Portada » Historia » Evolución del Concepto de Estado y Transformaciones Políticas en Argentina: Siglos XIX y XX
El concepto de Estado ha sido abordado por diversos autores, cada uno aportando una perspectiva particular sobre su naturaleza y función. A continuación, se presentan las definiciones de Guillermo O’Donnell y Oscar Oszlak, junto con los elementos constitutivos del Estado.
Los elementos esenciales que conforman un Estado son:
Se presentan diferentes perspectivas teóricas sobre el Estado, abarcando desde el análisis de Max Weber hasta la concepción fascista.
Weber, un pensador realista y analítico de la religión, el protestantismo y el comercio, describe el capitalismo como un fenómeno moderno dominante. Entiende la política como el enfrentamiento entre sectores sociales, políticos y económicos por el poder. Afirma que el poder debe ser legítimo para lograr objetivos y que la obediencia debe ser voluntaria, no impuesta.
En el siglo XIX, Marx, en su obra «El Manifiesto del Partido Comunista» (en el contexto de la Revolución Industrial y el liberalismo), destaca:
Marx distingue dos esferas: la económica (sociedad civil) y la superestructura (sociedad política), donde la última vela por la primera. El capitalismo, según Marx, crea inherentemente las clases sociales.
A finales del siglo XIX, Bernstein observa el capitalismo en una nueva fase de desarrollo. Sugiere una neutralidad del Estado a través del sufragio, preconstituyendo el capitalismo.
Lenin destaca dos elementos del Estado: el político-represivo (para evitar la toma del poder por revolucionarios) y el técnico-neutral. Ambos deben coexistir.
A principios del siglo XX, con la organización de partidos y sindicatos, surgen instituciones mediadoras entre la masa y el gobierno. Gramsci introduce la noción de Estado Ampliado, que es la interrelación entre la sociedad civil y el Estado, conformando una hegemonía política. El Estado estructura las relaciones sociales entre dominantes y dominados.
Desarrollada en Italia por Mussolini, se opone a la democracia liberal y al capitalismo. Es autoritaria, expansionista y busca el peso en las tradiciones. Similar al nazismo, pero se diferencia en que este último se basa en conceptos de superioridad racial y biológica. El fascismo se define como la encarnación jurídica de la nación.
Defensor de lo nacional y crítico de lo moderno, propone un orden basado en la tradición monárquica y los valores católicos. Su visión de orden otorga al Estado un papel mínimo, guiado por la monarquía, con un poder descendente que genera desigualdad en el acceso a los recursos.
La inmigración masiva (interna y externa) y el progreso económico transformaron profundamente la sociedad argentina. La inmigración interna se dirigió a las ciudades debido a la industrialización, mientras que la inmigración externa, atraída por la publicidad para poblar los campos, resultó en una mezcla de mano de obra calificada y no calificada. Esta afluencia masiva colapsó las ciudades.
Los inmigrantes buscaban progreso, educación para sus hijos, vivienda y trabajo. Las condiciones eran duras: mala vivienda, altos alquileres, problemas sanitarios, inestabilidad laboral y bajos salarios. Romero denomina a esta sociedad «aluvial».
La educación fue clave: la primaria superaba las barreras del idioma, la secundaria abría puertas a mejores trabajos, y la universitaria permitía el ingreso a círculos sociales cerrados. La Generación del 80 implementó leyes de registro civil y matrimonio civil, reforzando la presencia del Estado. La educación primaria, laica, gratuita y obligatoria, fue el principal instrumento de integración y nacionalización.
La Primera Guerra Mundial desorganizó el comercio y las finanzas, pero benefició a la exportación de carne enlatada. Las tensiones sociales emergieron con demandas y violencia, como la revolución de la Unión Cívica y la huelga de 1912, que llevó a la creación de la Federación Agraria Argentina. Se vislumbraba una huelga general de la clase obrera frente al anarquismo del Estado, con la ley de residencia de 1902.
Surgieron diferentes grupos:
Los socialistas, con un lenguaje racional, no lograron conectar con las masas obreras. La UCR creció, incorporando a sectores sociales nuevos y buscando el sufragio libre y sin fraude. Los conservadores reprimieron estas ideas.
La Ley Sáenz Peña de 1912, que establecía el sufragio secreto y obligatorio, buscaba evitar la injerencia del gobierno. A pesar de la ley, hubo fraude, pero los radicales ganaron en Santa Fe y la Capital. La UCR se convirtió en un partido masivo, y surgió Hipólito Yrigoyen (HY) como líder nacional.
Los conservadores intentaron organizar un partido nacional, pero fracasaron. Divididos, los radicales ganaron en 1916, inaugurando una nueva etapa.
A nivel mundial, se buscaba un orden institucional con revoluciones sociales contra dictaduras. Las huelgas se multiplicaron en las ciudades, impulsadas por los gremios del transporte. Yrigoyen intentó mediar, buscando un equilibrio entre despidos y represión. Se produjo el fin del Estado oligárquico y el nacimiento de un Estado amortiguador de tensiones, con la inserción de la clase media.
