Portada » Español » Figuras retóricas de la Generación del 27
El término generación del 27 se emplea habitualmente para referirse a un grupo de poetas unidos por lazos de amistad y por inquietudes estéticas comunes. El nombre viene dado por el homenaje a Góngora celebrado en el Ateneo de Sevilla en 1927, en el cual participaron muchos de los poetas que posteriormente serán incluidos en la nómina de esta generación.
Como rasgos muy generales, el vínculo existente entre estos poetas se fue estrechando por coincidencias tales como las siguientes: convivencia artística en La Residencia de Estudiantes de Madrid, fundada en 1910 para favorecer la transmisión científica y artística entre España y Europa y fomentar el intercambio intelectual con personalidades diversas; colaboración en revistas literarias, como Carmen, Verso y prosa o Caballo verde para la poesía; ser parte integrante de la antología de Gerardo Diego Poesía española contemporánea; recibir influencia de las vanguardias europeas (sobre todo el Surrealismo), la tradición poética culta y popular y coincidir en el magisterio de Luis de Góngora como modelo de creación de un lenguaje personal y único.
Aunque la vida personal y la evolución poética e ideológica fue muy diversa, se han señalado tradicionalmente unas etapas comunes marcadas por los importantes acontecimientos históricos que tuvieron lugar.
1ª etapa, hasta 1925-28. Época de tanteos en busca de un estilo propio, se manifiesta la influencia de las vanguardias y el entusiasmo renovador, así como la influencia de Góngora en el hallazgo de imágenes que busquen la perfección de la forma. Todos participan en actos colectivos y se consolidan como generación.
-Desde 1928 hasta 1939. Recuperan en sus obras contenidos humanos, sociales y políticos e incorporan muchas técnicas surrealistas. Se rehumaniza el arte en revistas como Cruz y Raya, Octubre o la ya nombrada Caballo verde para la poesía, a cuyo frente estaba el chileno Pablo Neruda.
-A partir de la Guerra Civil. La mayor parte de estos escritores se mostraron partidarios de la República y la mayoría tuvieron que marchar al exilio. Los rumbos poéticos tomarán caminos muy diversos, según las trayectorias personales y las circunstancias históricas. A continuación nos detendremos brevemente en la revisión de las trayectorias de algunos de los poetas de esta generación.
Poeta y profesor, su labor docente y ensayística marcó un magisterio para los más jóvenes de la generación, como Cernuda. En su quehacer poético podemos señalar dos etapas, antes y después de la Guerra Civil; de la primera destacan sus tres primeros poemarios, centrados en la relación entre el yo y la materia fugaz y bajo la influencia de Juan Ramón (La voz a ti debida y Razón de amor) y la segunda gira en torno a temas como el exilio, la nostalgia de España y la modernidad de los EE.UU (Todo más claro, 1949).
Poeta y profesor universitario que destacó en sus inicios vanguardistas en la línea creacionista y en cuya abundante producción poética se distinguen dos tendencias; por un lado, la poesía de vanguardia de preguerra, en la que su libertad creadora se expresa con imágenes inesperadas, como Manual de espumas; por otro, poesía “relativa”, tras la Guerra Civil y más apoyada en la realidad, en la cual destaca Alondra de verdad.
Gran filólogo y poeta tardío de esta generación, que también puede ubicarse en la poesía española de posguerra con su poemario Hijos de la ira, iniciador de la poesía desarraigada.
El primero, profesor en diversas universidades europeas y americanas, fue quien más se acercó a la idea juanramoniana de poesía desnuda. Destacamos Cántico (1928), imbuido de un entusiasmo vital que celebra la vida sencilla. El segundo, andaluz, fue quien más se dejó influir por el Surrealismo, Nobel en 1977 y de quien destacamos Espadas como labios (1932) y Sombra del paraíso.
La obra de este gaditano destaca sobre todo por su militancia comunista, que lo obligó al exilio hasta la muerte de Franco. Su variedad temática se corresponde con una expresión multiforme que abarca diverso estilos, en la cual destacan títulos como Marinero en tierra (1925), Cal y canto (de influencia gongorina y surrealista) Sobre los ángeles o Entre el clavel y la espada.
Alumno en la universidad de Sevilla de Pedro Salinas, su apoyo a la causa republicana le obligó a abandonar España para no volver tras su paso por Inglaterra, EE.UU y México. De su etapa sevillana, hasta 1928, destacamos Perfil del aire; de su etapa madrileña, hasta 1939, obras como Un río, un amor, Los placeres prohibidos o Donde habite el olvido (1934); de su experiencia en el exilio señálamos Las nubes y Desolación de la quimera, 1962.
Junto con Miguel de Cervantes, es el autor español con mayor repercusión internacional. Distinguimos dos etapas en su creación poética, caracterizada por la fusión de lo culto y lo popular:
1ª etapa (1921-1928): destacan los tonos populares, musicales y las imágenes sugerentes. Se anuncian ya el misterio y el amor frustrado como los temas principales de su creación. Señálamos títulos tales como Libro de poemas, Poema del cante jondo y Romancero gitano (1928), que integra la tradición literaria culta y popular.
2ª etapa (1929-1936): marcada por la obra Poeta en Nueva York (1930), en donde da expresión a la deshumanización, materialismo e injusticia de la sociedad capitalista. De este tiempo son también los Sonetos del amor oscuro, con el amor imposible como tema principal y el Llanto por Ignacio Sánchez Mejías, elegía en homenaje a su amigo torero fallecido trágicamente.
Poetas malagueños e impresores, fundaron la revista Litoral, donde se editaron libros fundamentalmente de sus compañeros de generación. Sus trabajos de edición obtuvieron gran prestigio internacional. Por este tiempo, el primero compuso infatigablemente poesía, de la que sólo publicó una parte (destacamos Canciones del farero, 1926).
En cuanto a su amigo y compañero, llevó a cabo una importantísima labor editorial, después continuada con su mujer, Concha Méndez, también poeta y escritora. Destacada también fue su labor en el cine a partir de los años cuarenta, como guionista y director. Destacamos Las islas invitadas y otros poemas y Poemas en América.
Para finalizar este brevísimo recorrido por la poética del 27, debemos referirnos a las Sinsombrero, un grupo de mujeres creadoras, artistas y pensadora nacidas entre 1898 y 1914 pertenecientes por méritos propios a esta generación. Casi todas desarrollaron su labor literaria e intelectual en Madrid y destacan nombres como la pintora Maruja Mallo y las escritoras María Zambrano, María Teresa León, Rosa Chacel o Concha Méndez.