Portada » Psicología y Sociología » Explorando las Teorías de la Motivación: Un Enfoque Integral
Maslow plantea diversas necesidades de tipo intravertidas, entre las cuales se pueden nombrar las de:
El autor refiere como **factores higiénicos** a las percepciones de las condiciones físicas y ambientales del trabajo. Al mismo tiempo son llamados “factores de insatisfacción”, puesto que sólo inciden en aspectos atractivos de un trabajo y no en la motivación propiamente tal.
Por ejemplo:
Los **factores motivacionales**, en cambio, son aquellos relativos al contenido del puesto, las tareas y obligaciones que son altamente motivadores en la medida que constituyen un desafío a la persona, más aún si se le delegan responsabilidades a la persona y si ésta posee cierta libertad para tomar decisiones (“factores de satisfacción”).
Existen diversas variables motivadoras como lo son las expectativas (dinero, reconocimiento, aceptación social, etc.), sumando a la percepción entre logro y recompensa (bonos y/o amistad) junto con la percepción de la capacidad de influir sobre la producción. En consecuencia, es un modelo que relaciona: la conducta, la posibilidad de aumentar la producción (resultados intermedios) para obtener un resultado final, como el reconocimiento u otro.
El autor plantea que el dinero es una variable motivadora como un medio para satisfacer diversas necesidades. Además, menciona la importancia de la contingencia entre el esfuerzo y la recepción de dinero.
Considera que los seres humanos tienen tres tipos básicos de necesidades:
Alderfer plantea que estas necesidades se ordenan desde la más concreta (E) a las más abstractas (R.C), cuya fuente de satisfacción es absolutamente intrínseca, y de un modo menos rígido dándose la posibilidad del fenómeno de la frustración-regresión, retornando con más énfasis a la gratificación de una necesidad más concreta específica u otra del mismo nivel.
Es también conocida como Teoría de las tres necesidades. Plantea que una vez que el individuo ha logrado satisfacer sus necesidades básicas o primarias, la conducta del individuo pasa a estar dominada por tres tipos de necesidades:
Estas necesidades operan simultáneamente, pero en un determinado momento una de ellas domina sobre las demás y la conducta del individuo se organiza en la búsqueda de la satisfacción de aquella. McClelland establece que los realizadores excepcionales (personas de extraordinario desempeño) se diferencian de los buenos realizadores (individuos de rendimiento satisfactorio solamente), porque tienen una altísima motivación al logro (más que por el nivel de conocimientos), con metas de riesgo moderado, con responsabilidad por los resultados y donde puedan tener retroalimentación sobre su desempeño. Finalmente, plantea que para el ejercicio de la gerencia se necesita una alta motivación por el poder, pues el papel del gerente no es el de ejecutar directamente las tareas, sino dirigir a otros para que las realicen y alcancen determinados objetivos.
Esta teoría destaca el papel motivador de las metas específicas en el comportamiento del individuo. Una meta es cualquier cosa que un individuo se esfuerce por alcanzar.
En igualdad de las demás condiciones (capacidad, conocimiento de la tarea, atractivo de las recompensas, disponibilidad de recursos, etc.), un trabajador con metas claras tendrá un mejor desempeño que otro que no las tenga o cuyas metas sean difusas.
Las metas motivadoras son, por tanto, especificas y poseen un cierto grado de dificultad, persisten en el tiempo y requieren de retroalimentación permanente, así como otros factores tales como:
La Teoría de la Equidad pretende explicar el efecto que tiene sobre la motivación la comparación que los individuos hacen entre su situación (en términos de los aportes que hace y los beneficios que recibe) y la de otras personas o grupos que toman como referencias. En el seno de una organización, cada individuo brinda ciertos aportes en su trabajo (conocimientos, experiencia, tiempo, esfuerzo, dedicación, entusiasmo, etc.) y percibe un conjunto de resultados (salario, otros beneficios socioeconómicos, prestigio, estimación, afecto, etc.). Los individuos tienden a comparar los resultados y aportes propios con los resultados y aportes de otras personas o grupos de referencia.
Si los aportes y resultados personales son percibidos como iguales a los de otros, hay sensación de equidad y el individuo se siente motivado hacia una conducta de elevado desempeño. Si los resultados propios son menores a los de otros, hay sensación de inequidad pues se siente sub-retribuido. En tal caso, el individuo se desmotiva y desarrolla conductas compensatorias (por lo general disminuyendo sus aportes o incrementando sus resultados por cualquier vía). Por último, si el aporte y resultado es mayor al comparado, el individuo puede desarrollar cierto sentimiento de culpa e igualmente asume conductas para restablecer la equidad (por lo general, incrementando sus aportes o disminuyendo sus resultados).
Además de alterar los aportes y/o los resultados propios, las personas pueden desarrollan otras conductas para restituir la equidad como cambiar el referente o cambiar la situación. Según la Teoría de la Equidad, el individuo puede hacer las comparaciones con un referente dentro o fuera de la organización.