Portada » Historia » Historia del Siglo XX: Conflictos, Ideologías y Transformaciones
Durante el periodo de entreguerras, el conflicto en Palestina se intensificó debido a la creciente migración judía y la resistencia árabe hacia el dominio británico en la región. El Mandato Británico sobre Palestina, establecido después de la Primera Guerra Mundial, prometió tanto a judíos como a árabes un hogar en la tierra histórica de Israel. Sin embargo, el aumento de la inmigración judía y la compra de tierras por parte de colonos judíos generaron tensiones con la población árabe local, que temía la pérdida de sus tierras y el cambio demográfico. Estos conflictos se intensificaron en la década de 1930 con la Gran Revuelta Árabe, una ola de violencia dirigida contra los británicos y los judíos. Al mismo tiempo, el sionismo, un movimiento que abogaba por el establecimiento de un estado judío en Palestina, ganaba fuerza entre la comunidad judía, impulsando la creación de instituciones y la consolidación de una identidad nacional judía. El conflicto entre árabes y judíos en Palestina durante el periodo de entreguerras sentó las bases para los enfrentamientos posteriores y la lucha por el control de la región que continúa hasta el día de hoy. La falta de un acuerdo político duradero y la disputa territorial han mantenido la tensión en la región, convirtiendo a Palestina en uno de los puntos más conflictivos del mundo.
El sistema de mandatos, también conocido como el sistema de administración de mandatos, fue una estructura establecida después de la Primera Guerra Mundial para gestionar los territorios anteriormente controlados por las potencias coloniales derrotadas. Esta estructura se estableció en virtud de los acuerdos establecidos en la Sociedad de Naciones, la organización precursora de las Naciones Unidas. Bajo el sistema de mandatos, las antiguas colonias y territorios de Alemania y el Imperio Otomano fueron asignados a las potencias victoriosas como administradores temporales, o mandatarios, en nombre de la Sociedad de Naciones. El objetivo declarado de este sistema era preparar a estos territorios para la independencia y fomentar su desarrollo político, económico y social. Los mandatos se clasificaron en dos categorías: mandatos de clase A y mandatos de clase B. Los mandatos de clase A; incluían territorios que se consideraba que estaban cercanos a la independencia y requerían una administración mínima por parte de las potencias mandatarias. Los mandatos de clase B consistían en territorios que requerían una mayor supervisión y asistencia en su desarrollo. Las potencias mandatarias asumieron responsabilidades en la administración de los territorios asignados. Esto implicaba establecer estructuras gubernamentales, promover la educación y el desarrollo de infraestructuras, y salvaguardar los derechos de la población local. Sin embargo, en la práctica, algunos mandatarios no cumplieron plenamente con sus obligaciones y, en algunos casos, explotaron los recursos de los territorios bajo su control. El sistema de mandatos llegó a su fin después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la Sociedad de Naciones fue reemplazada por las Naciones Unidas. Bajo la Carta de las Naciones Unidas, se estableció un nuevo sistema llamado fideicomiso, que tenía objetivos similares a los del sistema de mandatos. Sin embargo, a medida que avanzaba el siglo XX, la mayoría de los territorios bajo administración de mandatos obtuvieron su independencia. En resumen, el sistema de mandatos fue una estructura establecida en el período de entreguerras para administrar los territorios coloniales de las potencias derrotadas después de la Primera Guerra Mundial. Su objetivo era preparar a estos territorios para la independencia y fomentar su desarrollo. Sin embargo, su implementación fue variada y el sistema llegó a su fin con la creación de las Naciones Unidas después de la Segunda Guerra Mundial.
La política de apaciguamiento fue una estrategia adoptada por las potencias occidentales, especialmente el Reino Unido y Francia, en la década de 1930 antes de la Segunda Guerra Mundial. Esta política se basaba en la creencia de que cediendo ante las demandas de la Alemania nazi liderada por Adolf Hitler, se podría evitar un conflicto armado y mantener la paz en Europa. La política de apaciguamiento se basaba en la idea de que las injusticias y agravios históricos infligidos a Alemania después de la Primera Guerra Mundial, como el Tratado de Versalles, habían llevado al surgimiento de un sentimiento nacionalista extremo en el país. Los líderes occidentales creían que si se satisfacían algunas de las demandas de Hitler, como la anexión de los Sudetes en Checoslovaquia, podría evitar la expansión territorial alemana y prevenir una guerra. Sin embargo, la política de apaciguamiento demostró ser un fracaso. Hitler aprovechó las concesiones realizadas por las potencias occidentales para fortalecer su posición y seguir expandiendo su influencia en Europa. En 1939, Alemania invadió Polonia, marcando el inicio de la Segunda Guerra Mundial. El fracaso de la política de apaciguamiento llevó a una revisión de las estrategias internacionales y al reconocimiento de que la diplomacia y las concesiones no podían detener la agresión nazi. A partir de entonces, las potencias occidentales adoptaron una postura más firme hacia Alemania y se comprometieron a resistir cualquier intento de expansión territorial. En resumen, la política de apaciguamiento fue un enfoque diplomático adoptado por las potencias occidentales antes de la Segunda Guerra Mundial para evitar el conflicto, cediendo a algunas demandas de la Alemania nazi. Sin embargo, resultó en el fortalecimiento de Hitler y finalmente condujo al estallido de la guerra.
