Portada » Historia » Fernando VII: Absolutismo, Liberalismo y la Sucesión al Trono Español
Tras el fin de las guerras napoleónicas en 1815, se inició en Europa el periodo conocido como la **Restauración**, el restablecimiento de los regímenes absolutistas destruidos por la oleada revolucionaria iniciada en 1789.
Fernando VII vuelve al trono de España tras el fin de la Guerra de Independencia y lo establecido en el Tratado de Valençay en 1813, donde Napoleón lo reconoce como rey de España.
En el reinado de Fernando VII podemos distinguir las siguientes etapas:
Fernando había abandonado el país como monarca absoluto y debía volver como rey constitucional.
Las Cortes obligaron al Rey a jurar la Constitución para que se le reconociera su derecho como monarca español, hecho que aceptó. Sin embargo, los absolutistas quieren que vuelva a restaurar el absolutismo, para mantener los privilegios del Antiguo Régimen.
Un grupo de diputados absolutistas le entregaron a Fernando VII un escrito, el “**Manifiesto de los Persas**”, en el que pedían la vuelta al absolutismo. El 4 de mayo se promulgó el Real Decreto que declaraba nula la Constitución y anulaba la obra legislativa de las Cortes de Cádiz. En este Golpe de Estado se impone el absolutismo y la represión contra todos los liberales. Se restauró el régimen señorial, el sistema gremial y la Inquisición, y se devuelve al clero sus conventos y propiedades y se permitió la vuelta de los jesuitas.
Estas medidas se tomaron en un contexto difícil debido a los graves problemas en que se encontraba sumido el país:
Como consecuencia de estas problemáticas, surgió la oposición de la burguesía, las clases medias urbanas y parte del ejército, lo que derivó en **pronunciamientos militares**, es decir, levantamientos de armas contra el Gobierno. Muchos de estos pronunciamientos fracasaron, pero uno de ellos triunfó, el de Rafael de Riego en Cabezas de San Juan, en 1820. Este pronunciamiento inició un nuevo periodo de vuelta al liberalismo denominado **Trienio Liberal**.
En enero de 1820, el coronel Riego se sublevó en Cabezas de San Juan (Sevilla) y el pronunciamiento triunfó. La pasividad del ejército, la neutralidad en las clases populares y el activismo liberal de las clases urbanas, obligaron a Fernando VII a jurar la Constitución de 1812 y convocar nuevas Cortes.
Nombró un nuevo gobierno, que proclamó una amnistía que permitió la vuelta de los liberales exiliados y se convocaron elecciones. En las nuevas Cortes, con mayoría de liberales, se inició el restablecimiento del régimen liberal.
Las nuevas Cortes llevaron a cabo medidas que reanudaron la legislación elaborada en 1812 y modernizaron al país: supresión de la Inquisición; abolición de los señoríos jurisdiccionales y los mayorazgos; control de los privilegios eclesiásticos; reforma del sistema fiscal, código penal y del funcionamiento del ejército; libertad de comercio e industria y reducción del diezmo.
Fernando VII pidió ayuda a la **Santa Alianza** para restaurar el absolutismo. La intervención del ejército francés de los **Cien Mil Hijos de San Luis** en 1823 puso fin al Trienio Liberal e inició la última etapa del reinado de Fernando VII: la **Década Ominosa**.
La Década Ominosa inicia el último periodo de existencia del Antiguo Régimen en España.
Fernando VII, en su primer Decreto Ley anula todas las reformas y actos del gobierno Constitucional. Se desató un período de represión. Se crearon las “**Juntas de Fe**” y “**Comisiones Militares**”, destinados a perseguir, denunciar y ajusticiar a liberales. Los liberales intentan derrocar a Fernando VII mediante los pronunciamientos, pero su falta de unidad dará la victoria a los absolutistas.
Una nueva oposición, los **Apostólicos**, que más tarde se llamarán los **carlistas**.
El primer levantamiento de los carlistas será la **Revuelta de los Malcontents** o Agraviados, en 1827. En 1827, ocurre una insurrección contra el Gobierno. Los insurrectos reclamaban el restablecimiento del absolutismo y de la Inquisición, frente al mal gobierno del rey.
En 1713, Felipe V promulgó la **Ley Sálica**, según la cual las mujeres no podían reinar. Presionado, en 1830, Fernando VII promulgó la **Pragmática Sanción**, que anulaba la Ley Sálica y permitía a las mujeres reinar.
En 1832, Fernando VII cayó enfermo y Calomarde consiguió anular la Pragmática Sanción, pero Fernando se recuperó y se impuso de nuevo, haciendo jurar a su hija Isabel como heredera legítima al trono español.
En 1832, María Cristina asume funciones de regencia, ante la gravedad de la enfermedad del Rey, y toma importantes medidas encaminadas a buscar el apoyo de los liberales y debilitar a los carlistas. El 29 de septiembre de 1833 murió Fernando VII. **Carlos María Isidro de Borbón** se proclama rey y se inicia un levantamiento absolutista en el Norte de España, comenzando así la **Primera Guerra Carlista**.
La muerte de Fernando VII en 1833 marca el inicio de una guerra civil que va a enfrentar a carlistas e isabelinos, partidarios del Antiguo Régimen y del liberalismo.