Portada » Lengua y literatura » Exploración de Personajes y Temas Clave en La Celestina
Desde el punto de vista social, en la tragicomedia conviven dos mundos: los señores y los criados. Ambos mundos se mezclan, y entre ellos, aparece la figura de Celestina.
El enfrentamiento de estos dos grupos y la supremacía del dinero, el interés y los placeres materiales frente a los valores espirituales son reflejo de una sociedad en crisis.
Los personajes manifiestan una profundidad psicológica que no había estado presente en las obras literarias. Fernando de Rojas muestra unos personajes dotados de vida, con una personalidad propia que se refleja, tanto en su lenguaje, como en sus acciones y pensamientos.
En este mundo se encuentran Calisto, Melibea, Pleberio y Alisa.
Es el personaje central de la obra. Es ella quien une a los personajes y quien proporciona a cada uno de ellos el objeto de su deseo. Celestina destaca por su inteligencia y su capacidad de manipulación. Practica muchos oficios como perfumera, maestra de hacer afeites y de hacer virgos, alcahueta… Es meticulosa y planea los pasos que va a dar. La codicia que muestra al no querer compartir las ganancias, la llevará a la muerte. Su única preocupación moral es hacer bien su trabajo.
La obra refleja la profunda crisis de la sociedad. Los nuevos criados abominan de los nuevos señores porque saben que el servicio no les va a permitir ningún ascenso y, en cambio, tienen la seguridad de medrar mediante el dinero adquirido de cualquier manera.
La Celestina refleja la nueva sociedad de finales del siglo XV y la nueva ideología sustentada sobre valores distintos a la jerarquizada e inflexible moral caballeresca anterior.
Los temas principales que se tratan en la obra son:
Es el tema principal de la obra. Se manifiesta al principio como un calco y parodia del amor cortés, que pronto deja paso al placer carnal. El amor afecta de manera directa (Calisto, Melibea, Pármeno, Areúsa) e indirecta (Lucrecia, Pleberio, Alisa) a todos los personajes.
Está ligada al tema del amor. La pasión desenfrenada y la codicia de los criados llevan al asesinato de Celestina, la muerte de Sempronio y Pármeno, así como a la de los amantes.
Abundan en la obra las referencias a la fugacidad del placer y de la vida. Además, encontramos en la obra una fuerte dosis de pesimismo, que adquiere su expresión máxima en el planto o llanto de Pleberio, quien ve la muerte como un final, alejándose del medievalismo que habla de una vida más allá de la muerte.
El verbo está en 3ª persona del plural, pero al morfema de plural puede que no le corresponda un auténtico plural. Puede que quien llama, escribe, dice… sea una sola persona.
Forman este grupo un número reducido de oraciones que han llegado a la estructura impersonal, a través de un proceso de gramaticalización. Son expresiones impersonales con un verbo en 3ª persona del singular seguido generalmente, de algún complemento que suele ser interpretado como CD. Sin embargo, este CD no puede pasar a sujeto paciente en las pasivas. Los verbos más frecuentes son: haber, hacer, ser, bastar, sobrar…