Portada » Historia » Historia de Al-Ándalus: Evolución Política, Social y Cultural
Al-Ándalus, el Estado musulmán establecido en la Península Ibérica, experimentó diversas formas de organización política a lo largo de su historia:
En esta etapa, Al-Ándalus era una provincia del Imperio Islámico gobernada por un walí, delegado del gobernador del Magreb, quien a su vez respondía al califa de Damasco. Durante este período, se produjo la ocupación militar y un enfrentamiento entre árabes y bereberes por el reparto de tierras. Córdoba se convirtió en la capital.
Abd Al-Rahman I, tras escapar de la matanza de su familia, se refugió en Al-Ándalus y se proclamó emir independiente. A pesar de no dominar toda la península, estableció un sistema sucesorio hereditario. Su gobierno se caracterizó por un eficaz aparato administrativo y un ejército profesional que sofocaba revueltas y controlaba a los reinos cristianos.
Abd Al-Rahman III, se autoproclamó califa, unificando el territorio y asegurando la hegemonía sobre la península. Con sus sucesores, el poder efectivo pasó al hayid, quedando el califa como figura simbólica. Se instauró una dictadura militar que intensificó la lucha contra los reinos cristianos del norte. Sin embargo, en el siglo XI, una guerra interna debilitó al califato, situación que aprovecharon los reinos cristianos para avanzar.
Tras el colapso del califato, Al-Ándalus se fragmentó en los reinos de taifas. Los almorávides, un pueblo bereber con una visión tradicional del islam, conquistaron estas taifas. Posteriormente, fueron reemplazados por otro grupo bereber, los almohades, quienes, a pesar de unificar el territorio, no pudieron frenar el avance cristiano, sufriendo una derrota decisiva en la batalla de las Navas de Tolosa (1212).
Tras la derrota almohade, Al-Ándalus quedó reducido al reino nazarí de Granada, último reducto musulmán en la península hasta su conquista en el siglo XV.
La llegada del Islam a la Península Ibérica en el año 711, aprovechando la decadencia visigoda, trajo consigo un profundo impacto en la sociedad y cultura hispana.
Al-Ándalus se caracterizó por su prosperidad económica. Se impulsó el regadío en la agricultura, introduciendo nuevos cultivos como frutales, plantas aromáticas y textiles. La ganadería, especialmente la apicultura y la cría de ovejas y caballos, también floreció. La artesanía, con talleres de artículos de lujo, adquirió gran relevancia. El comercio internacional fue fundamental, controlando las rutas de oro del Sudán y utilizando un sólido sistema monetario basado en el dinar de oro y el dírhem de plata. Las ciudades, organizadas en torno a la medina, cobraron gran importancia, destacando la mezquita, la alcazaba y el zoco.
La sociedad andalusí estaba estratificada por criterios religiosos. Los musulmanes, con una aristocracia árabe y siria en la cúspide, seguidos por los bereberes y los muladíes (hispanovisigodos convertidos al islam), ocupaban los puestos de poder. Los no musulmanes, como los mozárabes (cristianos) y los judíos, tenían derechos restringidos y pagaban impuestos especiales, dedicándose al comercio y la artesanía. En la base social se encontraban los libertos y los esclavos.
Al-Ándalus fue un importante centro cultural del mundo islámico. Destacaron figuras como Maimónides y Averroes, y se desarrollaron las matemáticas, la medicina y la astronomía. Córdoba se convirtió en un referente intelectual. El idioma español conserva numerosas palabras de origen árabe. El arte andalusí, una fusión de elementos islámicos, romanos y visigodos, se plasmó en obras maestras como la Alhambra de Granada y la Aljafería de Zaragoza.
El dominio musulmán no se extendió por toda la península. En las zonas norteñas, como la Cordillera Cantábrica y los Pirineos, surgieron los primeros núcleos de resistencia cristiana.
En el año 722, el noble visigodo Pelayo venció a los musulmanes en la batalla de Covadonga, hito que marca el inicio de la Reconquista. El reino de Asturias, con capital en Oviedo, se expandió bajo Alfonso II. En el siglo X, la capital se trasladó a León, dando lugar al reino de León. El condado de Castilla, con Fernán González, se independizó en el año 927. En la zona pirenaica, el reino de Aragón surgió a partir del condado de Aragón, heredado por Ramiro I tras la muerte de su padre, Sancho III el Mayor de Navarra.
Los reinos cristianos se organizaron en torno a tres instituciones principales: