La obra a analizar es un óleo sobre lienzo de 318 cm de alto y 276 cm de ancho. Su ubicación original se situaba en el Real Alcázar de Madrid y su ubicación actual es  en el Museo del Prado. Este cuadro fue pintado entre los años 1655 y 1656. El color de este cuadro se corresponde al periodo final de la pintura de Velázquez, es cuando se llega al cénit de la vaporosidad con una pintura donde abundan los tonos rosados y marfil. Respecto a la acción que se desarrolla, los críticos y analistas no se ponen de acuerdo sobre lo que hacen las once figuras o por qué razón se ha formado el grupo. Ópticamente no hay manera de entender el cuadro. Este cuadro sólo tiene sentido óptico si se ve desde las pupilas de los reyes. Cabe interpretar este cuadro en el contexto específico del ilusionismo Barroco.
Velázquez muestra que todo es ilusión. Nos muestra un acontecimiento extraordinario ya que nunca se habían representado juntos un monarca vivo y un pintor en plena actividad. Nos muestra a los reyes indirectamente, utiliza una sala de palacio, deja de pintar en el momento en que entran los reyes. Quiere hacer lo más real posible la presencia implícita de los reyes, y lo resuelve con la mirada de los personajes, con el espejo y con la proyección de un espacio imaginario ante la tela. El pintor definía con escasa materia y unas pocas pinceladas lo que deseaba expresar. La escena de la pintura tiene lugar en una estancia del Palacio, iluminada por la derecha y con cuadros que forran las paredes. Al fondo se abre una puerta por donde entra la luz. Velázquez realiza un sublime tratamiento de la luz que inunda la gran altura de la sala. El autor domina la perspectiva aérea, de manera que con la pincelada suelta y con el tratamiento abocetado de las figuras proporciona una mayor sensación de captación de la atmósfera y el ambiente. Esta pincelada acentúa la sensación de realidad de modo que las figuras parecen tener vida.En la composición aparece en el centro la infanta Margarita, hija de Felipe IV y Mariana de Austria, quienes están reflejados en el espejo del fondo.

La infanta recibe la atención de sus dos Meninas, una de ellas comienza a hacer una reverencia a los reyes. En segundo plano se encuentra doña Marcela de Ulloa, encargada del servicio de las damas de la reina. Al fondo, el mayordomo del Palacio. La zona izquierda la ocupa un enorme lienzo y, ante él, Velázquez. Los personajes más próximos a nosotros son dos bufones de la corte y un perro de compañía. Las composiciones de Velázquez no poseen movimiento, pero las figuras de hallan hábilmente dispuestas para obligarnos a contemplarlas, generando tensión en su observación. La acción transcurre en la antigua habitación de juegos del príncipe Baltasar Carlos. En la pared del fondo hay dos copias pintadas por Juan bautista del mazo de dos cuadros de Rubens y Jordaens. Observando los gestos de los personajes, vemos que el conjunto domina la sensación de movimiento paralizado; además, tres de ellos dirigen la mirada hacia fuera del cuadro. Parece que Las Meninas describen la acción de un grupo que está haciendo alguna cosa que es interrumpida por otro acontecimiento que sucede fuera de los límites de la pintura. Es como si la infanta hubiese entrado en el taller de Velázquez para ver cómo pintaba. Había pedido agua que era ofrecida por la menina de la izquierda; en este momento entran en la habitación el rey y la reina, reflejándose en el espejo del fondo. Todo el grupo empieza a reaccionar ente la presencia real, Isabel de Velasco empieza una reverencia; Velázquez deja de pintar; Mari Bárbola también se ha dado cuenta. La infanta, que mira a Nícolás Pertusato jugando con el perro, mira sutilmente a la izquierda, en dirección a sus padres, aunque su cabeza permanece en dirección al enano, producíéndose un extraño efecto entre la posición de la cabeza y la dirección de su mirada.Marcela Ulloa, entretenida con el guardadamas no se percata de la presencia de los reyes en la escena, pero este último parece que se acaba de dar cuenta.
Se encuentra el efecto de instantaneidad, también se confirma el hecho de que los reyes están presentes físicamente en la habitación, presencia que Velázquez subraya. El personaje del aposentador tiene la función de abrir las puertas a la comitiva real. Este personaje se encuentra de pie ante la puerta que acaba de abrir y por la que a continuación pasarán los reyes. Parece que Velázquez nos proporcione numerosas indicaciones de cuál es el factor crucial de la pintura.
