Portada » Economía » Fundamentos de Microeconomía: Competencia, Información y Mercado Laboral
Es un tipo de competencia imperfecta en la que existe un número alto de oferentes; sin embargo, el producto no es homogéneo, es decir, está diferenciado. Esta diferenciación puede ser real o percibida, lo que convierte a los productos en sustitutivos próximos, pero no idénticos.
Sectores como el calzado, la ropa o los servicios profesionales suelen operar bajo este modelo, donde múltiples marcas compiten con variaciones en calidad, diseño o marketing.
Dada la creciente competencia en estos sectores por la cantidad de productores existentes, es común que las empresas destinen una gran cantidad de recursos a estrategias como:
Los agentes del mercado necesitan información sobre la cantidad, precio, características, calidad y derechos de los productos. La información imperfecta ocurre cuando es difícil o costoso conseguirla, lo que genera incertidumbre y provoca que las personas no siempre maximicen su utilidad o beneficio.
Un caso específico es la información asimétrica, que se produce cuando una de las partes en una transacción tiene más o mejor información que la otra, otorgándole una ventaja.
Se producen cuando la actividad económica (producción o consumo) de un individuo o empresa afecta positiva o negativamente a otros agentes que no están directamente implicados en esa actividad, sin que exista una compensación monetaria por ello.
En presencia de externalidades, la valoración social de los beneficios y costos difiere de la valoración privada:
Los bienes se pueden clasificar según dos principios:
Un bien público puro es aquel que es no excluible y no rival en el consumo. Puede ser consumido simultáneamente por varias personas sin que el consumo de una afecte al de las demás, y no se puede impedir su uso a nadie.
Los bienes públicos enfrentan principalmente dos problemas:
La provisión de bienes públicos puede ser tanto pública como privada, aunque a menudo interviene el sector público debido al problema del polizón. Factores que influyen en la provisión:
Son bienes que son no excluibles pero rivales en el consumo (ejemplo: un banco de peces en aguas internacionales, pastos comunales, acuíferos).
El sector público puede intervenir para gestionar los bienes comunes mediante:
Una burbuja de precios es una situación en la que se produce un incremento sostenido y anómalo en el precio de un activo, alejándose significativamente de su valor intrínseco o fundamental a largo plazo. Existen muchas posibles burbujas de precios, pero son difíciles de identificar con certeza mientras se están formando, ya que la valoración de activos es compleja. Generalmente, solo se confirman después de que estallan y los precios caen abruptamente.
Un ejemplo histórico famoso es la burbuja de los tulipanes en los Países Bajos durante el siglo XVII, que a menudo se utiliza como caso de estudio.
Algunos expertos sugieren que ciertos criptoactivos podrían haber experimentado fases de burbuja, argumentando que sus aumentos de precios no siempre encuentran justificación en su valor fundamental o utilidad real, sino que están impulsados principalmente por la especulación.
El mercado de seguros es uno de los sectores donde la asimetría de la información es más pronunciada, lo que ha hecho que sea objeto de numerosos estudios económicos.
Se formaliza mediante un contrato (póliza) entre la entidad aseguradora y el tomador del seguro. La aseguradora cobra unas primas periódicas y, a cambio, se compromete a pagar un capital o prestación al beneficiario en caso de que ocurra el siniestro cubierto por el contrato.
Los elementos principales de un seguro son:
La nómina es el documento que refleja el salario del trabajador.
Tanto la empresa como el trabajador contribuyen a la financiación de la Seguridad Social. Estas cotizaciones cubren diversas contingencias (jubilación, desempleo, enfermedad, accidentes).
Los tipos de cotización específicos se determinan anualmente en la Ley de Presupuestos Generales del Estado.
La retención del IRPF en la nómina depende del nivel de ingresos del trabajador y de sus circunstancias personales y familiares (estado civil, hijos a cargo, etc.), ajustándose a los tramos de renta establecidos por la legislación fiscal.
Existen diferentes formas de medir el desempleo:
La oferta de trabajo representa el número de personas legalmente aptas y dispuestas a trabajar en una economía a cambio de un salario. Constituye la población activa (personas en edad de trabajar que participan en el mercado laboral, ya sea trabajando u buscando empleo activamente).
La decisión individual de ofrecer trabajo depende fundamentalmente de las preferencias entre ocio y renta (salario). Los trabajadores renunciarán a horas de ocio si el salario ofrecido es suficiente para compensar esa renuncia.
La relación entre la oferta de trabajo (horas trabajadas) y el nivel de salario (w) es generalmente positiva: a mayor salario, mayor incentivo para trabajar más horas (efecto sustitución: el ocio se vuelve más caro). Sin embargo, a partir de cierto nivel salarial, el efecto renta puede predominar (con mayores ingresos, se desea consumir más de todo, incluido el ocio), llevando a que la curva de oferta de trabajo individual pueda volverse vertical o incluso curvarse hacia atrás (se ofrecen menos horas a salarios muy altos).
El mercado laboral real dista mucho del modelo de competencia perfecta. Algunas de sus características e imperfecciones clave son:
Estas imperfecciones contribuyen a la existencia de diferencias salariales persistentes y a la presencia de desempleo.
Existen diversas teorías que intentan explicar por qué existen diferencias salariales entre trabajadores:
Los mercados laborales suelen estar fuertemente regulados para proteger a los trabajadores y establecer normas mínimas.