Portada » Latín » Historia de la Historiografía Romana: Evolución y Autores Clave
En Roma, existió un colegio sacerdotal, el de los pontífices, encargado de recoger los hechos más importantes ocurridos en el estado durante el ejercicio de su cargo, esto es, un año. A estas obras primitivas se las conoce como Annales (Anales), precisamente por ser un año el tiempo reseñado. A los autores que abordan las primeras obras historiográficas en Roma se los conoce como **analistas primitivos**. Su obra suele abarcar desde la fundación de la ciudad hasta el presente del autor y suelen estar escritas en griego. Hemos de pensar que, a la manera de **Herodoto**, el padre de la historia griega, el analista concibe su trabajo como una obra de arte lo que lo lleva a presentar los hechos, o incluso a inventarlos, del modo más conveniente. El primero en redactar una obra histórica en latín fue **Catón** y la tituló Origenes. En ella se aparta del gusto helenizante y Roma se convierte en su eje central. Consta de siete libros en los que aborda, ahora sí, al modo de los analistas la historia de Roma desde su fundación hasta casi la muerte del autor y en los que silencia, convenientemente, los hechos de sus enemigos para ensalzarse a sí mismo y a su estirpe sin ningún pudor.
Durante su vida se convirtió en el centro de la decadente república romana y convirtió su actividad literaria en un elemento más en su trepidante vida política. Como una forma, muy romana por cierto, de llenar su ocio y como una elaborada propaganda política es como hay que entender sus dos obras principales: Comentarii de bello gallico y Comentarii de bello civile. Sus fuentes son casi siempre sus propios diarios de campaña y, en el caso de la segunda obra, sus informes oficiales al Senado. En definitiva, la prosa de **César** es magistral por su sencillez, pretende hacer creer que se trata de los diarios de campaña de un guerrero no versado en letras y demuestra lo elaborado de su inteligencia.
Es un historiador que escribe sobre el golpe de estado de **Catilina**; y por otro la guerra con el rey armenio **Yugurta**. Desarrolla el tema manteniendo en todo momento la atención del lector y corona todo ello con un lenguaje impregnado de cierta rudeza arcaica que es su principal recurso estilístico.
Es un historiador republicano que tuvo una educación tradicional pasando por las escuelas de retórica y filosofía. Marchó a Roma donde dedicó el resto de su vida a un tranquilo retiro entregado a la composición de una ambiciosa obra histórica que habría de cubrir toda la historia de Roma desde sus orígenes hasta la muerte de Druso, en el año 9 a. de C., de ahí su título Ab Urbe Condita (Libros desde la fundación de la ciudad). Sus fuentes principales fueron los últimos analistas. Ve en la historia un plan teológico: el ascenso de Roma es una obra providencial debida. De ahí que el abandono de las características fundamentales del propio Eneas tengan como consecuencia inmediata e irremediable la decadencia de Roma y el romano. El lenguaje de **Livio** es, en muchos aspectos, más cercano a la época republicana que al tiempo de Augusto en el que vivió.
**Tácito** es un producto de su época. Nacido en época de Nerón, vivió sus años jóvenes bajo la asfixiante tiranía de Domiciano. La vida pública de **Tácito** estuvo dedicada a la oratoria en la que consiguió una fama considerable. Sin embargo, como orador, «torció» su camino hacia la historia. Su primera obra en este género es una biografía de su suegro, De vita et moribus Iulii Agricolae. Escribió una obra que abarca los hechos principales desde la muerte de Nerón hasta la muerte de Domiciano y que tituló Historiae. A ésta siguen los Annales, historia de la casa Julio-Claudia. Cierra el catálogo de sus obras históricas una monografía titulada Germania, primera monografía de carácter etnográfico escrita como tal y no como una mera digresión al estilo de César o Livio. Su estilo patético llega en su dramatización a conseguir tales efectos que se acerca de un modo admirable a la tragedia, a la puesta en escena, y todo ello sin falsear los hechos y con un escrupuloso sentido de la fidelidad histórica. Sus cualidades son: brevedad, solemnidad e ironía.
Su obra principal, aunque no la única, es De vitis virium illustrium que contenía biografías de romanos y griegos ilustres. Pero sin ninguna duda el biógrafo más conocido por la posteridad ha sido **C. Suetonio Tranquilo**, principalmente por su De duodecim caesarum vitis y sobre todo por su haber servido como fuente principal de información para conocer la vida privada de la clase dominante en Roma durante el primer siglo de nuestra era. A esto ha contribuido en no poca medida la ingente obra de Robert Graves. Demuestra más interés por las personas que por sus circunstancias políticas o sociales.