Portada » Historia » Fase expositiva del método científico
La Revolución Industrial fue un proceso se crecimiento económico continuo y acelerado que transformó todos los aspectos de la vida humana. Estuvo precedida y acompañada de otras revoluciones, como la agraria y la demográfica.
La Revolución agraria (S.XVII Y XVIII)tuvo su origen en la modernización de la agricultura y la ganadería, lo que trajo consigo un incremento en la producción de alimentos. Dicha modernización nacíó de las reformas legales que permitían los grandes propietarios adueñarse de terrenos comunales y cercarlos. La mentalidad práctica y emprendedora de estos grandes propietarios impulsó la modernización de sus explotaciones para obtener el máximo beneficio.
Pero las consecuencias fueron nefastas para los campesinos: sin los los pastos comunales por los acercamientos y sin trabajo por la mecanización del campo, muchos tuvieron que emigrar a las ciudades. A su vez, este éxodo rural impulsó las industrias nacientes, que necesitaban mano de obra barata y no cualificada.
La revolución demográfica consistíó en un crecimiento demográfico debido al aumento de la producción de alimentos y a los avances científicos e higiénicos. Así, se súperó el llamado régimen demográfico antiguo, caracterizado por el lento crecimiento de la población, frecuentas catástrofes demográficas y altas tasas de mortalidad infantil y de fecundidad, y se inició una nueva fase, destacada por la disminución de la mortalidad catastrófica en infantil y el aumento de la esperanza de vida.
El carbón era la fuente de energía más usada y el hierro fue la base para el ferrocarril y la construcción de maquinaria.
Desde la derrota de Napoleón, Gran Bretaña dominó las rutas transoceánicas podía transportar mercancía a todo el mundo.
La industrialización requería grandes inversiones de capital, que precedían de los beneficios agrarios y comerciales.
Las ideas de Adam Smith favorecieron el desarrollo del capitalismo.
en 1769, James Watt patentó una máquina que, con menor consumo de combustible, producía vapor para hacer girar una rueda. La energía del vapor fue un cambio revolucionario.Se aplicó a la industria y propició el desarrollo de la minería del carbón.
el sector siderúrgico fue uno de los que tuvieron un cambio más radical. Siderurgia y carbón estaban muy ligados, pues el carbón permitía alcanzar altas temperaturas en los hornos para fundir el hierro. Para ahorrar gastos, los altos hornos se situaban en las cuencas hulleras o cerca de yacimientos de hierro.
Además, nuevos procedimientos técnicos, como la fabricación del acero, permitieron obtener mejores materiales. La expansión de la máquina de vapor y de los ferrocarriles incrementó la demanda de hierro y acero.
La Revolución Industrial también supuso un auge del comercio y el transporte. Al principio se construyeron canales y se mejoraron las carreteras, pero el gran cambio llegó con el ferrocarril, que transformó la conexión entre ciudades y el envío de materias primas y productos. En 1830, la locomotora de Stephenson permitíó construir la primera línea que unía Manchester, centro de la industria algodonera, con el puerto de Liverpool. En las siguientes décadas, la “fiebre del ferrocarril” se extendíó por muchos países. La máquina de vapor también se aplicó a la navegación, sobre todo a la fluvial, venciendo la dificultad que había supuesto el transporte a contracorriente. El transporte supuso otros cambios en las comunicaciones: se desarrolló el siste- ma postal, al que por primera vez podía acceder el gran público, y Samuel Morse inventó el telégrafo eléctrico.
Junto a la siderurgia, el sector que vivíó un cambio más profundo fue el textil. En Gran Bretaña existía una artesanía textil tradicional de la lana. El primer paso que llevaría a crear un sector textil moderno fueron las medidas proteccionistas, que dificultaron la competencia de los tejidos indios de algodón. Esta política animó a los inversores a importar el algodón y a producir en el país. Así, la lana pasó a un segundo plano y surgíó la industria algodonera británica. La nueva industria supuso tres grandes cambios:
La aplicación de inventos, primero con energía hidráulica y después con la máquina de vapor, multiplicó la producción.
Donde un gran número de obreros (sobre todo, mujeres) manejaban las máquinas, que producían enormes cantidades de paño a un coste muy bajo.
La industria atrajo población. Mánchester multiplicó su población por veinte en menos de un siglo.
Lanzadera volante Abraham Darby I empleó a escala industrial el carbón de coque en un alto horno.
John Kay inventó la lanzadera volante, que permitía tejer algodón a una mayor velocidad.
Henry Bessemer inventó el convertidor, que iba a permitir la fabricación de acero.
Antonio Meucci inventó el teléfono, pero lo patentó 1855
Convertidor Bessemer 1857
Teléfono 1878
Bombilla 1886
Motor de gasolina 1895
Cinematógrafo Alexander Graham Bell. Thomas A. Edison fue el primero en patentar una bombilla incandescente. Karl Benz patentó el primer vehículo automotor de combustión interna. Auguste y Louis Lumière patentaron el cinematógrafo.
En el último cuarto del Siglo XIX se entró en la segunda fase de la Revolución Industrial, con cambios importantes en el tipo de industrias, en los transportes y en el comportamiento del capital. La industria textil, que había sido la predominante en la primera fase de la Revo- lucíón Industrial, dio paso en la segunda a la siderúrgica. Además, al carbón, como fuente de energía principal, se le unieron el petróleo y la electricidad. En cuanto a los medios de transporte, la red de ferrocarriles se extendíó y el vapor se incorporó de forma generalizada a la navegación. Aparecieron las loco- motoras eléctricas y, a principios del Siglo XX, el automóvil y el avión.
