Portada » Filosofía » Falacias Lógicas, Sesgos Cognitivos y Éticas: Guía Completa
Falacias formales: Argumentos que no respetan las reglas de la lógica, por lo que pueden identificarse revisando sus correspondientes tablas de verdad.
Falacias informales: Argumentos en los que lo aportado por las premisas no es adecuado para justificar la validez de la conclusión.
Afirmación del consecuente: «Si se produce A, entonces también debe producirse B». Si ocurre B damos por hecho que A también ha ocurrido, pero B puede haberse producido por otros motivos diferentes. Ejemplo: Si no te abrigas bien, enfermas. Tú has enfermado. Por lo tanto, no te has abrigado bien.
Negación del antecedente: «Si se produce A, entonces también debe producirse B». La falacia ocurre cuando no se produce A y, por esa razón, afirmamos que tampoco se produce B. Pero esto no es cierto, ya que B puede originarse por otros motivos diferentes. Ejemplo: Si comes chocolate, engordas. Tú no comes chocolate. Por lo tanto, no engordas.
Sesgo de atribución: Tendemos a atribuir nuestros errores a causas externas y nuestros aciertos a causas internas. Ejemplo: He aprobado / Me han suspendido.
Pensamiento grupal: Tendemos a buscar la coincidencia con el grupo al que pertenecemos, y nuestra percepción de la realidad puede modificarse buscando esa coincidencia. Ejemplo: afirmas algo con lo que tú no estás de acuerdo, solo para no estar en desacuerdo con el resto.
Sesgo de confirmación: Tendemos a centrarnos en la información que confirma lo que ya pensamos y a obviar la información que desmiente o contradice nuestras opiniones. Ejemplo: solo leemos, escuchamos o vemos cosas con las que estamos de acuerdo.
Sesgo de memoria: La memoria no reproduce el pasado de manera neutra; muchas veces, nuestras emociones actuales influyen en el modo en que recordamos las cosas. Ejemplo: recordar una relación después de haberla terminado.
Percepción selectiva: Si fijamos mucho la atención en algo concreto, lo que pase alrededor, aunque sea importante, puede pasarnos desapercibido. Ejemplo: los magos lo utilizan para que no se noten sus trucos.
Conjunción (^): Para que una conjunción sea verdadera, tienen que ser verdaderas las proposiciones que une.
Disyunción (v): Una disyunción será verdadera si al menos una de sus proposiciones lo es.
Condicional (->): Un condicional será falso cuando el antecedente sea verdadero y el consecuente falso.
Bicondicional (<->): La proposición será verdadera cuando las proposiciones que une sean todas verdaderas o falsas.
Es una ética eudemonista (eudaimonía en griego, quiere decir felicidad). Aristóteles identifica la felicidad con la virtud y la virtud con el desarrollo máximo de nuestra inteligencia (logos). Este desarrollo máximo del logos se realiza en dos ámbitos:
La inteligencia práctica constituye la virtud ética, que no se adquiere con el estudio, sino con la práctica, se identifica con el justo medio. El justo medio no es una proposición exacta, consiste en la moderación en no dejarnos llevar por los extremos respecto a nuestras pasiones y acciones. Aristóteles propone que elijamos el justo medio. En cuanto a la vida dedicada al estudio, da lugar a la virtud dianoética, a la vida contemplativa, que Aristóteles considera la mejor.
Las éticas de Epicuro, el utilitarismo y la de Aristóteles son éticas materiales. Las éticas materiales son las que nos proponen dedicar la vida a lograr una meta u objetivo (placer, virtud, felicidad, venganza). Las éticas materiales son consecuencialistas porque ponen el valor de la acción en sus consecuencias.
Kant critica las éticas materiales y propone una ética formal. Las acciones no deben valorarse por las consecuencias, sino por si se ajustan o no a una fórmula (por eso se llama ética formal o deontológica). La fórmula que propone Kant se llama imperativo categórico. Nos propone como criterio para determinar si una acción es correcta que pensemos si podría ser ley universal. También debe ser una acción con la que nos relacionemos con los otros seres humanos, tratándolos como fines en sí mismos y no como medios.
Epicuro considera que la filosofía es la medicina del alma, y en este sentido debe aliviar el sufrimiento. Una de las causas del sufrimiento es el miedo, propone cuatro consejos para combatirlo a los que llama tetrafármacos:
Modus ponens: Si tenemos una implicación y tenemos el antecedente, podemos decir el consecuente. Ejemplo: si sé que llueve, hace frío. Ocurre que llueve, entonces puedo deducir que hará frío.
Modus tollens: Si tenemos una implicación y tenemos que el consecuente no ha ocurrido, podemos deducir que tampoco ha ocurrido el antecedente. Ejemplo: si llueve, hará frío, pero no hace frío, así que puedo decir que no ha llovido.