Portada » Arte » Exploración del Arte Barroco: Escultura, Pintura y Arquitectura
Como la arquitectura, la escultura barroca también surge en Roma durante el último tercio del siglo XVI, subordinándose a aquella y contribuyendo al efecto de conjunto, al que aporta teatralidad y tensión dramática. El deseo de engrandecimiento de la ciudad dio relevancia a dos nuevos tipos de escultura: la ornamental (de tema mitológico o alegórico) y la conmemorativa, embelleciendo plazas y jardines.
Como características generales de la escultura barroca podemos destacar las siguientes:
En la transición del manierismo al barroco nos encontramos a S. Maderno, autor de la “Santa Cecilia”, de realismo barroco, pero la figura máxima será L. Bernini, cuya obra se caracteriza por el movimiento exaltado, las calidades táctiles, el profundo naturalismo y un concepto clásico de la belleza.
Obras destacadas de Bernini:
A fines del siglo XVI se hace necesario introducir nuevos elementos que superen la frialdad intelectual del manierismo, al tiempo que las nuevas condiciones sociales, políticas e ideológicas exigen nuevas formas de expresión:
A principios del siglo XVII surgen en Italia las dos tendencias fundamentales de la pintura barroca, que parten de su común rechazo frente al manierismo y de su deseo de plasmar la realidad.
El Barroco nace en Italia, pero mantendrá ciertas características ya tradicionales, como unos esquemas de ordenación del espacio clásicos, alejados de la exuberancia española o de la gracia francesa, destacando su natural espíritu de equilibrio.
Podemos encontrar ciertos rasgos que caracterizan a la arquitectura barroca:
El centro artístico más importante será nuevamente Roma y la Compañía de Jesús la encargada de difundir las nuevas ideas, que toman como modelo el «Gesú» de Vignola, en el que se salva la controversia entre edificio central o longitudinal. Los elementos arquitectónicos se subordinan a un elemento central sobresaliente: la cúpula en la iglesia o el pabellón central en el palacio. También tendrá gran importancia la fachada del Gesú (obra de G. della Porta), que servirá de inspiración a numerosas fachadas.