Portada » Filosofía » Gnosticismo: Orígenes, Corrientes y Conceptos Clave
El gnosticismo no es sinónimo de gnosis. El gnosticismo se refiere a un pensamiento que postula que el ser humano posee un saber transformativo. Las diversas formas de gnosis son expresiones de este saber.
Ejemplos de expresiones de la gnosis:
El gnosticismo surge entre los siglos II y IV d.C., degenerando posteriormente en diversas sectas. A finales del siglo XIX y principios del XX, surgieron dos teorías principales sobre su origen:
Actualmente, ninguna de estas teorías se mantiene en su totalidad. El gnosticismo hunde sus raíces en el judaísmo apocalíptico y es esencial para comprender el fenómeno del cristianismo. De hecho, los primeros pensadores del cristianismo fueron los gnósticos.
El descubrimiento de la Biblioteca gnóstica de Nag Hammadi supuso una revolución en el estudio del gnosticismo, aunque no difiere significativamente de las enseñanzas de los Padres de la Iglesia.
Las raíces del gnosticismo son judeocristianas, con un componente griego significativo. Se puede hablar de una hermenéutica particular. Los primeros documentos conocidos son el documento Q, seguido del Evangelio de Marcos, que ya presenta un criterio literario material. Posteriormente, los evangelios de Mateo y Lucas incorporan material de Marcos y material más arcaico. La literatura rabínica, incluyendo el Libro de la Sabiduría, también influye. El gnosticismo es el vehículo que integra todos estos elementos.
Las motivaciones de los gnósticos son:
Para nosotros, el gnosticismo tiene raíces judaicas y cristianas, sin descartar la influencia de los círculos samaritanos. El componente helenista, a través de la koiné, es también fundamental. Su carácter judeocristiano es esencial, junto a las raíces bíblicas sapienciales y la filosofía griega. También se observan influencias del mundo iraní.
El gnosticismo no es un movimiento unitario. Destacan tres corrientes:
Para comprender su esquema jerárquico, podemos utilizar el esquema de San Ireneo, similar al esquema platónico pero con elementos cristianos. Este esquema es el punto de discusión de los neoplatónicos, incluidos los gnósticos. Para los gnósticos, el Uno está más allá del ser. También participa la noción del Dios desconocido; el Pleroma es la revelación del nombre de Dios. Se observa la integración de discursos judíos, platónicos y cristianos. El Pleroma se describe mediante mitos y se define como plenitud, como «el mundo de las ideas».