Las carácterísticas del nuevo capitalismo son las siguientes: • Concentración del capital.
Mediante la compra y venta de acciones se facilitó la fusión de las antiguas sociedades anónimas en nuevos grupos llamados trust, lo que llevó a la quiebra a muchas pequeñas y medianas empresas. • Banca y dinero.
Se generalizó el uso de billetes y depósitos bancarios, lo que hizo más fluidas las transacciones comerciales. • Organización del trabajo.
Se redujeron los costes de producción con la fabri- cación en serie y se introdujo el taylorismo, un método de organización del proceso de fabricación que lo divide en tareas cronometradas. • Proteccionismo.
El libre comercio fue reemplazado por una política económi- ca proteccionista. Mediante aranceles a la importación, cada país intentó pro- teger sus productos contra la competencia de las industrias extranjeras.
-En química destacó Dmitri Mendeléiev, científico ruso que establecíó el sistema periódico para organizar los elementos químicos.
-En física, el científico escocés James C. Maxwell hizo contribuciones fundamentales, como la teoría electromagnética.
-En biología, Charles Darwin introdujo un riguroso método de observación y formuló la teoría de la evolución.
-En medicina, Louis Pasteur descubríó el proceso para eliminar microorganismos y desarrolló la vacuna contra la rabia.
A finales del Siglo XIX, la Revolución Industrial se había convertido en un fenóme- no mundial en tres aspectos: se produjeron grandes movimientos de población, se industrializaron nuevos países y se generaron nuevos flujos de comercio.
-En los países industrializados aumentó el éxodo rural a las ciudades. A la vez, millones de europeos emigraron a América y Australia.
-Se industrializaron nuevas zonas del planeta: en Europa, Francia, Bélgica y Alemania; en América, Estados Unidos, y en Asía, Japón.
-Las regiones no industrializadas se convirtieron en suministradoras de materias primas y en consumidoras de productos manufacturados.
El impacto de la industrialización en la clase obrera fue muy negativo. Los cerca- mientos y la mecanización del campo obligaron a muchos campesinos a migrar a las ciudades. Las factorías arruinaron a los pequeños artesanos. El primer gesto de protesta de los trabajadores no se dirigíó contra los burgueses, sino contra las innovaciones. El ludismo (del nombre de su primer líder, Ned Ludd) fue un movimiento que destruía la maquinaria y amenazaba a los empresa- ríos que mecanizaban sus talleres. Pero tuvo una corta vida, pues pronto resultó evidente que la industria creaba más puestos de trabajo de los que suprimía.
Ante la penosa situación de los obreros industriales surgieron movimientos es- pontáneos de solidaridad para hacer frente a los patronos. Así se organizaron en Gran Bretaña los primeros sindicatos (Trade Unions o ‘uniones de oficios’) que intentaban negociar los salarios y las condiciones laborales. Las huelgas eran el principal medio de presión de los trabajadores; sin embargo, estaban prohibidas y eran duramente reprimidas por el ejército. El despido era libre y la mano de obra, abundante. Además, los patronos podían practicar el cierre patronal (lockout) de una empresa para ejercer presión sobre los trabajadores, a los que llevaba al borde del hambre.
–
Henri de Saint-Simón abogó por un Estado que planificase la economía y apoyó la reforma racional de la producción para atajar las desigualdades sociales.
Robert Owen denunció las duras condiciones de trabajo de la clase obrera. Propuso formar cooperativas de obreros que trabajarían y vivirían en ciudades ideales de colaboración.
Charles Fourier estuvo a favor de la libre asociación, que trató de poner en marcha con los llamados falansterios, unas comunidades rurales autosuficientes.
Frente al socialismo utópico, el llamado socialismo científico, según el término acuñado por K.
Marx y F. Engels, supónía el estudio científico de la economía y de la sociedad, que debía concluir con un cambio total del modo de producción. Según el marxismo, en todas las sociedades históricas ha existido una clase opri- mida y una clase opresora, entre las que se había desarrollado la lucha de clases: amos y esclavos en las sociedades antiguas y señores y siervos en el feudalismo. En el sistema capitalista, la burguésía era la clase opresora y el proletariado, la oprimida. Según Marx, se debería arrebatar a la burguésía la propiedad privada de los medios de producción y convertirlos en colectivos mediante la revolución social; de este modo se llegaría a una sociedad sin oprimidos ni opresores.
En la segunda mitad del Siglo XIX, el movimiento obrero trató de conseguir una agrupación internacional de la clase obrera mediante asociaciones internacionales
-En 1864 se fundó la Asociación Internacional de Trabajadores, que presentó dos tendencias: • Los marxistas creían en la victoria del proletariado y querían organizarse en partidos políticos para tomar el poder. • Los anarquistas, seguidores de Mijáil Bakunin, deseaban abolir toda autoridad y rechazaban la lucha política. Los anarquistas abandonaron la Internacional en 1872.
–En 1889 se fundó la Segunda Internacional, o Internacional Socialista, de carácter marxista y con una destacada presencia de la socialdemocracia alemana. Hubo tensiones entre los partidarios del carácter internacionalista, como Rosa Luxemburgo, y los que buscaban un compromiso con el nacionalismo. La Internacional pretendía la uníón de la clase obrera por encima de los conflictos entre países.