Portada » Ciencias sociales » Explorando el Cosmos: Un Viaje a Través del Tiempo y el Espacio
Capítulo I.- Perdidos en el cosmos.
1.- Cómo construir un universo.
Sigue en debate la cuestión de la edad del inicio del universo, pero la teoría más extendida es que tiene 13,700 millones de años. Este apartado trata del complicadísimo tema de la Gran Explosión y las teorías al respecto. Hay quien piensa que nuestro universo es sólo uno de los universos de un eterno ciclo de expansión y colapso. Es posible que nuestro universo sea parte de muchos universos.
Dice el autor que, sea como sea, lo extraordinario es lo bien que resultó la cosa para nosotros porque cualquier elemento diferente introducido, ya nada hubiera sido igual y la humanidad no hubiera llegado a existir.
2.- Bienvenido al sistema solar.
Hoy los astrónomos pueden hacer cosas tan increíbles como estudiar planetas tan lejanos que nos costaría llegar hasta ellos, en nave espacial, medio millón de años. La realidad es que las distancias son tales que es imposible dibujar el sistema solar a escala y ni siquiera conocemos lo que hay en él. Aunque Plutón sea el último objeto que muestran los mapas escolares, el sistema solar no termina ahí, sino mucho más lejos. El borde del sistema solar es la nube de Oort, un área enorme de cometas a la deriva y para llegar a él tardaríamos 10,000 años.
Así pues, es imposible que conozcamos todo nuestro sistema solar y menos que lleguemos hasta el borde. Ya el viaje a nuestra Luna (a 386,000 km) es un enorme reto. Y el viaje a Marte se ha desestimado porque, aparte del imponente montante económico, no habría humano que lo soportara (el ADN de los tripulantes se haría pedazos).
Fuera de nuestro sistema solar, nuestro vecino más próximo es Próxima Centauri, que forma parte de un grupo de estrellas llamado Alfa Centauri y que está a 4.3 años luz. Es decir, que si pudiéramos viajar hacia ellas, nos costaría llegar unos 25,000 años. El siguiente punto de llegada sería Sirio, a la misma distancia.
Para llegar al centro de nuestra Galaxia, la Vía Láctea, necesitaríamos más tiempo del que llevamos viviendo como seres. La distancia media entre estrellas en el universo es de 30 millones de millones de km.
Sobre la cuestión de si puede haber vida en otros lugares de la Vía Láctea, es bastante probable. Solo hay que pensar que nadie sabe cuántas estrellas hay en esta Galaxia. Los cálculos oscilan entre 100,000 millones y 400,000 millones. Y la Vía Láctea sólo es una de los 140,000 millones de galaxias que existen, muchas de ellas mucho más grandes. Así pues, “la cifra de civilizaciones avanzadas que puede haber sólo en la Vía Láctea resulta ser de millones…. Podemos ser sólo una entre millones de civilizaciones avanzadas…. pero la distancia entre dos de esas civilizaciones es, como mínimo, de 200 años luz…. lo que significa que …..si fueran capaces de vernos por sus telescopios, lo que verían sería la luz que abandonó la Tierra hace 200 años…. Así es que no nos verían a ti y a mí. Estarían viendo la Revolución Francesa …y a gente con pelucas empolvadas” (pág. 45).
Así pues, aunque no estemos solos, desde un punto de vista práctico es como si lo estuviéramos porque nunca podremos contactar con ellos.
3.- El universo del reverendo Evans.
Robert Evans es un ministro de la iglesia Unitaria Australiana que está semijubilado, pero que, por las noches, se transforma en un cazador de supernovas.
Una supernova se produce cuando una estrella gigante (más grande que nuestro sol) explota liberando una gran energía y ardiendo durante un tiempo. Las estrellas mueren constantemente y Evans es capaz de captar ese momento ocurrido hace mucho tiempo cuando llega a nuestra retina. Sí, lo que vemos es historia. Un ejemplo, la Estrella Polar que vemos podría haberse apagado hace siglos.
Es sorprendente la inmensidad del universo. Desde la Tierra, a simple vista, pueden observarse unas 6,000 estrellas. Con unos prismáticos, la cifra puede subir hasta 50,000. Con un telescopio pequeño, de 2 pulgadas, puede llegar a verse 300,000. Con un telescopio de 16 pulgadas, como el que tiene Evans, se pueden contar hasta 100,000 galaxias (cada una con 10,000 millones de estrellas) ¡increíble!.
Ver esta explosión es todo un milagro porque en una galaxia típica (que tiene unos 10,000 millones de estrellas) se puede producir una supernova cada 200 años. En toda la historia de la astronomía se han podido descubrir unas 60 supernovas. Este clérigo aficionado a la astronomía ha descubierto desde el jardín de su casa 34 supernovas (en 20 años de observar el cielo). Es algo digno de mención y, como dice el propio Evans, es maravilloso que él se encuentre ahí para ser testigo de la luz que emite una estrella al morir, después de ir viajando por el universo millones de años.
