Portada » Historia » Guernica de Picasso: Símbolo contra la Guerra Civil Española
La imagen muestra un óleo sobre lienzo procedente del Museo Reina Sofía de Madrid: «Guernica», una obra cubista realizada por el pintor malagueño Pablo Picasso entre mayo y junio de 1937.
El contexto histórico de *Guernica* se sitúa en plena Guerra Civil Española, un conflicto que enfrenta a las fuerzas republicanas —compuestas por diversas facciones de izquierda— contra el bando sublevado liderado por el general Francisco Franco, apoyado por la Alemania nazi y la Italia fascista. En ese escenario, el bombardeo de Guernica, una pequeña ciudad de gran valor simbólico para el pueblo vasco, fue un acto sin precedentes en la guerra moderna: un ataque aéreo sistemático y devastador sobre una población civil indefensa. El ataque fue llevado a cabo por la Legión Cóndor, una fuerza aérea alemana que usó Guernica como campo de prueba para sus tácticas de bombardeo masivo. Este suceso fue una advertencia al mundo del alcance destructivo de las guerras futuras.
El impacto del bombardeo fue devastador. Más del 70% de la ciudad quedó destruido y cientos de civiles murieron. La noticia del ataque conmocionó a Europa gracias a las crónicas del periodista británico George Steer, publicadas en diarios internacionales como *The Times*. Poco después, el gobierno republicano encargó a Picasso la creación de un mural para representar a España en la Exposición Internacional de París de 1937, dándole libertad artística para elegir el tema. A pesar de haber comenzado con otras ideas, al conocer la tragedia de Guernica, Picasso decidió plasmarla en una obra de gran carga simbólica y emocional, que no solo denunciaba los horrores del bombardeo, sino también el sufrimiento de las víctimas de la guerra en general. *Guernica*, desde entonces, ha sido interpretado como un grito universal contra la violencia, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y paz.
En el centro, simbolizando a las víctimas inocentes del conflicto, un caballo torsionado. Mientras, a la izquierda de la composición, un hombre mira al cielo implorando el fin de los bombardeos. Por último, la mujer del quinqué, en el centro de nuevo, ilumina la estancia y se avanza con la mirada perdida. Es una alegoría de la República que se encuentra en estado de shock.
El desarrollo de la Guerra Civil causó graves estragos en la vida de los españoles, que se deben analizar tanto desde el punto de vista demográfico y económico como social y moral, puesto que la guerra supuso una verdadera fractura moral del país, dejando a varias generaciones marcadas por el sufrimiento de la propia guerra y la represión de la larga posguerra. El régimen de Franco nunca buscó la reconciliación de los españoles y siempre recordó y celebró su origen bélico. La persecución y represión de los vencidos fue un rasgo clave del franquismo. Actualmente los cálculos más aceptados estiman en torno a 500.000 los muertos en la guerra. De ellos unos 160.000 murieron en combate y unos 150.000 en la retaguardia, víctimas de la represión. El resto, hasta esos 500.000, murieron como consecuencia del hambre, la desnutrición y la enfermedad.
Después de la guerra se estima que unos 50.000 republicanos fueron condenados a muerte y ejecutados. E igual de significativo a efectos demográficos fue el exilio de republicanos, que se cree en torno a otras 500.000 personas, de los cuales algo más de un tercio eran soldados y guerrilleros y el resto población civil, fundamentalmente vascos y catalanes que cruzaron a Francia. Ya durante el conflicto los llamados «niños de la guerra» habían salido de los puertos asturianos, cántabros y valencianos con destino a la URSS, para salvarlos de los bombardeos. Pero en el campo las cosas tampoco fueron fáciles. En conjunto, la cabaña ganadera se redujo entre un tercio y la mitad; y la producción agrícola descendió al menos un 25%, debido a la falta de hombres jóvenes, de semillas, de abonos y de animales de tiro.
Las comunicaciones y medios de transporte, objetivos estratégicos durante la guerra, resultaron muy dañados. Sirva como ejemplo que en torno a la mitad de los trenes fueron destruidos. También la destrucción de puentes fue sistemática. Unas 500.000 viviendas, como las de Guernica, fueron total o parcialmente destruidas. Y, por último, las reservas de oro del Banco de España fueron utilizadas por el Gobierno de la República para pagar la ayuda soviética. Además Franco contrajo durante la guerra una deuda con Alemania e Italia de casi mil millones de dólares. En definitiva, la Hacienda Pública estaba arruinada, endeudada y sin reservas financieras. Y las consecuencias sociales de las que el cuadro también se hace eco. Terminada la guerra, no llegó la paz. De hecho, el bando vencedor ––que cada año celebraba el Día de la Victoria–– impuso una rendición incondicional al bando derrotado; y comenzó entonces una intensa persecución y una feroz represión de los enemigos políticos.