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En
Esta redacción se nos plantea cuál es la función de Dios en el conjunto de la
Filosofía de Descartes. En este sentido,
A partir del método y de la duda metódica consigue la primera evidencia
Sobre la cual reconstruirá el edificio del conocimiento. Esa primera certeza es
El “cogito ergo sum” Pero Descartes
Necesitará probar la existencia de Dios para fundamentar la existencia de la
Substancia material.
Como ya hemos dicho, el
Intento de demostrar la existencia de Dios, para no caer en el solipsismo y
Poder así fundamentar la realidad extramental, ya que sólo puede fundamentar su
Propia existencia, le llevará a construir sus tres argumentos para demostrar la
Existencia de Dios, mediante las ideas de infinito y perfección que ha
Encontrado al analizar su pensamiento. Estos son el Argumento de la causalidad,
El Argumento de Dios como causa de mi ser y el Argumento ontológico.
El argumento de la
Causalidad se basa en la teoría de la realidad objetiva de las Ideas. El
Principio de causalidad afirma que todo efecto debe tener una causa que sea
Proporcional. La idea de un ser infinito no puede haber sido causada por mí
mismo, pues soy finito, sino que debe haber sido causada por un ser infinito
El argumento de Dios
Como causa de mi ser se basa en mi imperfección, y sigue el mismo principio de
Causalidad. Yo soy imperfecto, pero poseo la idea de perfección, por lo que yo
No puedo ser la causa de esa idea. El que ha puesto esa idea en mí ha de ser
Perfecto, y por lo tanto, no puede ser otro que Dios.
El argumento
Ontológico, Descartes en su formulación, reviste el argumento con elementos
Matemáticos, pero en esencia es el mismo. Así, textualmente, observará que la
Perfección de la existencia está comprendida en Dios “del mismo modo que está
Comprendida en la de un triángulo que sus tres ángulos son iguales a dos
Rectos”, comparando la perfección de la existencia con la evidencia matemática.
Una vez demostrada la
Existencia de Dios, podemos atribuirle unas funciones carácterísticas, esenciales
En la filosofía cartesiana, que podemos dividir en cinco.
La superación del
Solipsismo que rompe el aislamiento del cogito para abrirlo a la realidad
Extramental. Para llegar al problema del solipsismo, realizaré una breve
Introducción del contexto, de las causas que le han llevado a este Tras la
Intuición del cogito, Descartes se encuentra en el solipsismo, ya que sólo
Puede fundamentar la existencia del sí mismo, del ser pensante, ya que la
Existencia de cualquier otro objeto sería dudable, no
Puede fundamentar de este modo, la realidad extramental. Pero inmediatamente
Intenta mostrarse a sí mismo que no está solo, y lo hace precisamente
Demostrando que, además, existe Dios. Finalmente cree estar convencido también
De que la bondad, la veracidad de Dios garantiza la
Creencia en la existencia de las cosas físicas y de las otras mentes, superando
De este modo la duda metódica y eliminando definitivamente la “soledad radical”
A la que le había conducido dicha duda.
La
Existencia de Dios le permitirá refutar
La duda metódica y la “Hipótesis del genio maligno”. Primero refutará la no
Fiabilidad de los sentidos. Dios no puede engañarme, luego el mundo exterior
Debe existir. Ahora intentará refutar la segunda fase de la duda, la no
Distinción entre vigilia y sueño, que duda de la existencia de los objetos. Una
Vez demostrada la existencia de Dios, como suma de todas las perfecciones,
Puede afirmarse su bondad y veracidad, y proceder a rechazar la hipótesis del
Genio maligno que nos engaña, pues engañar no es una perfección, sino una
Imperfección, y este deseo de engañar, no puede darse en Dios.
En tercer lugar, Dios
Como garante del criterio de certeza y de la verdad de mi pensamiento. Dios es
El autor de todo lo que está en nosotros. Dios es su creador, por lo que es su
Garantía de verdad: las ideas innatas, las verdades eternas de las matemáticas
O la lógica, etc. Por tanto, podemos afirmar que el criterio de verdad está
Garantizado por Dios. Así, todas las ideas que percibamos clara y distintamente
Son verdaderas.
En cuarto lugar, la
Veracidad divina como fundamento de la existencia de la res cogitans.
La
Existencia de la res cogitans ya ha sido demostrada anteriormente en el cogito,
En el “pienso luego soy”. La res cogitans, el yo como cosa pensante, queda
Fundamentada desde que Dios es el garante de toda verdad, de todas las ideas
Claras y distintas que tenemos. Dios ha sido
Fundamentado desde nuestra propia existencia, y nosotros, a su vez, existimos
Porque Dios nos ha creado.
Por último, Dios como
Creador del mundo e inductor del movimiento y de las leyes en la explicación
Mecanicista de la filosofía cartesiana. Dios ha creado en universo de materia
Inerte y la ha dotado de movimiento. La cantidad de materia y de movimiento
Permanecerá constante e inalterable, puesto que Dios es inmutable y no vuelve a
Intervenir desde el momento de la creación. Se utiliza aquí la analogía del
Relojero. Dios, causa inicial del movimiento, lo ha sometido a unas leyes: ley
De la inercia , ley de la dirección del movimiento y la ley de conservación del
Movimiento. Descartes intentará conciliar la tesis mecanicista con la tesis
Creacionista, es decir, ciencia y fe.
Una vez expuestas las
Funciones de Dios, nos damos cuenta de que seguimos teniendo errores, seguimos
Concibiendo opiniones dudosas y engañosas. Dios es el garante de la existencia
De la realidad extramental, pero no de la veracidad o falsedad de los juicios
Que emitimos sobre ella. Por esto es tan importante la Teoría del Error en
Descartes. Dios es veraz y bondadoso y,
Por tanto, no puede inducir al error. Por eso, la causa del error sólo podemos
Ser nosotros, seres imperfectos, y no será un error de la razón, sino de la
Voluntad, como afirma en la primera regla del método. La razón es la que
Distingue lo verdadero de lo falso, y la voluntad es la que se adhiere o no a
La proposición emitida por la razón.
En conclusión, la
Figura de Dios en Descartes es esencial, ya que a partir de su existencia
Quedan fundamentados todos los problemas delante de los que se encuentra
Descartes en la búsqueda de la verdad, haciendo un gran rodeo debido a que
Descartes es idealista, y no realista.
A partir de aquí,
Podemos distinguir en Descartes tres sustancias: la res cogitans, la res
Infinita y la res extensa.
Descartes definíó la sustancia como
«una cosa existente que no requiere más que de sí misma para existir. Las
Sustancias finitas serían la Res cogitans, el pensamiento, y
La Res extensa, la materia definida por la cualidad de la
Extensión.
Pero Descartes no desarrolla su sistema partiendo de
Dios, para luego demostrar la existencia de todo lo demás, como hemos visto. Parte
De la verdad del cogito, del pensamiento mismo, para llegar a demostrar a
Partir de ella todo lo demás.