Portada » Psicología y Sociología » Explorando la Personalidad: Teorías, Dimensiones y Mecanismos de Defensa
La personalidad puede entenderse desde dos perspectivas. Desde un punto de vista social, se refiere a cómo los demás perciben, piensan y sienten acerca de un individuo; es decir, los rasgos que otras personas atribuyen a dicho sujeto. Por otro lado, la personalidad también alude a la esencia de un individuo, a lo que permanece constante más allá de las apariencias, contingencias y avatares. Se trata de características independientes de la opinión externa, la esencia misma del ser.
Un rasgo es una forma específica de comportamiento que implica una disposición estable a comportarse de manera similar en diversas circunstancias. Los rasgos permiten hacer predicciones sobre la conducta propia y la de los demás. Un tipo, en cambio, hace referencia a un conjunto de individuos con rasgos comunes.
Considerado el padre de la medicina, Hipócrates defendió que las enfermedades no eran causadas por maldiciones divinas, sino por defectos cerebrales. Estableció que un desequilibrio de los humores (fluidos corporales) era la causa del estado del cerebro. Estos humores eran la sangre, la bilis amarilla, la flema y la bilis negra. Según Hipócrates, un predominio de la sangre producía un temperamento sanguíneo (alegre y esperanzado), el exceso de bilis amarilla un comportamiento irascible y colérico, el aumento de las flemas apatía y pereza, y el exceso de bilis negra un comportamiento melancólico.
Eysenck dividió la personalidad en dos dimensiones: introversión-extraversión y neuroticismo o estabilidad emocional. Posteriormente, identificó un tercer factor: el psicoticismo, caracterizado por la pérdida o distorsión de la realidad y la incapacidad de diferenciar entre la realidad y la fantasía. La dimensión introversión-extraversión se refiere al grado en que una persona es sociable y participa en su relación con los demás. Los extrovertidos son sociables, habladores, ocurrentes, desenvueltos, energéticos, seguros de sí mismos y líderes. La dimensión estabilidad emocional versus inestabilidad se refiere a la adaptación del individuo a su entorno y a la estabilidad emocional que expresa a lo largo del tiempo. El psicoticismo corresponde a un individuo solitario e inseguro, despreocupado de los demás y que puede llegar a ser inhumano e insensible.
La teoría humanista, propuesta por Carl Rogers, subraya el aspecto creativo y autónomo del ser humano frente a los condicionantes biológicos y sociales. Considera a la persona como un sujeto independiente y plenamente responsable de sus actos. Para comprender a una persona, es necesario situarse en su lugar y percibir el mundo desde su perspectiva. Esto implica rechazar el concepto de enfermedad mental y las clasificaciones de los trastornos mentales, asumiendo que toda conducta es normal cuando se adopta el punto de vista de la persona afectada. Cada persona posee de manera innata un potencial de crecimiento o desarrollo orientado hacia metas positivas.
Según el modelo psicosocial de Bandura, la sociedad y el ambiente son las fuentes principales de los rasgos de la personalidad. La personalidad es adquirida, por lo que este modelo se centra en analizar las condiciones ambientales y sus repercusiones en el comportamiento, así como la manera en que esos factores sociales son asumidos de manera estable por el individuo.
Los principios fundamentales de la teoría psicoanalítica de Freud son:
A) El Yo: Es la parte consciente a través de la cual el sujeto se relaciona, se enfrenta y responde a la realidad que le rodea. Su función es principalmente reguladora.
B) El Ello: Incluye los rasgos hereditarios, las pulsiones sexuales y agresivas, además de los recuerdos y deseos reprimidos en la historia personal del sujeto. Freud destacó tres características del ello: sus demandas incondicionales de satisfacción, su irracionalidad y su amoralidad.
C) El Superyó: Recoge los ideales, aquello que se supone que deberíamos ser, los valores inculcados por la sociedad, plasmados en normas, reglas y convenciones, y tienen un carácter coercitivo.
La relación entre estas tres partes puede resultar conflictiva. Es posible reducir las consecuencias de este conflicto, por ejemplo, a través de los mecanismos de defensa. Estos son comportamientos inconscientes mediante los cuales el sujeto evita, ignora o da una salida aceptable a esos contenidos del ello que le amenazan o angustian.