Portada » Ciencias sociales » Hannah Arendt y Ortega y Gasset: Totalitarismo, Banalidad del Mal y Sociedad
Hannah Arendt, influenciada por Jaspers y Heidegger, destacó por su independencia y originalidad política y filosófica. Su objetivo era comprender la realidad humana a partir de sus acontecimientos, alejándose de la especulación desvinculada de la realidad. Su obra está vinculada a su experiencia personal.
Los orígenes del totalitarismo (1951) es su primer libro importante. La idea principal es que la Alemania nacionalsocialista y la Unión Soviética estalinista son formas de dominación del ser humano desconocidas hasta entonces, inexplicables mediante una simple reconstrucción histórica. Aniquilan los conceptos tradicionales de política y los estándares del juicio moral.
El totalitarismo no es una forma de gobierno tiránica o basada en el temor como el despotismo o el fascismo. Su esencia es el»terro», diferente al temor. Se basa en una única idea o ideología que busca transformar el mundo según una realidad»verdader». Cualquier obstáculo, como judíos o gitanos, es eliminado para alcanzar esta»forma verdader» de realidad.
El trabajo de campo de Arendt la llevó a la conclusión de que el genocidio nazi se había producido por motivos triviales, por una búsqueda de sistematicidad y eficacia. Esta idea quedó condensada en la “banalización del mal”, tesis que le generó críticas, sobre todo de la comunidad judía. El verdadero horror del totalitarismo radicaba en la trivialidad y el servilismo absoluto de sus agentes, no en causas psicológicas profundas ni en una voluntad política de hierro. A esto se unió gran parte de la población, por una “política de mal menor”.
Hannah Arendt rechaza el pesimismo. Esto implica repensar el concepto de política para devolverle el espacio y la credibilidad para la dirección que tome la humanidad.
Diagnostica como efecto indeseable de la Ilustración el desdibujamiento de la separación entre la vida pública y la vida privada, que acaba con el nacimiento de la sociedad.
La sociedad es un híbrido entre el ámbito de la vida privada y el ámbito de la vida pública que se caracteriza por ser el lugar donde se satisfacen las necesidades individuales.
Ortega y Gasset sostiene que vivir es razonar ante las circunstancias, reflejado en»yo soy yo y mi circunstanci». La razón busca dominar y humanizar estas circunstancias. Distingue entre creencias, que pueden perder valor con el tiempo, e ideas que se convierten en creencias. La filosofía es un esfuerzo para superar la incertidumbre.
En la era contemporánea, con pérdida de fe en las ciencias exactas, se busca orientación en ciencias sociales. Ortega comparte con Dilthey la idea de que el ser humano es historia y esta consiste en la auto-creación del proyecto vital (raciovitalismo) en vista de las posibilidades finitas (circunstancias/objetivismo) entre las que cada ser humano elige (perspectivismo), guiándose por una razón histórica que supera la crisis de fe en el pensamiento científico.
El pasado se incorpora a su ser como razón narrativa o razón histórica.
Ortega y Gasset, además de ser reconocido internacionalmente por su pensamiento filosófico, es un importante activista cultural y político, crítico cultural y artístico, además de político.
En su obra El tema de nuestro tiempo de 1923, además de abordar su teoría del punto de vista, elabora su teoría sobre el hombre-masa.
La teoría de las minorías y las masas explica cómo toda sociedad está formada por una élite de personas bien dotadas que con su esfuerzo han sabido imponerse la más elevada disciplina intelectual y han adquirido la confianza de las masas.
Un hombre-masa, contrariamente, se deja llevar por el mínimo esfuerzo y no se apasiona por ningún ideal. Las masas se subordinan, de manera espontánea, a las minorías que persiguen el bien y la belleza.
Ortega y Gasset mantiene que nos encontramos en una de esas épocas de crisis donde se ha impuesto el egoísmo, la vulgaridad y la dictadura de la facilidad. En lugar del humanismo, se ha instaurado el reino de los técnicos incultos, salvajes y pretenciosos. Por lo que estima deberían aparecer nuevas generaciones de élites con hombres selectos capaces de suscitar la adhesión de las masas y llevar a cabo la regeneración cultural, social y política en España.
Un tema que preocupó a Ortega y Gasset fue la “vertebración” de España, en respuesta a su obra España invertebrada (1921), se constituyen las Comunidades Autónomas en España.