Origen de nuestro planeta:
Hace 4,600 millones de años se acumuló en el espacio un gran remolino de gas y polvo de unos 24,000 millones de km que comenzó a agruparse y así se formó el Sol. Del material flotante que quedaba se gestó la Tierra tras unos 200 millones de años.
Durante más de 500 millones, la joven Tierra estuvo sometida al bombardeo de cometas, meteoritos y otros desechos galácticos que trajeron los componentes necesarios para que aquí se formara la vida.
“4,000 millones de años después, la gente empezó a preguntarse cómo había sucedido todo” (pág. 59).
Fueron muchos los años en los que se debatían con verdadero furor las teorías más diversas sobre el origen de la Tierra, su evolución y sus medidas. En este capítulo se destaca de forma preferente la extravagante figura del profesor de Cambridge, Isaac Newton, que nos dejó la primera ley universal de la naturaleza: la ley de la gravitación universal. Gracias a ella se pudo comprender la curva descrita por los planetas y el origen de su movimiento.
Pero no solamente nos cuenta este acontecimiento científico, sino que el autor de este libro nos hace partícipes de las excentricidades de este hombre y hemos podido saber que no habríamos llegado a conocer tan importante descubrimiento si no hubiera sido por el Prof. Halley, que pagó de su bolsillo la impresión del tercer volumen de los Principia Matemática, sin el cual para nada servían los anteriores tomos.
Otra cuestión que enfrentaba a los científicos era el cálculo de la distancia que separa al Sol de la Tierra. Se iniciaron muchas expediciones para poder emprender esa tarea y nació la primera empresa internacional de la historia. Finalmente se concluyó que la distancia era de casi 150 millones de km.
Es de destacar un hombre que no era científico precisamente, sino párroco de una aldea aislada, que fue quien descubrió cosas tan importantes como el carácter ondular de los terremotos y previó la posibilidad de que existieran agujeros negros.
Otro caso singular fue el de Cavendish, quien, totalmente aislado por su fobia al contacto social, hizo importantes descubrimientos y fue el primero que aisló el hidrógeno y, uniéndolo al oxígeno, formó agua. Sin ningún tipo de tecnología, hizo mediciones muy exactas que se han comprobado después con aparatos muy sofisticados.
También hubo importantes debates sobre las fases de la Tierra y emergió la Geología como ciencia. Hoy día, la clasificación más aceptada es la de Precámbrico, Paleozoico, Mesozoico y Cenozoico, con los subgrupos de Cretácico, Jurásico, Triásico, Silúrico, etc.
Muy importante para aportar datos a esta cuestión es la recopilación y descripción de fósiles. Por eso resulta tan sangrante que la historia haya olvidado a una mujer que encontró y describió con gran cuidado multitud de fósiles. Todo esto sin ayuda y sin formación académica alguna. Se llamaba Mary Anning.
Una historia muy interesante es la de la descripción primera que se hizo de los dinosaurios, que se atribuye a un científico de muy pocos escrúpulos, llamado Owen, que se llevó todo el mérito tras robarle el hallazgo a un sencillo médico rural llamado Mantell, quien terminó suicidándose en 1852.
La química
Como ciencia, data de 1661 y tras la publicación de “El químico escéptico” de Boyle, que la separaba por primera vez de la alquimia.
Aportación fundamental para ordenar las cosas fue la del ruso Mendeleyev, con su Tabla Periódica de los Elementos.
Se hace mención en este capítulo al importante trabajo de Marie Curie, única persona que ha ganado el Nobel de Física y, unos años más tarde, también el de Química. Murió de leucemia en 1938 y todavía hoy sus escritos se guardan en cajas forradas de plomo por el alto índice de radiactividad que contienen.
Se refiere a la era atómica y la fechan en 1905, cuando apareció un artículo de un oficinista suizo (inspector técnico de la oficina de patentes) que no tenía formación científica superior: Albert Einstein y su artículo sobre la Teoría Especial de la Relatividad. Y el mundo cambió.
Se aportan ejemplos (pág. 156-9) para hacer más comprensible esta teoría, que genera en todo el mundo una inmensa atracción a pesar de lo dificultoso de su comprensión.
Otra figura espectacular por su importante aportación a la ciencia fue Edwin Hubble. Ya su vida es interesante y se considera el astrónomo más destacado del siglo XX. Basta decir que cuando él comenzó a investigar, se creía que la Vía Láctea era la única galaxia del universo. Hoy sabemos que hay unas 140,000 millones de galaxias en el universo visible. Un ejemplo curioso que pone el autor: si una galaxia fuera del tamaño de un guisante, las que hay en el universo serían suficientes para llenar un gran auditorio.
Hubble, además de descubrir que había muchas otras galaxias, también afirmó que se estaban alejando de nosotros. Fue el primero que sostuvo que el universo se estaba expandiendo en todas direcciones, que tenía un principio y, por tanto, debería tener un final.
