Portada » Filosofía » Historia del Pensamiento Jurídico Moderno y Contemporáneo
El empirismo, corriente individualista liberal (Hobbes, Locke), se desarrolla en la filosofía moderna, siglos XVII-XVIII, junto al racionalismo y el contractualismo. En este periodo, teorías políticas y sociales justifican políticas rígidas basadas en el poder, sin consideraciones morales o religiosas que limiten la conducta del gobernante. Ejemplos de esto son El Príncipe y Del Estado de Violencia de Maquiavelo, Utopía de Tomás Moro y La Ciudad del Sol de Tomás Campanella.
El empirismo, ligado al derecho, tiene antecedentes en Nicolás Maquiavelo, quien consideraba al Estado como un mecanismo del juego de fuerzas de las pasiones humanas.
Jean Bodino realizó estudios de historia y sociología para comprender el derecho. Lentamente, se desarrolló el empirismo jurídico, interrelacionándose con la sociología, la historia y el derecho comparado, con el apoyo de estudiosos como Bautista Vico, Montesquieu y Savigny.
Francis Bacon, en su obra Novum Organum, se opone al pensamiento filosófico vigente (metafísico aristotélico-tomista). Cuestiona el método vigente para investigar y conocer, proponiendo un nuevo método científico experimental. Bacon creía que todo lo que el hombre conoce proviene de la experiencia de sus sentidos.
El empirismo jurídico considera al derecho como producto de fuerzas históricas, sociológicas y económicas que influyen en la sociedad. El hombre es visto como un juguete de estas fuerzas impersonales. El Estado y el derecho no son creaciones humanas, sino productos naturales y sociales.
Esta corriente jurídica dio origen al positivismo jurídico del siglo XIX.
Thomas Hobbes, individualista inglés (1588), escribió Leviatán en un periodo de dificultades políticas y sociales en su país. Buscó aplicar principios científico-experimentales para explicar hechos sociales y naturales, creando una mecánica natural del hombre y el Estado. En su estado de naturaleza, el hombre se encuentra en el último lugar de la creación. Su frase «el hombre es el lobo del hombre» refleja el egoísmo humano, cuyas fuentes son la competencia, la desconfianza y el deseo de fama.
El individualismo de Hobbes, con raíces en el epicureísmo, considera al hombre como un átomo y al Estado como un monstruo con poder ilimitado. Propone una monarquía absoluta totalitaria como único sistema para la convivencia pacífica.
John Locke (1632-1704), se dedicó a la filosofía en una época dominada por el pensamiento de Hobbes. Sus obras Ensayos sobre el gobierno civil y Carta sobre la Tolerancia cuestionaron las ideas monárquicas absolutistas. Considerado pensador empirista, se opuso a los métodos aristotélicos-tomistas, sin negar la existencia de un creador. Para Locke, la conducta buena o mala se define por la conformidad o disconformidad de las acciones con la ley.
Locke creía en la bondad natural del ser humano y en su sociabilidad. Reconoció derechos innatos: vida, libertad y posesión de bienes (ligada a la tierra y al trabajo), en el marco de preceptos morales como no matar, no violar y no robar.
La Ilustración, posterior al Renacimiento, ve el surgimiento del hombre moderno, con ideas de libertad. La razón es la guía infalible del saber.
Charles Louis de Secondat, Montesquieu, dentro del historicismo jurídico, escribió El Espíritu de las Leyes, donde analiza el significado de «espíritu» usando el método histórico. Afirma que la ley es para los hombres lo mismo que la razón. Sobre el derecho natural, dice que el primer derecho es la paz, relacionándolo con el derecho de gentes: en la paz, el mayor bien posible; en la guerra, el menor mal posible, sin dañar los propios intereses. Crea la separación de poderes del Estado mediante pesos y contrapesos.
Jean-Jacques Rousseau, dentro del contractualismo, confrontó el racionalismo enciclopedista con el romanticismo. En El Contrato Social, afirma que en un estado social y libre, los hombres se asocian para preservar su libertad. El contrato social da origen al Estado y al derecho. La familia es la primera formación social. La ley es justa si respeta la voluntad general de ser libres.
El racionalismo utiliza la razón, percibida por los sentidos, como único medio para comprender los fenómenos.
Immanuel Kant, en sus obras Crítica de la razón pura y Crítica de la razón práctica, aborda el orden mental y la conceptualización de los fenómenos naturales. La razón pura procesa las percepciones externas. La razón práctica toma decisiones basadas en la razón pura. La libertad es hacer el bien. Nociones metafísicas: Dios, alma, libertad. El derecho implica respeto mutuo a la libertad. El estado de derecho asegura la libertad de los súbditos.
Friedrich Hegel transformó la filosofía en una ciencia rigurosa. Creía en la existencia de lo absoluto, donde los fenómenos son manifestaciones de la razón: «lo que es racional es real y lo que es real es racional». Su triada hegeliana (tesis, antítesis, síntesis) ve la realidad en constante evolución. Divide su sistema filosófico en lógica, filosofía de la naturaleza y filosofía del espíritu. Reconoce al matrimonio y la familia como la primera forma social.
Friedrich Schelling define el ordenamiento jurídico como una ciencia teórica que deduce el mecanismo para la interacción de seres libres. El Estado es la creación perfecta del espíritu.
Arthur Schopenhauer ve la vida como la manifestación de la voluntad y a la moral como la voluntad controlada por la inteligencia.
El positivismo surge como reacción contra los excesos del idealismo y romanticismo alemán.
Auguste Comte, principal exponente del positivismo, define «positivo» como la ausencia de irrealidad. Se basa en la observación sistemática y la experiencia de los fenómenos. Usó el método de la observación en la física natural y social.
Jeremy Bentham, autor de Deontología y Principios de moral y legislación, creía que el legislador debía buscar la satisfacción del pueblo, priorizando el interés de la comunidad.
Charles Darwin, autor de El origen de las especies, viajó a las Islas Malvinas y Galápagos. Su teoría de la supervivencia se basa en la observación de los pinzones.
Karl Marx, autor de El Manifiesto del Partido Comunista y El Capital, analizó la cuestión social y la lucha de clases. Es el creador del comunismo.