Portada » Historia » Historia de Al-Ándalus y los Reinos Cristianos en la Edad Media
Tras la muerte de Almanzor en el año 1002, el Califato de Córdoba experimentó un periodo de inestabilidad marcado por la sucesión de califas con escaso poder. Esta debilidad en el gobierno, aunada a las revueltas internas, el creciente poder del ejército y las divisiones territoriales y étnicas entre árabes, bereberes y otros grupos, condujeron a la descomposición del califato en el año 1031. En su lugar, surgieron 26 reinos independientes conocidos como Taifas.
Ante la caída de Toledo en manos cristianas en 1085, los reyes de las Taifas, alarmados por el avance cristiano, solicitaron la ayuda de los almorávides, un pueblo proveniente del norte de África. Los almorávides desembarcaron en la península ibérica y derrotaron al rey Alfonso VI de Castilla en la batalla de Sagrajas (también conocida como Zallaca) en 1086. Tras esta victoria, los almorávides decidieron absorber los reinos de Taifas de Al-Ándalus.
Sin embargo, el rigorismo ortodoxo almorávide, su intolerancia hacia las minorías judía y mozárabe, y los abusos cometidos por los gobernadores almorávides provocaron una revuelta popular. Esta revuelta, aprovechando las dificultades que enfrentaban los almorávides en el norte de África con el surgimiento de los almohades, desembocó en la disgregación del imperio almorávide y en la aparición de una segunda etapa de reinos de Taifas, conocidos como los Segundos Reinos de Taifas (1146-1170).
Desde el norte de África llegó otro imperio bereber, los almohades, quienes acudieron a la península ibérica ante el avance cristiano. Los almohades establecieron su capital para Al-Ándalus en Sevilla, donde construyeron la Giralda y la Torre del Oro.
Tras algunas victorias iniciales, como la batalla de Alarcos en 1195, los almohades fueron derrotados por una coalición de reinos cristianos en la batalla de las Navas de Tolosa en 1212. Esta derrota marcó el declive del poder almohade en la península y condujo a una nueva fragmentación de Al-Ándalus, dando lugar a la aparición de las Terceras Taifas. Estas taifas fueron sucumbiendo gradualmente ante el avance cristiano, con la excepción del Reino de Granada.
El Reino Nazarí de Granada fue el único reino de las Terceras Taifas que logró sobrevivir al avance cristiano. Gobernado por la dinastía de los Banu Nasr, el Reino de Granada logró mantenerse independiente gracias a su vasallaje al Reino de Castilla (a través del pago de parias) y a su alianza con los benimerines del norte de África.
Granada se convirtió en un refugio para numerosos musulmanes que huían del avance cristiano, lo que contribuyó a su pujanza económica. El reino nazarí también se benefició de una agricultura de regadío muy desarrollada y de la producción de seda. El Reino de Granada alcanzó su máximo esplendor en el siglo XIV bajo los reinados de Yusuf I y Muhammad V, siendo la Alhambra el símbolo más representativo de esta época de prosperidad.
El Reino de Asturias surgió tras la victoria cristiana en la batalla de Covadonga en el año 722, bajo el liderazgo de Don Pelayo. Sus sucesores, Alfonso I, Alfonso II y Alfonso III, expandieron el territorio del reino hasta el río Duero. Con el traslado de la capital de Oviedo a León, el reino pasó a llamarse Reino de León. En el extremo oriental del reino surgió el condado de Castilla.
El territorio de Navarra, habitado por los vascones, estuvo inicialmente bajo dominio musulmán y posteriormente bajo el control de los francos. Hacia el año 830 se proclamó el Reino de Pamplona, que más tarde se convertiría en el Reino de Navarra, independiente del Imperio Carolingio. El Reino de Navarra alcanzó su máximo esplendor bajo el reinado de Sancho III el Mayor (1004-1035), quien llegó a controlar, además de Navarra, los territorios de Castilla, Aragón, Sobrarbe y Ribagorza. A su muerte, estos territorios fueron repartidos entre sus hijos.
El Reino de Aragón surgió en torno a los valles pirenaicos centrales. Inicialmente bajo la protección del Imperio Carolingio, Aragón mantuvo vínculos intermitentes con Navarra. Tras la muerte de Sancho III el Mayor, Aragón se separó definitivamente de Navarra bajo el reinado de Ramiro I, hijo de Sancho III.
