Portada » Filosofía » Explorando la Filosofía de Platón: Ética, Política, Epistemología y Metafísica
El principal problema que abordó Platón fue el de carácter ético-político. Su búsqueda se centró en la definición universal de “Justicia” y en un modelo de ciudad y gobierno que se ajustara plenamente a ella. La cuestión ética tiene su origen en Sócrates, mientras que el aspecto político, aunque no presente en Sócrates, sí se encuentra en los sofistas, a quienes Platón criticaba. El modelo platónico es una consecuencia directa del intelectualismo socrático: solo conociendo la virtud, su definición, podemos ser virtuosos; de igual manera, solo conociendo la definición de “ciudad justa” podremos gobernarla. Por lo tanto, el filósofo, el hombre con un conocimiento plenamente desarrollado, es quien debe gobernar.
Este enfoque implica que la cuestión política está intrínsecamente ligada a otras dos cuestiones filosóficas:
Por un lado, la cuestión epistemológica sobre qué podemos conocer y por qué medios. Si el conocimiento fuera relativo, el planteamiento de Platón carecería de sentido, ya que nadie podría alcanzar el conocimiento de lo que es “Justicia”. Esta era precisamente la postura de los sofistas.
Platón defendió una epistemología objetivista y racionalista, argumentando que el conocimiento absoluto es posible y se obtiene a través de la razón, no de los sentidos. Criticó duramente a los sofistas, quienes, como demócratas y relativistas, representaban el polo opuesto a lo que Platón buscaba, tanto en conocimiento como en política.
Por otro lado, el tipo de conocimiento que Platón buscaba era absoluto e inmutable, para que el modelo político también lo fuera. Sin embargo, la realidad que nos rodea cambia constantemente, por lo que el conocimiento que fundamenta la ciudad justa debe provenir de algo permanente.
El segundo problema filosófico que la utopía política de Platón debe resolver es de carácter metafísico: la relación entre apariencia y realidad. Platón buscó la realidad más auténtica y permanente, que encontró en las Ideas.
En resumen, el problema de Platón es triple: un modelo político estable, un conocimiento definitivo y una realidad permanente. Estas tres cuestiones (política, epistemológica y metafísica) están íntimamente relacionadas, y Platón las utiliza para fundamentarse mutuamente en un círculo continuo.
(TEORÍA METAFÍSICA) DE LAS IDEAS:
La Teoría de las Ideas, también llamada de las FORMAS, es central en la filosofía platónica, ya que es el soporte metafísico y gnoseológico de otros temas como la ética y la política. Esta teoría está estrechamente relacionada con otras tres: la Teoría del conocimiento, la Teoría del alma y la Teoría del Estado. Platón no fue un pensador sistemático como Kant, por lo que sus ideas se presentan de manera entrelazada. Sus teorías siempre se refieren unas a otras.
Con la Teoría de las Ideas, Platón persigue tres objetivos:
Platón, al igual que Sócrates, desconfía del conocimiento que nos aportan los sentidos, ya que solo ofrecen doxai (meras opiniones). Solo el conocimiento que va más allá de los sentidos, el que nos suministra la razón, ofrece verdadero saber: episteme (ciencia o verdadero saber).
Las cosas no son lo que parecen. Para conocerlas, debemos captar su verdadero ser, que según Platón es la IDEA o FORMA (eidos en griego). CONOCER ES CAPTAR LAS IDEAS. Sin embargo, en el mundo sensible no encontramos materializadas tales ideas. Por ejemplo, percibimos un caballo, pero no la idea de “caballo”. Por lo tanto, estas ideas deben existir en otro mundo distinto del sensible, al que Platón llamó mundo inteligible. Este último es considerado como el realmente real o verdadero, mientras que el mundo sensible es solo aparente.
El mundo de las ideas tiene para Platón los caracteres del ser parmenídeo: fijo, inmutable, eterno y verdadero. En él se encuentran las verdades matemáticas, las ideas de Justicia, Belleza y Bien, y los arquetipos o modelos de todas las cosas existentes en el mundo sensible. La Idea de Bien es la idea suprema, gracias a la cual todo existe y puede ser conocido. Platón la compara con el sol.
El mundo sensible tiene para Platón los caracteres de la physis heraclítea: está en continuo devenir o cambio, sujeto a la generación y la corrupción, y su ser es aparente, no verdadero. Lo único verdadero y real son las ideas.
Platón concluye que debe existir un mundo aparte, el inteligible, donde existan dichos conceptos o ideas. A este mundo no podemos acceder mediante los sentidos, sino mediante el alma. Al ser el alma inmortal, antes de encarnarse en el cuerpo, vivió en el mundo inteligible, por lo que es capaz de recordar las ideas, que son los modelos ideales a los que imitan las entidades que percibimos a través de los sentidos. La existencia de dos mundos se conoce como “DUALISMO METAFÍSICO”. El mundo sensible PARTICIPA o IMITA al mundo de las ideas. El mundo sensible depende ontológica y gnoseológicamente del de las ideas. Ontológicamente, porque el mundo sensible es una copia imperfecta del mundo inteligible, y sin el modelo de las ideas no podría existir. Gnoseológicamente, porque si nuestra alma no estuviera en contacto con las ideas, no podríamos reconocer las cosas del mundo sensible como copias imperfectas de las ideas.
(TEORÍA) DEL ALMA (ANTROPOLOGÍA) Y DEL CONOCIMIENTO:
Ambas teorías deben explicarse conjuntamente. Comenzaremos por la Teoría del alma o antropología:
El hombre tiene una naturaleza dual: cuerpo y alma. El cuerpo está sujeto al mundo sensible, mientras que el alma tiene su origen en el mundo inteligible y es eterna e inmortal. El alma preexiste y sobrevive al cuerpo. Platón entiende por “alma”:
Platón distingue tres partes en el alma:
Platón creía que estas partes del alma no dominaban por igual en todos los hombres, y que la parte dominante determinaba la vocación del individuo.
La experiencia inmediata del hombre es el mundo sensible, pero el hombre no es solo cuerpo, también es alma. A través de los sentidos percibimos el mundo, pero no lo conocemos. El alma, al encarnarse en el cuerpo, olvidó el mundo de las ideas. Sin embargo, al ver los entes del mundo sensible, el alma RECUERDA poco a poco el mundo de las ideas. El verdadero conocimiento es RECUERDO (anámnesis) o RE-CONOCIMIENTO. Esta teoría del conocimiento es conocida como TEORÍA DE LA REMINISCENCIA o de la ANÁMNESIS.
El camino que debe recorrer el hombre hasta el verdadero conocimiento se expone en La República, mediante la Analogía de la Línea y el Mito de la Caverna.
A-C) El primer tramo representa el conocimiento engañoso: la DOXA, propio del mundo sensible. Se divide en:
C-B) El segundo tramo representa el verdadero conocimiento: la EPISTEME, propio del mundo inteligible. Se divide en:
En el Mito de la Caverna, Platón compara a los hombres con prisioneros encadenados en una caverna (el mundo sensible). Solo conocen las sombras proyectadas en la pared, que consideran la realidad, cuando son solo “opiniones”.