Portada » Español » Evolución del Teatro y la Literatura Hispanoamericana
Es el género más afectado negativamente por la Guerra Civil. Han muerto los grandes renovadores como Valle-Inclán. Hay teatro del exilio conservador, de humor, realista, experimental y vanguardista. Con la democracia se estrena de todo según dos tendencias: la neorrealista y la neovanguardista.
Los escritores en el exilio no podrán ver sus obras representadas en España hasta fines de los años 60 en adelante. En los años 40, su teatro presenta tintes poéticos, bien con elementos grotescos: El adefesio de Alberti, o simbólicos: La dama de alba de Casona. Max Aub está contra el antisemilitarismo europeo y la vida de los desterrados.
Hasta los años 50 predomina un teatro conservador que pretende entretener y moralizar. Se cultiva la alta comedia benaventina, el sainete costumbrista y el drama burgués. La crítica de las costumbres es muy superficial y nunca hiere al espectador. En esta línea están los autores del teatro de evasión, de la felicidad o del amor que en los años 50 hacen sonreír para compensar las limitaciones y amarguras de la realidad.
El teatro del compromiso se abre en 1949 con Historia de una escalera de Antonio Buero Vallejo. La obra presenta la vida de unas familias, todas vecinas de una misma escalera, que ven cómo sus fracasos y miserias se perpetúan en la siguiente generación.
A finales de los años 60 se desarrolla el Nuevo Teatro, teatro vanguardista y experimental que repara en la deshumanización de la sociedad, con dos tendencias: una simbólica y otra experimental. Algunos autores son Buero Vallejo y Francisco Nieva.
El teatro universitario, el de cámara y el de arte y ensayo se transforman en el llamado teatro independiente. Busca nuevas formas de expresión y prepara a sus propios actores según las técnicas. Estos grupos dan a conocer en España obras y tendencias proscritas, crean el texto en grupo, colectivamente, utilizan todos los recursos escénicos posibles y rompen la barrera entre patio y escenario de butacas.
En la democracia, hay un teatro underground y alternativo: se funda en 1983 la Compañía Nacional de Teatro Clásico, se adaptan novelas conocidas y surgen nuevos autores-actores (Fernando Fernán Gómez) o se recupera a los exiliados. Los realistas consagrados siguen teniendo éxito. También lo tiene la comedia burguesa, cuyos actores permanecen muchos años en el cartel.
En nuestros días, el texto se revaloriza y se produce un boom del género musical. Hay dos líneas diferenciadas: la realista (teatro asunto) y la vanguardista (teatro imagen). Los neorealistas proceden del teatro independiente y ambientan sus obras tanto en el presente como en el pasado histórico. Los neovanguardistas hacen montajes espectáculo, por ejemplo, La Cuadra del Salvador Távora.
En los años 40 y 50, la literatura hispanoamericana da muestras de superación de los modelos narrativos. El regionalismo de los años 20 y 30 comenzaba a agotarse. Además, por la influencia del surrealismo, surge una nueva concepción de la realidad. Así mismo, las transformaciones en la vida social y la influencia que ejercerán los renovadores de la literatura europea y norteamericana favorecerán el nacimiento de la llamada nueva novela.
Esta nueva novela supondrá la aparición, junto a los espacios rurales, del nuevo mundo urbano y la atención a los problemas humanos.
Las innovaciones afectarán así mismo al discurso y a las técnicas narrativas. La más evidente es la ruptura de la estructura tradicional de la novela. Otra constante es la preocupación por el lenguaje, por el poder de sugerencia y el ritmo de la prosa. Los autores experimentan con el lenguaje y rescatan lo coloquial para vivificar el relato y, en ocasiones, desembocan en el barroquismo descriptivo.
La nueva novela suele señalarse a tres autores como aquellos que abrirán el camino de esta nueva narrativa: Miguel Ángel Asturias, por ejemplo.