Portada » Lengua y literatura » Historia del Teatro Español: Siglo XX y XXI
Al terminar la Guerra Civil, el teatro español había perdido a sus mejores dramaturgos y otros se exiliaron. La posguerra fue muy perjudicial para el teatro, ya que este género tuvo que luchar contra la censura del propio texto y la de la representación. Además, en esta época surge el cine.
En los años 40, no pudo llegar la influencia de la renovación teatral europea. El teatro de la época tomó una triple dirección:
El teatro de los 50 reflejó las inquietudes sociales a través de un teatro realista. Se criticaba la sociedad con un lenguaje que imitaba el habla coloquial de la calle. Destacan Antonio Buero Vallejo (Historia de una escalera y El tragaluz) y Alfonso Sastre (Escuadra hacia la muerte y La mordaza).
Hacia mediados de los 60, y por influencia del teatro vanguardista europeo, se produce una renovación dramática que afecta a los planos del espectáculo teatral: los temas tratados y la escenografía. Destacan Francisco Nieva (Aquelarre y Negra noche de Nosferatu) y Fernando Arrabal (El cementerio de coches).
En esta etapa de renovación se crearon algunos grupos de teatro independiente que han llegado hasta nuestros días: Els Joglars y La Fura dels Baus. Tras el experimentalismo de los años 60 y 70, el teatro vuelve la vista a la tradición y hacia la comedia realista. Destacan José Luis Alonso de Santos (Bajarse al moro); Fernando Fernán Gómez (Las bicicletas son para el verano), José Sanchís Sinisterra (¡Ay, Carmela!) o Fernando Arrabal (Pic-Nic).
En democracia confluyen todas las tendencias y se funda la Compañía Nacional de Teatro Clásico. La característica más notable es que integra todas las artes y se rompe con la idea de que el teatro solo puede ocurrir en una sala, así se desarrollan subgéneros como la performance o el happening, donde el público es partícipe. Dramaturgos actuales son Carmen Resino (Allegro) y Francisco J. Becerra, que cuenta ya con el Premio Nacional de Literatura Dramática 2017 (Grooming).
A principios del siglo XX seguían triunfando las tendencias teatrales del siglo anterior: el teatro neorromántico y el teatro realista. Frente a las tendencias mayoritarias en lo que concierne al gusto de los espectadores, surgió un tipo de teatro renovador y, por consiguiente, minoritario: autores de la generación del 98 (Azorín, Unamuno o Valle-Inclán), de la generación del 27, de tendencia novecentista y de corte vanguardista, se esforzaron por cambiar el panorama teatral español.