Portada » Medicina y Salud » Hiperplasia Benigna Prostática y Carcinoma de Próstata
Etiopatogenia: Se entiende por hiperplasia, al aumento del número de células. Podemos considerar 02 tipos de hiperplasia:
Las primarias generalmente se deben a factores endocrinos, como la del endometrio, próstata y tiroides. Las secundarias se explican por un desequilibrio trófico producido en la célula. En la hiperplasia benigna prostática se consideran las siguientes posibles causas:
a) Se observan nódulos prostáticos que muestran hiperplasia de las glándulas, de diferente diámetro y longitud.
b) Proliferación fibrosa o muscular del estroma, con focos inflamatorios crónicos.
c) El componente epitelial formando conglomerados glandulares grandes o con dilataciones quísticas, revestidas de una capa interna de epitelio cilíndrico y otra externa de epitelio cuboide o plano, de una membrana basal intacta.
d) Epitelio dispuesto en forma de pliegues papilares prominentes.
e) Glándulas con secreción y células descamadas granulosas.
a) Uropatía obstructiva
b) Hipertrofia e hiperplasia vesical.
c) Seudodivertículos vesicales
d) Hidroureteronefrosis
e) ITU
Descripción: Los adenocarcinomas de próstata tienden a expandirse periféricamente más que centralmente. Los carcinomas son apreciados mejores por palpación que por visualización. La mayoría de las lesiones son adenocarcinomas que producen unos patrones glandulares bien definidos y fáciles de demostrar, las glándulas están revestidas por una sola capa homogénea de epitelio cúbico o cilíndrico de escasa altura. Con frecuencia falta la capa basal externa formada por la células típicas de las glándula normales o hiperplásicas. En algunos casos las glándulas son algo mayores y tienen un aspecto papilar o cribiforme, los núcleos son grandes, están vacuolados y contienen uno o más nucléolos grandes, el tamaño de los núcleos varía algo pero en general no hay pleomorfismo, las imágenes de mitosis son raras.
Comentario: Los factores de riesgo incluyen edad, raza, historia familiar, niveles de hormonas, y medio ambiente. La patogénesis no es precisamente conocida, pero tendrá que tomar en cuenta influencias genéticas, cambios hormonales endógenos, y exposición a sustancias ambientales.
El adenocarcinoma prostático es una enfermedad de hombres mayores de 50 años. La incidencia del adenocarcinoma prostático latente se cree que es del 10% en hombres en quinta década y aumenta a 60% en hombres en su novena década. Hay diferencias raciales. Comparados con la población blanca de USA, el carcinoma prostático tiene una mayor incidencia en la población negra y una menor en la población oriental.
Descripción: En el corte se observa cuello uterino, el epitelio muestra franca hiperplasia y células malignas con escaso citoplasma y núcleos grandes, compactos e hipercromáticos, con pérdida de la polaridad nuclear, hay también compromiso neoplásicos de la glándulas endocervicales, pero siempre respetando la membrana basal.
Comentario: Ocurre en cualquier edad, desde los principios del tercer decenio hasta la edad avanzada. Las lesiones in situ alcanzan el máxima de frecuencia a los 20 ó 30 años de edad. Es más frecuente en la raza negra, alcanza el doble de frecuencia en las casadas y es muy poco frecuente en vírgenes. Los factores que participan del cáncer:
Estudios de biopsias seriadas han comprobado claramente que las lesiones in situ resultan de alteraciones epiteliales sucesivas que pudieran anotarse de esta manera: Hiperplasia de células básales, displasia o metaplasia atípica que por último se convierte en neoplasia inconfundible.
Estos cambios suelen comenzar en la unión entre el epitelio escamoso y el cilíndrico; y a menudo se asocia a cervicitis y endocervicitis crónica circundante. Los cambios celulares atípicos en el cuello del útero se clasifican en tres grupos: Displasia benigna, displasia atípica y carcinoma incipiente. La displasia benigna es lesión reversible con importancia preneoplásica discutible. La displasia atípica significa alteración potencialmente maligna; en cambio el carcinoma incipiente puede considerarse como una alteración maligna irreversible. A diferencia de las observaciones anteriores, se efectuó un estudio en que significó que el carcinoma in situ a menudo es reversible y en algunos pacientes persiste sin progresar, pero esto adolece de falta de valoración histológica adecuada. La opinión aceptada en general se resume: el carcinoma in situ es lesión del epitelio cervical que indudablemente es precursor de cáncer invasor del cuello uterino.