La narrativa hispanoamericana supuso un cambio radical al género debido al surgimiento del realismo mágico y la consolidación de este a través de los autores del boom. Las características más importantes de esta renovación narrativa son:

• Temas: la presencia de problemas existenciales y la irrupción del realismo mágico. Este concepto se define como «lo real maravilloso», donde la magia y la fantasía se mezclan con la vida.
• Aspecto estético: se tiende a una prosa muy cuidada y unas estructuras de gran elaboración.

Los autores más significativos son:

• Miguel Ángel Asturias: su obra más relevante es El señor presidente, donde retrata las dictaduras de Hispanoamérica.
• Alejo Carpentier: combina la naturaleza americana y el barroquismo en la expresión (obras: El reino de este mundo y El siglo de las luces).
• Jorge Luis Borges: es una de las figuras más importantes de la literatura universal. Su obra se compone de relatos cortos como Ficciones y El Aleph. Su objetivo en estos relatos es poner al lector ante ejercicios intelectuales con carácter metafísico; algunos de los temas son el tiempo cíclico, los ríos que simbolizan el tiempo fluir, y laberintos que simbolizan el universo.
• Juan Rulfo: sus obras más importantes son El llano en llamas y Pedro Páramo, siendo las características formales de estas el desarrollo no lineal, varias perspectivas y mezcla de lenguaje culto y popular.

Novelistas como Cortázar y Vargas Llosa consolidan el estilo de los autores de la etapa anterior en el boom de la novela hispanoamericana. El tema principal de este boom es la realidad hispanoamericana vista desde diferentes perspectivas. Los enfoques narrativos son muy variados, aunque predomina la mezcla de la realidad y la ficción. Las técnicas narrativas del boom son:

• La ruptura del tiempo y el espacio.
• La variedad en la perspectiva.
• La diversidad y mezcla de estilos.
• La mezcla de lo real y lo mítico.
• Participación activa del lector.
• Combinación de registros idiomáticos.

Los principales escritores del boom son:

• Julio Cortázar: sus cuentos son juegos de ingenio e imaginación. En estos cuentos se mezcla la realidad y la ficción; su prosa se caracteriza por la musicalidad y la originalidad de sus metáforas. Entre sus obras destaca Historias de cronopios y de famas.
• Mario Vargas Llosa: introduce en sus obras mundos míticos sacados de su propia vida y del Perú. Entre sus obras destaca La casa verde y La fiesta del chivo. Su producción literaria responde a tres aspectos: el autobiografismo, la ambición totalizadora que abarca toda la realidad, y convertir la realidad en materia poética.
• Otros autores importantes son Gabriel García Márquez (Cien años de soledad), Ernesto Sabato, Manuel Mujica, entre otros.

La generación del 98 es un grupo de escritores de finales del siglo XIX y principios del XX que surge como consecuencia de tres circunstancias:

• Crisis política, económica y moral de España, agudizada por la pérdida de las últimas colonias.
• El agotamiento de las formas narrativas del movimiento realista y naturalista.
• El influjo extranjero, especialmente de Schopenhauer y Nietzsche.

En todos ellos se percibe la protesta contra la mentalidad positivista y el realismo burgués. Por esta razón, los escritores del 98 manifiestan su protesta contra las costumbres de la sociedad española, proponiendo una reforma total de las conductas sociales y morales de los españoles. Todos los autores desarrollaron un idealismo de carácter neorromántico. Los autores del 98 son defensores del subjetivismo. Estos autores fueron evolucionando y renunciaron a la lucha por transformar España, avanzando hacia un proceso de interiorización y de intimismo. Los temas principales son el de España y el existencial.

El tema de España lo abordan desde perspectivas muy diferentes; el planteamiento reformista y patriótico de Unamuno es distinto de la visión escéptica y pesimista de Baroja. Sin embargo, todos buscan una imagen de España diferente a la de los tópicos y de las tradiciones.

Esta búsqueda se centra en el descubrimiento del alma de España y para conseguirlo, los caminos que escogen son:

• El paisaje: en especial el de Castilla, en el que descubre el espíritu austero y sobrio del hombre castellano. Trata una visión subjetiva e idealista.
• La historia: del hombre anónimo, la de los pequeños hechos que suceden en la vida cotidiana y a la que Unamuno llamó intrahistoria.
• La literatura: volviendo a autores como Berceo, Rojas, Manrique, Góngora. Especial interés por Cervantes y El Quijote, obra en la que veían reflejadas fielmente las conductas de los españoles.