Los condados catalanes fueron objeto de disputa entre musulmanes y francos. Finalmente, estos condados, entre los que se encontraban los de Rosellón, Cerdaña y Barcelona, pasaron a formar parte de la Marca Hispánica dentro del Imperio Carolingio. En el año 865, Wifredo el Velloso, conde de Barcelona, unificó los condados catalanes bajo su mando e inició un proceso de independencia del Imperio Carolingio que culminaría a finales del siglo X.
A nivel político, los reinos cristianos de la península ibérica presentaban una estructura similar que se fue consolidando a lo largo de la Edad Media. En todos ellos se establecieron tres grandes instituciones: la monarquía, las Cortes y los municipios.
El monarca, aunque teóricamente detentaba el poder supremo, vio su autoridad limitada en mayor o menor medida (según el reino) por el poder de la nobleza y las Cortes. El rey se asesoraba con la Curia Regia, compuesta por altos magnates de la nobleza.
Las Cortes surgieron entre los siglos XII y XIII como asambleas representativas de los estamentos del reino: la nobleza, el clero y el pueblo llano. El rey convocaba las Cortes para solicitar la aprobación de nuevos impuestos, y a cambio, los estamentos presentaban sus peticiones al monarca.
A nivel territorial, los reinos se organizaban en municipios, que abarcaban un núcleo urbano y su alfoz (territorio circundante). En el Reino de Castilla, los municipios estaban gobernados por un concejo, formado por regidores, y un corregidor. En el Reino de Aragón, los municipios se regían por un cabildo de jurados, presidido por un justicia o alcalde.
A partir de los siglos IX y X, los reyes cristianos, incapaces de garantizar la seguridad en todos sus dominios y necesitados de repoblar los territorios conquistados, comenzaron a ceder tierras y derechos jurisdiccionales a los nobles a cambio de su vasallaje. Esta práctica dio lugar al régimen señorial, un sistema de organización económica, social y jurídica característico de la Edad Media.
La sociedad medieval estaba dividida en tres estamentos: la nobleza, el clero y el pueblo llano. Cada estamento tenía su propio estatuto jurídico y la movilidad social era muy limitada. El clero era el único estamento al que podían acceder personas de otros estamentos.
La nobleza y el clero, conocidos como los privilegiados, estaban exentos del pago de impuestos directos, tenían sus propias leyes y tribunales, y generalmente disfrutaban de un mayor patrimonio. El pueblo llano, por otro lado, estaba sujeto a la ley común y debía pagar impuestos.
La Corona de Castilla, unificada en 1230, se administraba como un único Estado con un ordenamiento jurídico común, pero sin una capital fija. La corte se trasladaba de una ciudad a otra según las necesidades del rey. A lo largo de la Edad Media, la monarquía castellana experimentó un proceso de fortalecimiento hacia un modelo autoritario.
La administración central de la Corona de Castilla estaba compuesta por la Curia Regia (también conocida como Consejo Real), que asesoraba al rey; la Audiencia o Chancillería de Valladolid, el alto tribunal de justicia; la Hacienda Real, encargada de las finanzas; las Cortes estamentales, que aprobaban los impuestos; y otros cargos de la corte, como el canciller y el condestable.
(unión de Aragón y Cataluña en 1137) no era un estado único, sino una unión de reinos(Cataluña, Valencia, Aragón y el Reino de Mallorca) en la que cada uno conservaba sus instituciones y leyesparticulares. La debilidad real se manifestaba en el pactismo, por el cual se respetaban los fueros y privilegios en esosterritorios. En lo que respecta a la administración central, disponía de Consejo Real, las Cortes (unas por cada reino yotras Generales, ocasionales), la Hacienda Real (cuestiones económicas), la Real Audiencia (justicia), la DiputacióGeneral o Generalitat (para fiscalizar impuestos cuando no había Cortes) y el resto de la Corte.En Navarra, las instituciones que organizaban la administración del reino eran las siguientes: el Rey, las Cortes, elConsejo Real, la Corte Mayor (o Cort General) y la Cámara de Comptos. Cuando ya en el siglo XVI se incorporeNavarra a la Corona de Castilla, lo hará conservando su condición de reino (tendrá un virrey), sus fueros e instituciones