Portada » Filosofía » Filosofía Presocrática, Sofista y Platónica: Un Recorrido por el Pensamiento Griego
Los presocráticos se enfocaron en el arjé, el elemento originario del cual todo se compone, nace y retorna. Para ellos, todo lo existente es materia, y el ser humano es parte integral de la naturaleza. El cosmos, entendido como orden, es una organización que revela las leyes que rigen el universo. Estos filósofos no desarrollaron una ética propiamente dicha, pero distinguían entre la apariencia y la realidad.
Los pitagóricos situaron el arjé en los números, considerando al hombre principalmente como un alma inmortal que se reencarna hasta lograr su purificación. Heráclito afirmó que la realidad es puro devenir, con el fuego como arjé. Para él, la ley del universo reside en la lucha de contrarios. Parméndes, en cambio, postuló que «el ser es y no es posible que no sea». Según su visión, la razón nos conduce a un ser único e inmutable, mientras que el cambio es un engaño de los sentidos. Los pluralistas propusieron la existencia de varios arjés y una causa que origina el movimiento del cosmos. Empédocles identificó cuatro elementos como arjé, con el Amor y el Odio como las fuerzas opuestas que impulsan el cambio. Finalmente, los atomistas vieron el principio de las cosas en los átomos, inalterables y diferenciados cuantitativamente. El movimiento, para ellos, se produce por el desplazamiento de los átomos en el vacío, careciendo de una causa específica.
Los sofistas abandonaron el estudio del cosmos para centrarse en el hombre y la polis. Enseñaron la virtud como la capacidad oratoria para el dominio político, adoptando una postura relativista y defendiendo las leyes de la ciudad. Sócrates y Platón criticaron su escepticismo y relativismo.
Sócrates priorizó el alma humana, poseedora de razón y leyes. Para él, el hombre debe practicar la virtud, entendida como autodominio y sabiduría acerca del bien. Quien conoce el bien, lo practica, y la vida coincide con la eudemonía. Su método, la mayéutica, constaba de la ironía y el alumbramiento de la verdad. La demagogia, en contraste, consiste en hablar sin preocuparse por la verdad o la relevancia del discurso.
Platón propuso un dualismo gnoseológico con su teoría de la reminiscencia, cuyo objetivo era alcanzar el mundo de las ideas. La doxa, o mundo sensible, es una copia imperfecta de las Ideas, representando una creencia extendida más que un conocimiento verdadero. Esta se divide en conjetura (imágenes) y física (estudio de los objetos del mundo sensible).
El mundo de las Ideas, por otro lado, contiene las realidades en sí mismas, independientes del pensamiento. Estas Ideas causan la esencia de las realidades sensibles y se caracterizan por su eternidad, inmutabilidad, inteligibilidad y perfección. El mundo sensible está compuesto de materia preexistente, ordenada por el Demiurgo, un ser inteligente que toma las Ideas como modelo.
En la antropología platónica, el hombre se compone de alma (perteneciente al mundo de las Ideas) y cuerpo (perteneciente al mundo material), unidos temporal y accidentalmente. El alma se divide en tres partes: racional (cabeza, razonamiento), irascible (corazón, sentimientos) y concupiscible (abdomen, necesidades básicas). El alma humana es inmortal, y su meta tras la muerte es volver a contemplar las Ideas, reencarnando hasta purificarse.
Existen dos grados de conocimiento: el sensible (opinión) y el racional (ciencia). El alma contempló las Ideas antes de unirse al cuerpo, pero debe esforzarse por recordarlas tras la encarnación.
En ética y política, Platón creía que la felicidad se alcanza fomentando la sabiduría y la virtud, que liberan de los bienes aparentes y conducen al conocimiento del bien en sí mismo y al dominio de la razón. Las virtudes principales son la sabiduría (parte racional), la valentía (parte irascible), la moderación (parte concupiscible) y la justicia. La sociedad es natural al hombre, y el Estado ideal es aquel donde las clases sociales cumplen sus funciones sin mezclarse. La mejor forma de gobierno es la monarquía, que puede degenerar en timocracia, oligarquía, democracia y tiranía.
Platón recibió influencias de su maestro Sócrates, de quien tomó la teoría del concepto general (ubicada en el mundo de las Ideas), el método y el eudemonismo. La episteme se divide en dos grados: métodos auxiliares que elevan el alma del mundo sensible y la dialéctica, la ciencia por excelencia para la contemplación del mundo de las Ideas a través del diálogo y los argumentos.