Portada » Lengua y literatura » Evolución Literaria Española: Del Modernismo a las Vanguardias del Siglo XXI
El **Modernismo** se caracteriza por una poesía íntima, llena de tristeza melancólica. Recibe influencias del **Romanticismo**, el **Decadentismo** (que resalta lo perverso y la sensualidad), el **Parnasianismo** (arte por el arte) y el **Simbolismo** (expresión de sentimientos mediante símbolos). El género más representativo es la lírica, pero la narrativa y el teatro también son representados, introduciendo renovaciones:
Destacan autores como:
Expresa el descontento de la sociedad española de la Restauración y se inspira en los regeneracionistas del siglo XIX. Los escritores del 98 muestran preocupación por la situación de España, adoptan un tono reflexivo y crítico y se caracterizan por su sencillez.
Influenciado por condicionamientos ideológicos y económicos, dio lugar a dos tipos: teatro comercial y teatro innovador.
Entre 1914 y el inicio de la Guerra Civil Española surge el movimiento del **Novecentismo** o Generación del 14, formado por intelectuales que buscan modernizar la sociedad y acercarla a Europa. Sus características principales son:
En cuanto a géneros, el ensayo filosófico es la forma preferida para difundir sus ideas. Destacan figuras como:
En la novela novecentista, se mantienen obras de autores anteriores como Unamuno. La estética dominante es la novecentista, caracterizada por el abandono del sentimentalismo y una apuesta por el intelectualismo. Destacan las líricas de Gabriel Miró que combinan lirismo y reflexión. Las novelas de esta generación tienen muchas digresiones reflexivas, aproximándose al género ensayista y apartando la trama a un segundo plano. Ramón Pérez de Ayala (*Los trabajos de Urbano y Simona*) representa la novela intelectual.
En poesía, el novecentismo se enfoca en la perfección formal, dejando atrás el modernismo y buscando una estética pura.
Al mismo tiempo que los novecentistas imponen en España su nueva mentalidad, en Europa se desarrollan las **vanguardias**, caracterizadas por su voluntad rupturista y efímera. Surgieron a principios del siglo XX, especialmente entre las dos guerras mundiales, con un enfoque en la innovación y la experimentación. En torno a 1914 se observan unas actitudes que se caracterizan por su inconformismo y deseo de renovación. Los artistas acusan a Europa y a su civilización de haber creado la barbarie de la guerra y extirpan todo lo anterior para volver a lo más primitivo.
Entre los principales movimientos europeos destacan:
En Hispanoamérica, los vanguardistas adoptan estos movimientos europeos con modificaciones, añadiendo elementos como el indigenismo, negrismo, criollismo, reflejando un interés por la psicología y la mezcla de lenguas. Destacan autores como Nicolás Guillén y Jorge Luis Borges. Por otro lado, hay una vanguardia más pesimista donde aparece lo absurdo, se critica la cultura del consumo y se instaura el arte caótico que busca describir lo absurdo. Destacan autores como César Vallejo.
El surrealismo español destaca por no ser ortodoxo, pero influye profundamente en los poetas de la Generación del 27 como Lorca, Alberti y Cernuda, quienes incorporan imágenes lógicas y elementos del subconsciente en sus obras. Estas vanguardias marcan un giro hacia la rehumanización del arte, buscando una expresión más directa de los sentimientos y contenidos humanos, lo que les convierte en un éxito de renovación cultural.
La Generación del 27 fue un grupo de escritores nacidos en la dictadura de Primo de Rivera, con ideales liberales y republicanos. Su desarrollo surge en el siglo XX. El nombre proviene del homenaje del tercer centenario de la muerte de Góngora. Sus principales espacios de reunión fueron la Residencia de Estudiantes y el Ateneo de Madrid. Destaca el género lírico. Las mujeres artistas, conocidas como **Las Sinsombrero**, colaboraron en revistas, promoviendo la modernización social.
