Portada » Ciencias sociales » Exclusión Social: Conceptos Clave, Dimensiones y Factores
Intervención social: acción o conjunto de acciones que tienen como objetivo mejorar las condiciones de vida de personas o grupos.
La adscripción a un espacio social no es estática. Se pueden identificar tres zonas o espacios sociales:
Fortalecer las condiciones de vida, favorecer los procesos de integración social y promover la resistencia a la exclusión.
Personas con diversidad funcional, drogodependientes, adolescentes y niños en riesgo, víctimas de discriminación, mujeres víctimas de violencia de género, entre otros.
Situación concreta que puede afectar a individuos o grupos y que se caracteriza por la presencia de varios factores de vulnerabilidad. Características:
Privación de bienes materiales y económicos. Falta de recursos para satisfacer las necesidades básicas. Tres niveles:
En un entorno de crisis económica estructural, la incapacidad manifiesta de los gobiernos para dar respuesta a las necesidades sociales provoca que las situaciones de vulnerabilidad social se multipliquen. Algunas transformaciones que contribuyen a este escenario son:
Procesos que hacen que la vulnerabilidad social ya no se concentre únicamente en determinados grupos marginales, sino que afecte a toda la población. Cada vez más personas están expuestas al peligro de experimentar una ruptura en su trayectoria vital.
Estudia los procesos de cambio de las personas a lo largo de la vida, haciendo referencia al aprendizaje y a la adaptación al entorno.
Proceso de cambios psicológicos, sociales y biológicos que se suceden a lo largo de la vida:
La secuencia completa de acontecimientos vitales que suceden a lo largo de la vida ha experimentado cambios significativos en las últimas décadas. Algunos de estos cambios son:
Momentos de inseguridad y vulnerabilidad que pueden ocurrir a lo largo de la trayectoria vital. La relación entre ruptura y exclusión social es estrecha, ya que las rupturas pueden aumentar la vulnerabilidad y la exposición a la exclusión. En estos momentos, se desarrollan procesos de resiliencia, es decir, la capacidad de crecerse ante las dificultades.
Proceso en el que las personas aprenden e interiorizan las habilidades, pautas, normas y valores de la sociedad a la que pertenecen. Cada individuo tiene su propia personalidad, pero el entorno social influye de manera determinante en su desarrollo. La familia, la escuela, los grupos de iguales y los medios de comunicación son agentes de socialización.
Comprender el peso de la identidad individual y social es fundamental para entender cómo estas pueden conducir a situaciones de desventaja o exclusión social.
La identidad individual se construye a partir del autoconcepto de uno mismo. Cada persona se define a sí misma a través del reconocimiento de sus propias características y del reconocimiento que recibe de los demás. La autoestima, es decir, el valor que una persona tiene de sí misma, juega un papel fundamental en la construcción de la identidad.
La identidad social se construye a partir de la pertenencia a diferentes grupos sociales. Lo que somos depende en gran medida de las relaciones sociales que establecemos y del reconocimiento que recibimos de los demás. La pertenencia grupal determina la identidad social de cada individuo.
La identidad individual y social se construyen a partir de la interacción entre la diversidad y la singularidad. Cada persona es un ser único e irrepetible, pero al mismo tiempo comparte rasgos y características con otras personas que pertenecen a sus mismos grupos sociales.
Las sociedades establecen mecanismos de distinción y clasificación social. Estos mecanismos pueden generar desigualdades y discriminación. A las personas con rasgos característicos visibles y valorados socialmente de forma negativa se les puede atribuir una identidad social menospreciada.
La alteridad, es decir, aquello que se considera ajeno o diferente, puede generar diferentes respuestas en las sociedades. Algunas de estas respuestas son:
Las teorías de la desviación social son antecedentes teóricos de lo que en la actualidad se conoce como estudios de la exclusión social. Algunas de estas teorías son:
Esta teoría sostiene que las personas que viven en contextos más desfavorecidos tienden a crear sus propias subculturas como forma de adaptación a la falta de oportunidades. Estas subculturas se caracterizan por tener valores y normas diferentes a los de la cultura dominante.
Esta teoría se centra en los mecanismos de control social y en cómo estos pueden contribuir a la exclusión social. Según esta teoría, las personas que son etiquetadas como “desviadas” o “marginales” pueden llegar a asumir esta identidad y a comportarse en consecuencia.
Esta teoría critica la visión tradicional de la delincuencia y la justicia penal. Según esta teoría, el sistema penal está diseñado para criminalizar a las personas que pertenecen a grupos sociales desfavorecidos. Se propone la necesidad de implementar políticas sociales redistributivas que garanticen el acceso a los bienes sociales básicos.
Espacios que ofrecen identidad, protección y apoyo a las personas. Están estrechamente vinculados al entorno vital y subjetivo más inmediato. Proporcionan identidad al individuo.
Organizaciones de iniciativa privada o del tercer sector que ofrecen servicios y recursos a las personas en riesgo de exclusión social.
Políticas sociales implementadas por el Estado para garantizar el bienestar social de la población. Se pueden distinguir dos tipos de factores:
Disponer o no de dinero es fundamental para acceder a los recursos y oportunidades que ofrece la sociedad. La pobreza económica es uno de los principales factores de riesgo de exclusión social.
Las políticas de inclusión social deben orientarse hacia la articulación de medidas que faciliten el acceso a una renta suficiente a todas las personas. Es necesario garantizar el acceso a un trabajo digno, a una vivienda adecuada y a los servicios sociales básicos.