El tema existencial abarca asuntos diversos tales como la preocupación por el sentido de la vida, el papel de la religión en la sociedad y en la vida individual, las dudas sobre la existencia del más allá y los conflictos psicológicos y morales del ser humano.

El estilo narrativo de la generación del 98 es: sencillez y claridad, pero sin perder fuerza expresiva. Presencia de un estilo personal muy diferenciado del de los demás autores. Alejamiento de los procedimientos típicos del realismo y el empeño en expresar las emociones que la realidad provoca en la intimidad del autor. Tendencia a la precisión léxica, buscando vocablos que resulten extraños. El léxico se impregna de valoraciones subjetivas que desvelan sus sentimientos íntimos. La preferencia por la oración breve, párrafo corto y la expresión natural.

Miguel de Unamuno: carácter crítico e independiente. Su inquietud y angustia son los temas que aborda. Producción literaria con fuerte contenido filosófico. En las novelas indaga en las complejidades espirituales y psicológicas, preocupación por España, por la muerte, por Dios, por la eternidad y la razón y la fe. Tema principal: angustia de la existencia humana. Obras: Niebla (la que refleja mejor las características temáticas y formales de sus novelas), San Manuel Bueno, mártir (el protagonista, un sacerdote admirado, guarda en secreto su drama: la falta de fe. Trata la inmortalidad, el dilema entre verdad dolorosa o felicidad ilusoria, y el amor al prójimo).

José Martínez Ruiz, Azorín: desarrolla una técnica descriptiva sutil en la que prima la sencillez, brevedad en las frases, sensación de orden, pulcritud y claridad. La preocupación por el tiempo que pasa se percibe en una prosa triste, melancólica y fluida que delata ese afán por apresar lo sustancial de las cosas. Obras: La voluntad, Don Juan. Se acercan más al ensayo que a la novela, son descripciones de ambientes y personajes sin un argumento central sólido.

Pío Baroja: opinión negativa de los seres humanos y la sociedad. El tema principal de su obra: protesta a la sociedad, la crítica por sus conductas hipócritas, sus injusticias y aburguesamiento. Manifiesta una actitud crítica y sincera en sus ideas y muestra compasión por lo marginal. Encuentra como salida la acción. Novelas:

• De pensamiento: escepticismo absoluto por aspectos religiosos y éticos. El árbol de la ciencia, La busca.
• De acción: cúmulo de sucesos y episodios con la aventura como argumento principal. Zalacaín el aventurero. Todas se basan en la espontaneidad y el antirretoricismo. Predominan párrafos cortos y léxico claro.

Ramón María del Valle-Inclán: su primera gran obra: Las cuatro sonatas (de otoño, de estío, de primavera, y de otoño). Se caracterizan por una prosa modernista con temas como el amor y la muerte. En 1926 escribe Tirano Banderas, reflejo de aspectos lingüísticos y costumbres de América; su tema central es el de un dictador que tiraniza a los hombres.

EL NOVECENTISMO (Generación del 14): inquietud por el problema de España, pero adoptan una postura equilibrada e intelectual.

• Ramón Pérez de Ayala: abunda el elemento intelectual, con continuas digresiones sobre temas de diversa índole. Crea nuevas estructuras narrativas y originales perspectivas, como ocurre en su novela Troteras y danzaderas. Estilo de gran elegancia, perfectas construcciones oracionales y equilibrio en la expresión, léxico rico.
• Gabriel Miró: literatura como mundo lleno de percepciones sensoriales; la realidad la recrea con sus propias impresiones. Sus novelas se basan en descripciones construidas por la unión de distintas escenas ambientales y paisajísticas. Estilo elaborado y lírico, además de lento y recargado. Obras: Nuestro padre San Daniel; El obispo leproso.
• Ramón Gómez de la Serna: convierte la literatura en un juego lleno de incoherencias. El autor alcanza la aproximación al irracionalismo del arte vanguardista. Escribió novelas libres donde el argumento es sustituido por digresiones de cualquier tema. Sus relatos no muestran interés por la psicología de los personajes. Su creación más original es la greguería, que consiste en una asociación ingeniosa de ideas: humorísticas, conceptuales, juegos verbales, de carácter lírico.