La «Semana Trágica» fue un hecho clave, con grandes destrozos. Yrigoyen intentó conciliar, pero fue el último gran avance del anarquismo. Con Alvear, la postura se volvió más negociadora. La sociedad se nacionalizó, con una mayor actividad social y cultural. La mujer comenzó a trabajar, y la universidad, antes elitista, se abrió gracias al apoyo de Yrigoyen.
La reforma electoral buscaba ampliar la ciudadanía y garantizar la representación de las minorías. Los partidos políticos crecieron:
Durante la presidencia de Alvear, se sancionaron leyes sociales. Yrigoyen tuvo conflictos con el Congreso, desvalorizando su autoridad. Alvear limitó la creación de empleos públicos y aceptó el control del Parlamento. Yrigoyen creó Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), la primera empresa estatal del mundo, para controlar el petróleo, generando un gran desarrollo del mercado interno. El proyecto radical de explotación exclusiva del petróleo por el Estado irritó a las empresas extranjeras.
Las relaciones de Yrigoyen con las Fuerzas Armadas (FFAA) no fueron buenas. El ejército se interesó por la política, convirtiéndose en un actor político. Desconfiaban de las políticas de Yrigoyen. Alvear, al limitar empleos públicos y aceptar al Parlamento, esperanzó a Uriburu con un golpe militar. Las FFAA estaban relacionadas con la derecha liberal y la Liga Patriótica.
En 1928, el radicalismo se presentó dividido. La campaña de Yrigoyen se basó en un tono nacionalista y antiimperialista. La política de Alvear fue un retroceso. Yrigoyen subestimó a sus enemigos y su autoritarismo creció.
La oposición, abrumada por los resultados electorales, pensaba en desalojar a Yrigoyen por métodos no institucionales. La crisis mundial, la caída de las exportaciones, el retiro de fondos norteamericanos y los despidos agravaron la situación. Muchos grupos clamaban por la caída del gobierno. Los gobiernos radicales no dieron respuestas rápidas a la crisis. Las discusiones giraban en torno a una solución institucional o militar.
El gobierno de Justo fue visto como fraudulento. El sindicalismo se fortaleció con huelgas, y surgió la Confederación General del Trabajo (CGT). La relación del gobierno con los sindicatos fue de represión y resistencia, pero gradualmente hubo mejoras: jornada laboral de 8 horas, sábado inglés, jubilaciones y vacaciones pagas.
El Estado negociaba con los distintos actores de la sociedad (sindicatos, empresarios, FFAA, Iglesia, asociaciones civiles y partidos políticos). Los partidos políticos fueron descalificados, y la política se asoció con el fraude.
La Segunda Guerra Mundial afectó las relaciones con Gran Bretaña (GB) y Estados Unidos (EEUU). Se cerraron los mercados europeos, creció la importación de carne enlatada y aumentó la industria local. Argentina buscaba una inserción en la economía mundial. La relación con EEUU se volvió más fluida, aunque Argentina se mantuvo neutral en la guerra.
La guerra demandaba movilización industrial y un Estado activo. La presencia de los militares fue más visible. Las FFAA eran un actor político importante, pero sin apoyo social ni estrategias de gobierno para enfrentar la movilización. En 1943, el ejército interrumpió el orden institucional sin un programa de gobierno.
Las Fuerzas Armadas tuvieron un rol importante en el gobierno. El Estado fue intervencionista y autoritario: reemplazó la Corte Suprema, intervino provincias, terminó con la autonomía universitaria y avanzó sobre los medios de comunicación. Reformó la Constitución e incluyó la reelección. Pidió a senadores y diputados una renuncia en blanco. Privilegió el discurso del líder y «peronizó» la sociedad civil. Implementó el voto femenino.
La política de apertura social de la clase obrera le dio una nueva identidad. El Estado facilitó el acceso a la educación y la cultura. Los sindicalistas ocuparon puestos visibles, y los sectores populares accedieron al consumo. La migración interna modificó la fisonomía de los sectores populares. Surgió un conflicto cultural entre la cultura «popular» y la cultura «clasista» de la oligarquía.
Se profundizó el conflicto, dividiendo a la sociedad entre peronistas y antiperonistas. Los mercados se contrajeron y las reservas se agotaron. El segundo plan quinquenal buscó reducir la inflación restringiendo el consumo interno, levantando el congelamiento de alquileres y promoviendo la vuelta al campo. Se priorizó la importación de maquinaria pesada y se buscó una reconciliación con EEUU.
El estancamiento industrial era evidente. Hubo pocas huelgas, y Perón aplicó una dura represión. Fue un gobierno autoritario, acentuando la «peronización» de la administración pública y la educación.
Perón inició su segundo gobierno consolidado por el nuevo plan económico, hasta la muerte de Evita, que fue un duro golpe. Perón comenzó a mostrarse cansado y desconcentrado. El vínculo con la Iglesia, que había sido bueno, se deterioró. El gobierno prohibió la enseñanza religiosa, y el Estado avanzó en la organización de los estudiantes. Esto generó un conflicto importante.
La Marina se levantó, y la oposición abrió un debate público. Perón ofreció su renuncia. En Córdoba estalló una sublevación militar liderada por Lonardi, quien asumió como presidente provisional. Perón se refugió en Paraguay.