La Segunda Guerra Mundial se puede dividir en varias fases distintivas. Comenzó con la invasión de Polonia por parte de Alemania en septiembre de 1939, marcando el inicio de la fase de guerra en Europa. Durante esta etapa, las fuerzas alemanas, con la táctica de blitzkrieg, conquistaron rápidamente varios países europeos, incluidos Francia, Bélgica y los Países Bajos. La siguiente fase, a partir de 1941, vio la expansión del conflicto a nivel mundial con la entrada de los Estados Unidos tras el ataque japonés a Pearl Harbor. Esta fase también se caracterizó por la brutalidad del frente oriental, donde Alemania invadió la Unión Soviética. La fase final, a partir de 1944, fue la ofensiva aliada que llevó a la liberación de Europa occidental y la derrota final de Alemania en 1945, marcando el fin del conflicto en Europa. En el Pacífico, la guerra continuó hasta la rendición de Japón tras el lanzamiento de bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki.
Guerra de movimientos (1914): La guerra comenzó con movimientos rápidos de tropas en ambos frentes, buscando una victoria rápida. El Plan Schlieffen de Alemania pretendía invadir Francia a través de Bélgica y Luxemburgo, esperando una rápida capitulación francesa para luego enfrentar a Rusia. Inicialmente, los alemanes avanzaron exitosamente, pero el ejército francés, reorganizado por el mariscal Joffre, detuvo su avance en la batalla del Marne en septiembre de 1914. En el frente oriental, una ofensiva rusa fue detenida por las tropas alemanas en la batalla de Tannenberg, y los austroalemanes reconquistaron Galitzia y conquistaron Polonia y Lituania en 1915.
Guerra de trincheras o posiciones (1915-1916): A partir de 1915, la guerra se estancó en una lucha de trincheras. En febrero de 1916, los alemanes intentaron romper el frente francés en Verdún, pero los franceses resistieron. En julio, los aliados lanzaron una ofensiva en el río Somme sin éxito. La batalla naval de Jutlandia resultó en daños para ambas flotas, y Alemania inició una guerra submarina para imponer un bloqueo naval a los aliados.
La crisis (1917): En 1917, la Revolución Rusa llevó a Rusia a retirarse de la guerra, firmando el tratado de Brest-Litovsk con Alemania en marzo de 1918. Simultáneamente, Estados Unidos entró en la guerra después de que submarinos alemanes hundieran varios de sus barcos. La entrada de dos millones de soldados estadounidenses y el apoyo industrial decisivo inclinaron la balanza a favor de los aliados.
Ofensivas del final de la guerra: En la primavera de 1918, la ofensiva alemana en el frente occidental (Operación Michael) fracasó, desmoralizando al ejército alemán. Para septiembre, Alemania estaba en crisis: la marina se amotinó y la indisciplina se extendió entre los soldados. El 9 de noviembre, el káiser abdicó y se proclamó una república. Dos días después, el 11 de noviembre, se firmó el armisticio, poniendo fin a la Primera
Guerra Mundial.
En que contexto llega al poder el fascismo El ascenso del fascismo ocurrió en el contexto de una Europa posbélica devastada por la Primera Guerra Mundial y sumida en crisis económicas y políticas. El descontento social y la inestabilidad política facilitaron el surgimiento de líderes carismáticos y autoritarios que prometían restaurar el orden y la grandeza nacional. En Italia, Benito Mussolini aprovechó el malestar social y la debilidad del gobierno para establecer un régimen fascista en 1922. En Alemania, la humillación del Tratado de Versalles y la crisis económica llevaron al ascenso de Adolf Hitler y el Partido Nazi en 1933. Ambos regímenes transformaron profundamente sus países y desencadenaron conflictos que marcarían el siglo XX.
