Portada » Filosofía » Evolución del Pensamiento Filosófico: Realidad, Conocimiento y Ser Humano
Desde sus inicios, la filosofía se ha preguntado si la realidad es estática o un proceso en constante cambio. Muchos filósofos griegos creían en la permanencia como característica de lo real. Heráclito, en cambio, afirmaba que «todo fluye», que todo está en permanente cambio. A lo largo de la historia, estas dos visiones han persistido.
La mayoría de los filósofos griegos defendían la permanencia de lo real, caracterizada por su unidad y definición. Según esta visión sustancialista, la realidad se compone de esencias con relaciones y leyes que las explican. Esta perspectiva, originada en Parménides, encuentra su máxima expresión en Platón, para quien la verdadera realidad reside en las ideas o esencias inmateriales, perfectas e inmutables. El mundo material, plural y cambiante, es solo una imitación de este mundo ideal. La visión contraria la encontramos en Heráclito, pero será Aristóteles quien abra el camino para entender el cambio como característica esencial de la realidad, donde existen sustancias, es decir, individuos concretos sujetos al cambio.
Nuestro conocimiento se origina en la experiencia, a partir de los datos percibidos por los sentidos. El conocimiento es la relación entre la mente y lo exterior a ella. El problema más radical del conocimiento es si es posible conocer, cuestión que ha generado diversas respuestas:
Esta teoría, formulada por Aristóteles, sostiene que hay verdad cuando existe correspondencia entre el objeto conocido y el sujeto que conoce. Es una correspondencia formal, no material, entre la representación del objeto y el objeto mismo. Tomás de Aquino la situó entre el objeto y nuestra representación (concepto): «La verdad es adecuación entre entendimiento y la cosa». Wittgenstein la establece entre los hechos y su estructura formal: una proposición es verdadera cuando se corresponde con un hecho en la realidad.
Esta concepción presenta problemas: ¿En qué consiste la correspondencia entre decir y la realidad? ¿Cómo se conoce la realidad independientemente del lenguaje? ¿Qué papel juega el lenguaje en la determinación de la verdad? ¿Cómo comprobar objetivamente la conexión entre pensamiento y realidad?
Los cambios físicos en la evolución humana coincidieron con cambios culturales. Nuestra especie, a diferencia de otros animales, no está limitada por un comportamiento instintivo, sino que tiene la capacidad de aprender. Somos el resultado de la suma de la evolución biológica y la cultural. La cultura permitió al ser humano adaptarse al entorno sin transformar su cuerpo, por ejemplo, mediante la fabricación de herramientas y el lenguaje.
Ámbitos de la evolución cultural:
Esencia: Aquello por lo que un ser es lo que es. Existencia: El hecho de ser. Algo puede tener esencia sin existir (ej. unicornio).
Contingencia: Seres que existen ahora pero pueden dejar de existir. Todo lo que nos rodea, incluida nuestra existencia, es contingente. Necesidad: Seres que siempre han existido y no pueden dejar de ser. Para los griegos, la materia era eterna. En la metafísica cristiana, los seres creados son contingentes, mientras que Dios es necesario y eterno.
La cultura abarca todo lo producido por los seres humanos: cultura material (objetos, artefactos) y cultura inmaterial (conocimientos, ideas, valores, normas).
Relativismo cultural: Analiza las culturas desde sí mismas, promoviendo la tolerancia. Sin embargo, limita el diálogo intercultural y puede llevar a la exageración de aspectos positivos y a la pérdida del sentido crítico.
Interculturalismo: Respeta otras culturas y promueve el diálogo para buscar respuestas comunes a problemas globales. Requiere partir de valores morales mínimos.
La filosofía de los siglos XIX y XX se caracteriza por su diversidad. Los «filósofos de la sospecha» cuestionaron el concepto de hombre de la Ilustración, criticando la razón y el progreso.
Marx: El hombre es homo faber, un ser que se realiza a través del trabajo. La alienación ocurre cuando el producto del trabajo no pertenece al trabajador. Su concepción de la realidad es materialista. Propuso la revolución proletaria para acabar con la división de clases y el capitalismo.