Portada » Filosofía » Explorando las Corrientes Filosóficas Clave: Un Recorrido por el Pensamiento Occidental
Teoría crítica: También conocida como la Escuela de Frankfurt, la Teoría crítica es una escuela filosófica que surge en los años 20 del siglo XX de la mano de autores como Adorno, Horkheimer, Marcuse o Fromm y que intenta fusionar las tradiciones teóricas de Marx, Freud y Nietzsche, así como disciplinas como la filosofía, la sociología, la psicología. Tomando como base el marxismo, la Teoría crítica intenta aplicarlo al ámbito de la cultura, no de la economía, como había sido lo usual hasta el momento. Desde esa perspectiva, Adorno y Horkheimer, en su obra más conocida, Dialéctica de la Ilustración (1947), acuñan el concepto de industria cultural, para hacer referencia a la influencia que los medios de comunicación poseen en el control social y en la configuración de sujetos controlados ideológicamente. Marcuse, por su parte, dedicará buena parte de sus esfuerzos a intentar una fusión de marxismo y psicoanálisis y a denunciar, también, los mecanismos ideológicos de dominación. Las obras de Marcuse tuvieron una influencia directa en los movimientos revolucionarios de Mayo del 68.
Racionalismo: Escuela filosófica que se desarrolla especialmente en los siglos XVII y XVIII. Sus máximos representantes son Descartes, Spinoza y Leibniz, aunque como actitud epistemológica podemos remontarlo a la filosofía de Platón y a la mayéutica socrática. El racionalismo, a diferencia de su escuela rival, el empirismo, entiende que el instrumento epistemológico fundamental es la razón y desconfía del conocimiento adquirido por vía sensible, ya que puede resultar engañoso. Defiende el conocimiento a priori, es decir, sin experiencia sensible, y la existencia de ideas innatas, que el sujeto posee en su interior desde el momento mismo de su nacimiento. Por eso, defiende la introspección como método de conocimiento. Descartes, a través de su duda metódica universal, buscará una verdad que resulte innegable sobre la que fundamentar todo el edificio filosófico. Para Descartes, tal como establece en su Discurso del método, esa verdad es la propia existencia del sujeto como sustancia pensante, lo que se expresa en su conocida frase, cogito ergo sum, pienso luego existo.
Idealismo: Corriente filosófica presente a todo lo largo de la historia de la filosofía. El idealismo defiende la preeminencia del pensar sobre el ser, es decir, entiende que la realidad material, así como su evolución, tienen un carácter lógico o eidético. Como escuela filosófica alcanza su máximo desarrollo en los siglos XVIII-XIX en Alemania, de la mano de autores como Kant (idealismo transcendental), Fichte (idealismo subjetivo), Schelling (idealismo objetivo) y Hegel (idealismo absoluto). El idealismo hegeliano desarrolla una concepción dialéctica de la historia en la que ésta es entendida como desarrollo de la Idea o Espíritu Absoluto. La inversión de este planteamiento por Marx, es decir, la comprensión de que el pensamiento es efecto de los procesos materiales, está en el origen del materialismo histórico. La historia de la filosofía puede entenderse como un constante enfrentamiento entre idealismo y materialismo.
Positivismo: Escuela filosófica del siglo XIX cuyo máximo representante es A. Comte. El positivismo pretende prestar atención a los hechos, pues solo desde ellos puede darse una comprensión científica de la realidad. Su lema es saber para prever, es decir, conocer la realidad para anticipar sus posibles desarrollos. Por ello puede entenderse que el positivismo está en el origen del nacimiento de la sociología como disciplina de estudio y control de la sociedad. Comte desarrolla una teoría de los estadios, en la que argumenta que a lo largo de la historia las sociedades pasan por tres períodos:
En su evolución psicológica el individuo también pasa por estos tres estadios, según Comte.