Hubble murió en 1953 y hay un hecho misterioso al respecto: nunca se supo dónde se ocultó su cuerpo. Hoy su monumento funerario es el telescopio espacial Hubble, que se lanzó en 1990.
–El poderoso átomo:
Este es un magnífico capítulo que comienza con un reconocimiento a las aportaciones de Einstein y Hubble para conocer el cosmos a gran escala (Einstein aportó también la primera prueba de la existencia de los átomos) y, a continuación, desciende a la más pequeña escala: el átomo. Dicen que si hubiera que reducir la historia de la ciencia a una frase, la más importante sería ésta: TODAS LAS COSAS ESTÁN COMPUESTAS POR ÁTOMOS.
La forma operativa que toman los átomos es la molécula. Una molécula es un par de átomos o más trabajando juntos. Por ejemplo, 2 átomos de hidrógeno + 1 átomo de oxígeno formarán una molécula de agua. Sobre el tamaño, un ejemplo: en un terrón de azúcar puede haber 45,000 millones de millones de moléculas.
Aparte de pequeños y estar en todo, son casi eternos. “CADA UNO DE LOS ÁTOMOS QUE TÚ POSEES ES CASI SEGURO QUE HA PASADO POR VARIAS ESTRELLAS Y HA FORMADO PARTE DE MILLONES DE ORGANISMOS EN EL CAMINO QUE HA RECORRIDO HASTA LLEGAR A SER TÚ……….NOS RECICLAMOS CON TAL VIGOR AL MORIR QUE UN NÚMERO SIGNIFICATIVO DE NUESTROS ÁTOMOS…..PROBABLEMENTE PERTENECIERON ALGUNA VEZ A SHAKESPEARE……BUDA….BEETHOVEN…
O A CUALQUIER OTRO PERSONAJE HISTÓRICO YA QUE LOS ÁTOMOS TARDAN DECENIOS EN REDISTRIBUIRSE DEL TODO.
TODOS SOMOS REENCARNACIONES AUNQUE EFÍMERAS. CUANDO MURAMOS, NUESTROS ÁTOMOS SE SEPARARÁN Y SE IRÁN A BUSCAR NUEVOS DESTINOS EN OTROS LUGARES….ESOS ÁTOMOS CONTINUAN EXISTIENDO PRÁCTICAMENTE SIEMPRE” (pág. 167)
Sigue avanzando el libro en el terreno de los átomos y llega el momento de describirlos: no es posible. Los científicos se enfrentan a un sector del universo que nuestros cerebros no están preparados para comprender. Estamos ya ante una nueva ciencia de muy difícil comprensión: la física cuántica. Aquí encontramos teorías extravagantes como el Principio de Exclusión (dos partículas subatómicas pueden saber cada una de ellas lo que está haciendo la otra aunque estén separadas por distancias muy considerables. Este efecto se demostró en 1997 (pág. 181)). La física cuántica introducía un grado de desorden que provocó que muchos científicos desistieran, incluso Einstein la atacó con su célebre frase “Dios no juega a los dados”.
Cuando lanzaron las bombas atómicas en agosto de 1945 parecía como si ya se supiese todo de los átomos, sin embargo, no habían hecho más que empezar a entrar en el mundo de las partículas.
Pero la física de partículas es enormemente cara. Descender hasta el nivel de los quarks (partículas que componen las partículas) es sumamente difícil. Hay un centro en la frontera francosuiza llamado CERN que parece ser que se dedicará a esa costosísima investigación, por otra parte, con un cierto peligro, dicen algunos (se podría formar un agujero negro).
Hay un número inmenso de partículas elementales porque, como planteaba una teoría de Carl Sagan, si pudiésemos introducirnos en un electrón encontraríamos un universo propio, lleno de partículas elementales con universos propios a su vez. (pág. 202).
–La Tierra se mueve:
En este apartado que muestra cuánto costó hacerse oír la teoría de que los continentes se van moviendo. Hasta 1944 no se aceptó la propuesta de Arthur Holmes.
Hoy se sabe que la superficie terrestre está formada por entre 8 y 12 placas grandes y unas 20 pequeñas y que todas se mueven en direcciones y velocidades distintas. Las previsiones hechas sobre ese movimiento dan como resultado que “el océano Atlántico se expandirá hasta llegar a ser mucho mayor que el Pacífico. Gran parte de California se alejará flotando y se convertirá en una especie de Madagascar del Pacífico. África se desplazará hacia el norte uniéndose a Europa, borrando de existencia al Mediterráneo y haciendo elevarse una cadena de montañas de majestuosidad himaláyica que irá desde París hasta Calcuta……Mientras estamos aquí sentados, los continentes andan a la deriva, como hojas en un estanque….Europa y Norteamérica se están separando aproximadamente a la velocidad que crece la uña de un dedo …..Lo único que nos impide apreciar los cambios es la brevedad de la vida individual” (pág. 222-23).