Portada » Psicología y Sociología » Experimentos de Pavlov y Condicionamiento Operante
Ivan Pavlov estudió los procesos de digestión de los perros. Observó casualmente que la salivación y la secreción de jugos gástricos se producían en los animales antes de que estos vieran los alimentos, simplemente con oír los pasos de la persona que les traía de comer. Pavlov comprobó que los perros no solo respondían en función de una necesidad biológica (hambre), sino también como resultado de un aprendizaje (o condicionamiento). Para verificar esta hipótesis ideó un experimento: antes de presentar la comida a un perro hacía sonar una campana. Al principio, el perro solo segregaba jugos gástricos al ver la comida. Al repetirse de forma constante la secuencia “sonido de la campana-presentación de la comida”, el perro comenzó a segregar jugos gástricos al oír la campana antes de ver la comida. Pavlov demostró que no todos los reflejos son innatos, sino que mediante los mecanismos de asociación se pueden establecer nuevos reflejos a los estímulos. La comida es un estímulo incondicionado (EI) porque provoca salivación sin un entrenamiento previo. El sonido de la campana al comienzo es un estímulo neutro (EN) porque antes del condicionamiento no provoca salivación, pero una vez que lo asociamos con la comida (EI) se convierte en un estímulo condicionado (EC). Para Pavlov, la salivación producida por la comida es la respuesta incondicionada (RI), y la producida por un sonido o una luz, respuesta condicionada (RC). Es decir, a aquellos estímulos y respuestas cuyas propiedades no dependen de un entrenamiento previo se los llamó “incondicionados” y a los que sí dependen de ese entrenamiento o asociación, “estímulos o respuestas condicionados”.
El psicólogo norteamericano Edward L. Thorndike (1874-1949) fue uno de los pioneros en el estudio del condicionamiento operante o instrumental. En 1911 desarrolló una explicación simple y conductista del aprendizaje basada en sus experiencias con animales. Introducía gatos en cajas diseñadas por él y colocaba un trozo de comida fuera. Las cajas tenían una puerta con un pestillo. Al principio, los gatos producían respuestas estereotipadas, como oler la comida a través de los barrotes, golpear las paredes de la jaula, hasta que (de manera involuntaria) accionaban el pestillo y abrían la puerta que daba paso a la comida. A medida que realizaban nuevos ensayos, el tiempo que tardaban entre que entraban y salían de la jaula era más breve. Thorndike estableció la ley del efecto que se enuncia así: “Cualquier conducta que en una situación produce un resultado satisfactorio, se hará más probable en el futuro”. Si una respuesta va seguida de un hecho satisfactorio, la asociación entre el estímulo y la respuesta se fortalece; y si a la respuesta le sigue un hecho desagradable, la asociación se debilita. Además planteó que todos los animales y humanos aprenden de la misma manera, por ensayo y error.
En la década de 1920, B. F. Skinner defiende que la tarea del conductismo consiste en identificar y aislar los factores ambientales que influyen en la conducta. Desarrolló los principios del condicionamiento operante. Pensaba que el condicionamiento clásico no explicaba la gran complejidad de la conducta humana, por lo que debía estudiar las causas observables de una acción y sus consecuencias. Estudió sistemáticamente el aprendizaje en ratas y palomas en unas estructuras que él mismo había diseñado, “las cajas de Skinner”, cajas que contenían una palanca que, al ser presionada por el animal, liberaba agua o comida. Algunas de las cajas también contaban con una luz que se encendía para avisar al animal de que su premio estaba de camino.
Hay 4 tipos de condicionamiento instrumental: refuerzo positivo, refuerzo negativo, entrenamiento por omisión y castigo.
Es un objeto, premio o conducta que incrementa la frecuencia de la respuesta. (por ej., la comida y el dinero) Es el mecanismo más efectivo para que los animales y las personas aprendan. La efectividad del refuerzo positivo depende de estas variables:
Se produce cuando la realización de una conducta elimina un estímulo aversivo o desagradable. Existen dos procedimientos:
El castigo es el precio que se paga por una conducta no deseada y sirve de amenaza para conseguir la adhesión a ciertas normas. Provoca la disminución de una conducta porque el suceso que la sigue es un estímulo aversivo. El castigo tiene un gran inconveniente: informa de lo que no hay que hacer, pero no enseña lo que se debe hacer.
El psicólogo francés Albert Binet desarrolló la primera escala para medir las capacidades intelectuales y predecir el rendimiento escolar. La escala consistía en una serie de pruebas seleccionadas por orden de dificultad creciente y agrupadas por distintos niveles de edad. Binet pensaba que la aptitud mental aumentaba con la edad y examinó a muchos niños en tareas que requerían un esfuerzo mental, apuntando la edad de cada niño y definiendo la edad cronológica como el rendimiento medio de los niños a una edad cronológica. Posteriormente, Stern pensó que era posible medir el cociente intelectual (CI) y para calcularlo empleó la siguiente fórmula: CI = EM/EC x 100, en la que EM quiere decir edad mental y EC edad cronológica. Más tarde Terman, de la universidad de Stanford, realizó varias adaptaciones de la “escala de Binet”. La versión actual de la “Escala de inteligencia Stanford-Binet” mide cuatro tipos de capacidades: capacidad verbal, razonamiento numérico, razonamiento abstracto-visual y memoria a corto plazo.
Goleman destaca 5 habilidades de la inteligencia emocional:
J.Piaget considera que el ser humano pasa por 4 estadios en su evolución intelectual:
El niño conoce el medio físico y social mediante el uso de sistemas sensoriales y motrices. Las características de esta etapa son:
En este estadio surge el pensamiento representativo. El niño puede usar palabras, imágenes y otros símbolos para referirse a entidades que existen en su entorno. La representación comienza con la imitación.
El niño realiza operaciones con objetos que percibe y manipula, y aprende las nociones de cambio y permanencia.
Durante este periodo, los adolescentes logran desprenderse de los objetos inmediatos para razonar sobre lo abstracto y lo posible. Aparece el pensamiento hipotético, comienzan a hacer razonamientos condicionales y aunque la hipótesis no se cumpla, el adolescente es capaz de deducir las consecuencias que se derivan de ella.