el ladrillo.
El templo romano es de ascendente etrusco y griego. Del templo etrusco toma su ubicación sobre un alto podio con un único acceso frontal. Del templo griego toma la larga cella y la columnata perimetral, aunque, salvo en el pórtico de acceso, que son exentas, están adosadas al muro.
Las ciudades fueron los grandes centros de la convivencia y, en general, de la civilización romana. En España destacaron las ciudades de Tarragona, Sagunto, Cartagena y Barcelona. Estas ciudades romanas necesitaron amurallarse para defenderse de las agresiones. Algunas de ellas lo hicieron al comienzo de la romanización, cuando las guerras con los pueblos celtíberos eran una amenaza real (Tarragona, Córdoba y Carmona). Las demás lo hicieron sobre todo en el siglo III, con las primeras invasiones germánicas. En estas ciudades se construían edificios públicos para diferentes servicios y actividades (económicas, deportivas y de esparcimiento). Frecuentemente, estos edificios se situaban en el **foro**, verdadero centro neurálgico de la urbe romana. Las **termas** eran grandes complejos arquitectónicos de esparcimiento y salud pública, donde se establecían baños de diferentes temperaturas (fría, templada, caliente, sauna) en salas distintas.
Aunque la escultura romana tuvo infinidad de representaciones, soportes y funciones, no cabe duda de que el **retrato** es la más sobresaliente. Precisamente, la escultura romana destacó sobre la griega en lo relativo a la creación de la escultura-retrato. El retrato romano hunde sus raíces en el arte etrusco, aunque también en el mundo helenístico griego y en las «**máscaras mayorum**», es decir, máscaras de cera que se aplicaban al rostro de los difuntos para su recuerdo y culto posterior. Los materiales más utilizados en el retrato romano fueron el **bronce** y el **mármol**. Las estatuas eran apolicromas, no estaban coloreadas, salvo en un primer momento en que los ojos sí se coloreaban, práctica que se abandonó posteriormente para ser tallados. Al comienzo, la escultura romana de retrato sólo representaba la cabeza y parte del cuello. Posteriormente, se avanza en la representación de todo el busto, incluyendo hombros y pecho. No obstante, también se esculpieron esculturas de cuerpo entero. En estas estatuas, el personaje podía estar de pie o sentado (es más frecuente el retrato sedente en mujeres que en hombres). También parece que debió existir el retrato ecuestre del emperador, pero sólo ha llegado a nuestros tiempos uno solo. La escultura romana recogió la doble influencia del arte etrusco y del griego de época helenística, que los romanos asimilaron con avidez y adecuaron a sus necesidades para crear un arte original y ecléctico. La austeridad y el sentido práctico típicos del espíritu romano les hizo preocuparse por los aspectos utilitarios y funcionales de la escultura más que por la belleza. Los materiales más utilizados fueron el mármol y el bronce. Los romanos cultivaron preferentemente el retrato. Podían ser estatuas de cuerpo entero (de pie, sedentes, ecuestres) o sólo bustos. El retrato estaba policromado. Otra gran aportación artística de Roma fue el **relieve histórico narrativo**, nacido de la fusión de la tradición latina con el naturalismo helenístico. Los relieves decoraban edificios (arcos de triunfo, columnas conmemorativas, sarcófagos) narrando los hechos bélicos y civiles importantes de la historia de Roma con una finalidad docente.