Entre los rasgos más comunes:
Entre los principales autores de la Generación del 27, encontramos a:
Tras la Guerra Civil, la cultura española se fragmentó debido al exilio de muchos intelectuales, lo que dificulta agrupar su poesía por tendencias, organizándose por décadas:
Destacan dos tipos de poesía: la **arraigada**, que apoya el régimen franquista, y la **desarraigada**, que refleja el desasosiego y la protesta social. Destacan autores como Dionisio Ridruejo (*Poesía en armas*), Luis Rosales (*La casa encendida*) y, desde el desarraigo, Vicente Aleixandre y Dámaso Alonso (*Sombra del paraíso*).
Aparece el **realismo social**, que utiliza un lenguaje sencillo y accesible para denunciar la falta de libertades, la desigualdad y la miseria en la sociedad española. Destacan autores como Gabriel Celaya (*Cantos iberos*), José Hierro (*Quinta del 42*) y Blas de Otero (*Ciclo de la poesía social*).
La Generación del 50 se caracteriza por una poesía más íntima y subjetiva centrada en la experiencia personal, pero también con un trasfondo social y político. Los poetas de este grupo, Ángel González (*Áspero mundo*), José Ángel Valente (*Palabras para Julia*) y Jaime Gil de Biedma (*Compañeros de viaje*), combinan lo íntimo con lo social, utilizando un tono irónico y distanciado.
La poesía se vuelve más liberadora, se busca un mayor compromiso político y social, sobre todo con la transición hacia la democracia. Los poetas se centran en la denuncia de las injusticias y las restricciones sociales, abriendo la puerta a una mayor diversidad en los estilos y temas. Destacan autores como Guillermo Carnero (*Dibujo de la muerte*), Leopoldo María Panero (*Teoría*), Antonio Colinas y Jaime Siles.
La poesía española muestra una gran diversidad:
El teatro español enfrenta graves dificultades debido a la crisis económica, la censura y la competición del cine. El teatro comercial de gusto burgués predomina, desplazando las innovaciones de dramaturgos como Valle-Inclán. Sin embargo, algunos autores siguen escribiendo desde el exilio, como Rafael Alberti.
Teatro burgués comercial enfocado en valores tradicionales y dirigido a clases altas. Destacan autores como Luca de Tena o Joaquín Calvo Sotelo. El teatro humorístico iniciado por Enrique Jardiel Poncela, con un teatro absurdo y verosímil, continúa con Miguel Mihura, quien critica la sociedad burguesa en obras como *Tres sombreros de copa*.
Teatro de consumo con melodrama y humor con actores como Alfonso Paso. Al mismo tiempo, Antonio Buero Vallejo y Alfonso Sastre introducen un teatro de protesta contra la censura. Surgieron dos posturas antagónicas:
Surge un grupo de autores realistas, influenciados por Buero Vallejo y Sastre. Buscan reflejar críticamente la realidad social española, creando un teatro popular que mezcla el sainete trágico y el esperpento. Destacan autores como Antonio Gala y José Martín Recuerda.
El teatro experimental se marca por la influencia de las vanguardias europeas y americanas. Este teatro, dirigido a un público minoritario, pone énfasis en la escenografía y las técnicas audiovisuales. Destacan Francisco Nieva y Fernando Arrabal.
Se recuperan autores prohibidos con la desaparición de la censura y se crean instituciones como la Compañía Nacional de Teatro Clásico.
Regresa un teatro centrado en el texto con una tendencia al neorrealismo, abordando temas de actualidad con tono irónico. José Luis Alonso de Santos, Fernando Fernán Gómez, José Sanchís Sinisterra y Lourdes Ortiz.
Surgen grupos teatrales independientes, como Els Joglars, Els Comediants y Tricicle, que combinan innovación con el gusto del público comercial.
El teatro se diversifica en varias tendencias, desde el intelectual y reflexivo hasta el vanguardista. Destacan el microteatro y las adaptaciones comerciales de Jordi Galcerán, y surgen obras innovadoras con autores como Paloma Pedrero y Sergi Belbel.