Portada » Español » Evolución de la Poesía Española de Posguerra: Del Compromiso Social a la Experiencia Personal
La figura de Miguel Hernández se presenta a caballo entre la Generación del 27, del que es considerado por muchos críticos como el epígono genial, y la Generación del 36, en la que influyó significativamente.
Hernández trata temas como el sentimiento trágico de la vida, el amor y el compromiso social y político. Publica El rayo que no cesa, un canto a la pasión amorosa hacia la que sería su mujer, pero también una pasión impedida por los convencionalismos de una moral provinciana.
Durante la Guerra Civil Española, escribió Viento del Pueblo. Como el viento, la voz del poeta alienta a los soldados en las trincheras, arenga a la lucha y mantiene viva la esperanza. Son poemas que lloran la muerte de Lorca, de los hombres en el frente de batalla, que cantan al niño yuntero, al sudor de los campesinos, a la compañera, esposa y amante lejana.
En Cancionero y Romancero de ausencias, el poeta se duele de la ausencia de los suyos y escribe intensos poemas de amor a su mujer. Uno de los poemas más destacados es Nanas de la cebolla, dedicado a su segundo hijo.
En la inmediata posguerra, los poetas publican sus obras en torno a tres revistas: Escorial y Garcilaso, que representan la poesía arraigada, y Espadaña, que acoge la poesía desarraigada. Destacan poetas como Leopoldo Panero y Dionisio Ridruejo.
La poesía arraigada se caracteriza por:
La poesía desarraigada se caracteriza por:
En 1944 se publica Hijos de la ira de Dámaso Alonso, obra fundamental de la poesía desarraigada.
El proceso de rehumanización de la posguerra condujo hacia una poesía testimonial y de compromiso social y político. Su función consistió en dar cuenta de las injusticias sociales, y su destinatario era el hombre de la calle, lo que explica la estética de pureza y un lenguaje sencillo. Destacan poetas como José Hierro, Gabriel Celaya y Blas de Otero.
En los años 60, la poesía se orienta hacia el conocimiento. Los poetas buscan una mayor elaboración del lenguaje poético y se alejan del prosaísmo de la poesía social. Defienden la idea del poema como acto de conocimiento de la realidad.
En la década de 1970 surge un grupo de jóvenes poetas que pretenden llevar la poesía por rumbos diferentes, conocidos como los Novísimos. Se preocupan por la forma y el lenguaje, rompen con la cultura tradicional y se inspiran en el mundo del cine, el deporte, la televisión y el cómic.
Todos ellos habían nacido después de la Guerra Civil y tienen en común su talante provocador que recuerda a los movimientos vanguardistas.
Tras la muerte de Franco en 1975, el grupo poético dominante sigue siendo el de los Novísimos. Sin embargo, van apareciendo figuras que entroncan con la tradición clásica, como Antonio Carvajal. También destaca Blanca Andreu, que continúa la tradición de algunos maestros de la Generación del 27.
Surge con fuerza la poesía de la experiencia, que expresa vivencias personales que pueden ser comunes a las de los lectores, con autores como Julio Llamazares y Luis García Montero.
A partir de los años 80 surge una serie de autores con voz propia que se abren un hueco en la poesía del momento. Sin embargo, hace falta perspectiva histórica para clasificarlos dentro de un movimiento concreto.