Estructuralismo: Después de la segunda guerra mundial surgió en Francia una corriente metodológica en el ámbito de las ciencias humanas (antropología, lingüística, psicología, filosofía, crítica literaria, etc.) que proponía abordar su objeto de estudio (ya sea un mito, un sueño, una novela, etc.) de un modo sincrónico no diacrónico; es decir, considerando las relaciones entre los elementos coexistentes que lo constituyen, al margen de su evolución o desarrollo en el tiempo. El conjunto de esas relaciones puede verse como un sistema de oposiciones de tal modo que cada elemento del conjunto se define por su situación en tal sistema. Tal sistema de oposiciones es, para esta corriente, la ESTRUCTURA. Sus autores más representativos son Lacan (psicoanálisis), Althusser (filosofía), Dumezil (mitología), Barthes (crítica literaria). El origen del mismo lo podemos encontrar en la obra del lingüista Ferdinand de Saussure, con su Curso de Lingüística general.
Fenomenología Escuela filosófica desarrollada en el siglo XX y cuyo máximo representante es Husserl, aunque también forman parte de ella Sartre y Heidegger. La fenomenología se ocupa de la investigación del fenómeno, es decir, de lo que aparece, por oposición a la concepción neumónica kantiana. Para Husserl toda conciencia es una conciencia de algo, es decir, no hay conciencia pura, sin contenidos. Esa condición de ser conciencia de … es lo que HUSSERL llama intencionalidad de la conciencia. La conciencia es siempre intencional. Por otro lado, todo objeto es un objeto para alguien, es decir, para una conciencia. No hay, por consiguiente, según Husserl, objetos en sí, independientes de un sujeto para el que sean tales objetos. Es justamente el sujeto el que, al conocer, constituye ontológicamente al objeto como tal. Para Husserl conciencia y objeto son dos conceptos correlativos: toda conciencia es conciencia de algo, es decir, de un objeto, y todo objeto sólo es tal para una conciencia. Ese contenido de conciencia es el fenómeno.
Escolástica: Escuela filosófica medieval fruto del intento de conciliación de la tradición filosófica griega con el discurso teológico de las tres grandes religiones que tienen su origen en la Biblia (cristianismo, judaísmo e islam). En un primer momento, hasta el siglo XI, la escolástica tiene una mayor influencia platónica, en autores como Agustín de Hipona o Anselmo de Canterbury, mientras que, a partir del siglo XIII y hasta el XIV, con la traducción de Aristóteles, es el Estagirita el que produce una mayor influencia, como puede apreciarse en Tomás de Aquino y Averroes. Sus temas fundamentales son la polémica en torno a los universales (realismo/nominalismo), la relación entre Razón y Fe y las demostraciones de la existencia de Dios. En este último tema destacan el Argumento Ontológico, de Anselmo de Canterbury, de filiación platónica, y las Cinco Vías, de Tomás de Aquino, de influencia aristotélica.
Estoicismo Es una corriente filosófica del período helenístico cuyo nombre proviene del lugar en el su fundador ZENON DE CITIO (333-263 a. de E.) ubicó la sede de la escuela, que estaba situada en un pórtico o stoá. Otros autores de época romana son Cicerón, Séneca o Marco Aurelio. Desde Zenón, los estoicos dividían la filosofía en tres partes que comparaban a las partes de un huevo: lógica (cáscara), física (clara) y ética (yema).
Epicureísmo Escuela filosófica que nace en el siglo IV a. de E. en Grecia con Epicuro y que será desarrollada posteriormente por Lucrecio. Desde una perspectiva física, el epicureísmo defiende que la naturaleza está compuesta de átomos que se mueven de manera aleatoria, azarosa, debido a una cierta inclinación en su caída (clinamen). Por ello, se opone al atomismo determinista de Demócrito. Desde una perspectiva ética, Epicuro defiende la búsqueda del placer, pero un placer sin implicaciones negativas que lo puedan empañar, pues se busca alcanzar la ataraxia, la ausencia de dolor. Por ello aplica lo que se conoce como el cálculo de placeres. En todo caso, su doctrina se puede resumir a través del tetrafarmakon:
La filosofía epicúrea es una de las primeras que intenta liberar al ser humano de las servidumbres de la religión y que entiende que no existe un alma inmaterial.