Las meninas es un cuadro cuidadosamente compuesto. Observamos como la sala tiene una prolongación real con la puerta, una de ideal con el espejo y una de imaginaria con los cuadros pintados del fondo. Cabe subrayar el centro luminoso del primer plano, fuera y dentro de la tela. Este está producido por una ventana abierta, el leve reflejo de la quinta ventana entreabierta, el foco violento de la puerta del fondo y el reflejo pálido del espejo. Toda la obra está estructurada a partir de rectas verticales y horizontales como las del caballete, las paredes, las ventanas, las escaleras, sobre las cuales se superponen dos curvas irregulares y equivalentes. El arte Barroco supone un cambio con respecto al arte renacentista, los valores clásicos y el equilibrio es sustituido por el movimiento y la libre expresión de los sentimientos.Este nuevo estilo responde a un cambio de mentalidad tanto en la iglesia como por la conformación de las monarquías absolutas. Durante el Siglo XVI las ideas protestantes se fueron extendiendo por toda Europa. La división que se produce en la Iglesia requería una reafirmación de la Iglesia católica y el arte Barroco será el vehículo ideal para propagar y reafirmar el dogma católico. Las conclusiones del Concilio de Trento, fueron determinantes en la formación del arte Barroco, ya que se constituirá éste en el medio propagandístico de la Iglesia católica.Las recomendaciones iconográfico formales podrían resumirse en claridad, sencillez, comprensibilidad, etc.
Su monumentalidad, la riqueza y el lujo no es sino la expresión del poder y de la autoridad, tanto del monarca como de la nacíón y de la Iglesia Católica. El urbanismo Barroco hereda los esquemas teóricos del Renacimiento. Aparecen espacios de disfrute público como paseos, plazas, jardines, etc. La pintura barroca española se trata de un arte que llega a fundir el estudio de tipos concretos con altos grados de misticismo. En la temática, cabe destacar la religiosa. El retrato fue también muy abundante en el ámbito real y nobiliario. La pintura barroca española no fue un arte movido, sino de gran estatismo y serenidad, aunque no excluye un dinamismo compositivo que proviene de la tensión de su estructura o de los contrastes, bien lumínicos o temáticos. Diego Velázquez nacíó en 1599 en Sevilla y murió en 1660. En su tierra natal recibíó formación en el taller de Francisco Pacheco. Convertido pronto en pintor del rey Felipe IV, tendrá la oportunidad de estudiar las colecciones reales. Su técnica, utilizando el óleo, experimenta una prodigiosa evolución desde la pincelada fina, hacia otra deshecha, impresionista. Su temática es muy abundante, pintando mitología, pintura de Historia, de género, etc. Su estilo varía rotundamente desde sus primeras obras sevillanas hasta la aclaración total de su paleta. Asimismo, Velázquez sabe contraponer  personajes y situaciones distintas para producir un dinamismo que supla la inexistencia del movimiento físico.Velázquez no es un simple naturalista, sino que su excepcionalidad intelectual va mucho más allá, al realizar una pintura que reflexiona sobre la realidad y la interpreta, poniéndola al servicio de un ideal espiritual. La pintura de Velázquez resultó muy superior a la de sus contemporáneos, a quienes súperó en técnica, composición, innovación, reflexión moral, etc. A partir del s. XIX la pintura de Velázquez se convirtió en fuente de inspiración de los impresionistas.  El Barroco alcanza un gran desarrollo en España. El arte está al servicio de la fe católica reflejando el lujo y la fantasía.
En España las condiciones son muy favorables: enorme poderío económico de la Iglesia Católica y el control de la moral católica por parte del Estado y de la Iglesia a través de la inquisición. En el Siglo XVII español, el predominio de la escultura y la pintura es patente sobre la arquitectura. La pobreza de medios, en un país en crisis influyó notablemente sobre los materiales, dimensiones y programas. Esta situación de crisis hizo que las obras fueran encargadas por determinados conventos, iglesias locales o cofradías religiosas. Sólo la Corte ejercíó un notable mecenazgo. Esto explica que las carácterísticas de la arquitectura barroca española se centren en el carácter religioso, reflejo del poder de la Iglesia, y gran riqueza ornamental. Destacan Churriguera y su Plaza Mayor de Salamanca. La escultura española está realizada fundamentalmente en madera policromada. Se inspira en la realidad (escultura realista).  Este Realismo queda patente en las ricas vestiduras, en la utilización de cabello natural, ojos y lágrimas de cristal. Además destaca por su expresionismo que da rienda suelta a los sentimientos, por ejemplo el dolor, la angustia, etc. Su temática será casi exclusivamente religiosa. So objetivo es despertar la devoción en los fieles. En este periodo se distinguen dos escuelas. Un aes la escuela castellana y otra la escuela andaluza. En la primera destacan el Realismo violento y exagerado. Sus obras son dinámicas y fuertemente expresivas. Destaca el escultor Gregorio Fernández. Su arte se inspira en el estudio del natural. La segunda escuela hace más hincapié en la belleza y en la melancolía. Estamos ante un Realismo idealizado que se caracteriza por la serenidad. El modelado de las figuras es suave y se aprecia la belleza y el equilibrio. El escultor que reúne las carácterísticas de esta escuela es Martínez Montañés. Sus imágenes son dulces y serena. Velázquez será el pintor más importante del Barroco europeo. Su pintura resultó muy superior a la de sus contemporáneos en cuanto a técnica, composición e innovación.