En que contexto llega al poder el nazismo: El nazismo emergió en la Alemania de entreguerras, un país asolado por la humillación de la derrota en la Primera Guerra Mundial, la inestabilidad económica exacerbada por la Gran Depresión y la fragmentación política. El descontento generalizado y la búsqueda de soluciones rápidas condujeron al ascenso de Adolf Hitler y el Partido Nazi, prometiendo restaurar la grandeza nacional y el orgullo alemán. Aprovechando el resentimiento hacia el Tratado de Versalles, la propaganda y el carisma de Hitler convirtieron al nazismo en una ideología dominante, llevándolos al poder en 1933 y transformando radicalmente a Alemania en una dictadura totalitaria.
La crisis del 29, también conocida como la Gran Depresión, fue una severa recesión económica mundial durante la década de 1930, originada por el colapso del mercado de valores en Wall Street el 29 de octubre de 1929, conocido como el «Jueves Negro». Causas Principales 1. Especulación excesiva: La euforia económica llevó a una burbuja especulativa en el mercado de valores. 2. Endeudamiento masivo: Tanto individuos como empresas acumularon deudas insostenibles. 3. Políticas económicas inadecuadas: Falta de medidas efectivas por parte de la Reserva Federal para controlar la especulación y mantener la estabilidad financiera. Consecuencias – Cierre de empresas y bancos: Los inversores perdieron grandes sumas de dinero. – Aumento del desempleo: La producción disminuyó drásticamente. – Caída de precios agrícolas: Los agricultores sufrieron por la sobreproducción. Impacto Global El desempleo masivo, la pobreza y la pérdida de confianza en el sistema financiero se extendieron mundialmente. La recuperación requirió la implementación de políticas económicas y programas de recuperación, y sus efectos se sintieron durante años.
La Ilustración, un movimiento intelectual del siglo XVIII en Europa, abogaba por el progreso y la felicidad del pueblo a través de la razón, desafiando las creencias religiosas y tradicionales. Promovía la libertad de pensamiento y criticaba el absolutismo, inspirando el liberalismo. Destacados pensadores como Montesquieu, Rousseau y Voltaire propusieron ideas como la separación de poderes y el contrato social. A pesar de intentos de reforma en algunas cortes europeas, como las de Carlos III en España, las reformas ilustradas se vieron limitadas por la persistencia del absolutismo y la estructura social estamental. Esta tensión condujo eventualmente a las revoluciones que pusieron fin al Antiguo Régimen. Sin embargo, la Ilustración radical, que abogaba por el sufragio femenino, la aceptación de la homosexualidad y la igualdad racial, no logró tanto impacto en su época y fue excluida de los principales debates intelectuales.
Fases del colonialismo europeo:
1. Primera fase (1780-1820):
– Inglaterra lidera con iniciativa privada.
– Tras perder colonias en América, busca nuevas en India.
– Motivos: ventaja económica, industrialización y recursos naturales.
– Exploración global.
2. Época postnapoleónica (1820-1870):
– España expande su presencia.
– Inglaterra y Francia tienen protagonismo.
– Continúa la exploración.
3. Gran imperialismo (1870-1914):
– Europa alcanza su apogeo tecnológico y militar.
– Competencia por territorios en Asia y África.
– Importancia de las colonias para la potencia de un país.
– Alemania se une tarde, seguida por Japón y EEUU.
– A partir de 1914, los imperios ya no crecen y comienza la descolonización hasta 1945.
3.El camino hacía la segunda guerra mundial El camino hacia la Segunda Guerra Mundial fue pavimentado por una combinación de factores, incluyendo las secuelas de la Primera Guerra Mundial, la Gran Depresión, y el ascenso de regímenes totalitarios y expansionistas. El Tratado de Versalles, que impuso duras condiciones a Alemania tras la Primera Guerra Mundial, generó resentimiento y descontento en el país. La crisis económica de la Gran Depresión exacerbó las tensiones políticas y sociales en todo el mundo, facilitando el ascenso de líderes autoritarios como Adolf Hitler en Alemania, Benito Mussolini en Italia y Hideki Tojo en Japón. Estos regímenes totalitarios buscaron expandir su influencia y territorio a expensas de otras naciones, desencadenando una serie de agresiones militares y anexiones territoriales. Los intentos de apaciguamiento por parte de las potencias occidentales no lograron contener la expansión agresiva de estos regímenes, lo que finalmente desembocó en el estallido de la Segunda Guerra Mundial en septiembre de 1939 con la invasión de Polonia por parte de Alemania.