Portada » Psicología y Sociología » Evaluación Psicológica y Psicopatológica: Enfoques, Modelos y Trastornos
El enfoque psicoanalítico centra su evaluación en los procesos y contenidos inconscientes, los estados del yo y los mecanismos de defensa. No busca la comparación interindividual ni la formulación de predicciones específicas sobre el comportamiento. Se orienta hacia lo dinámico y adaptativo, rechazando diagnósticos estáticos de tipo nosológico. Los objetos de estudio son los procesos y contenidos inconscientes, así como la descripción de la estructura psíquica, en particular del Yo, a través de la valoración de su fuerza y recursos adaptativos y defensivos. Una de las críticas a este modelo es la dificultosa y dudosa verificabilidad de muchas de las hipótesis en las que se basa la teoría, así como la ausencia de garantías en la interpretación de los datos.
El modelo psicométrico considera el comportamiento como un signo de rasgos o atributos subyacentes que ubican al sujeto en un continuo respecto del grupo normativo. Evalúa al sujeto de manera acontextual, sin considerar su historia pasada. Utiliza preferentemente instrumentos de base estadística y se basa en el concepto de normalidad social-normativa o estadística. Busca formular leyes generales para el comportamiento de los sujetos, ofreciendo mayor precisión y economía en la predicción de variables comportamentales con cierto grado de generalidad.
En el modelo clínico dinámico, el comportamiento manifiesto se considera un signo; los síntomas observables y los datos de los tests se interpretan como indicadores para caracterizar los procesos psicopatológicos subyacentes. Los objetivos principales son la detección de factores etiológicos, la determinación del curso probable del proceso psicopatológico y la intervención. Se emplean métodos y técnicas de evaluación observacionales, psicométricos y proyectivos. Las respuestas de los sujetos son valoradas asituacionalmente. Existe el riesgo de ser extremadamente superficial o de necesitar un nivel de inferencia no justificado por los datos. Los casos se estudian intraindividualmente. El criterio de normalidad se basa en la cesación del episodio morboso, con un enfoque en causas genético-biológicas o intrapsíquicas más que socioambientales. Una crítica al modelo médico es el rechazo a la nosología psicopatológica.
La concepción fenomenológica de la persona la considera como única, y su conducta está determinada por la percepción del mundo que tenga el individuo. Cada sujeto tiene una perspectiva diferente de la realidad, que puede ser cambiante. El comportamiento se entiende como un producto total determinado por la percepción subjetiva del ambiente, los estilos comunicacionales y el potencial humano. Los métodos de evaluación son la observación y la autoobservación. Las técnicas utilizadas son elegidas, valoradas e interpretadas por los propios sujetos, rompiendo con el rol asimétrico tradicional. Se realiza una crítica radical al concepto de enfermedad mental, a las categorías psicopatológicas, y a los rasgos y dimensiones estáticas de la personalidad.
El modelo conductual se centra en la comprobación de la existencia de variaciones significativas en la conducta de los sujetos (variable dependiente, VD) a causa de la introducción de ciertas manipulaciones (variable independiente, VI, y variables extrañas, VE) en situaciones de control. Se divide en tres fases: descripción, explicación y verificación de hipótesis. El comportamiento observado se considera una muestra del comportamiento relevante del sujeto. Se utilizan métodos intensivos para la investigación del comportamiento. Las técnicas empleadas deben reunir las propiedades adecuadas a la naturaleza de la medida a obtener. El objeto de la evaluación es describir qué patrones específicos de conducta requieren un cambio en su frecuencia de aparición, intensidad, duración o condiciones bajo las que sucede; en qué condiciones fue adquirida la conducta y qué factores la mantienen; y cuáles son los instrumentos más adecuados para producir los cambios deseados.
Validez: 5
Clínicas: 10
Suplementarias: 6
Contenido: 15
Indicadores de Invalidez: 20 ítems. F sobre 110. Invar sobre 11
Escalas Clínicas:
Escalas de Contenido:
Adiciones, fabulaciones o distorsiones. Detalles crueles. Mayores proyecciones de actitudes agresivas en adultos. Secuencias de muerte, desgracias y accidentes. Las omisiones tienen menor valor a los 6 años, ya que es frecuente que omitan figuras borrosas de la lámina 1 o pequeñas en la lámina 3.
Cuentos cortos, pobres y bloqueados en cuanto a creatividad. No desarrollan el conflicto y se detienen en la necesidad (pasado, presente). Falta de perspectiva de futuro. Finales pesimistas. Temas referentes al hambre, la comida y la satisfacción. Los personajes viven una emoción generalmente desagradable (hambre, tristeza, soledad); no surgen espontáneamente conductas activas para resolver la tensión o privación descrita. Los personajes infantiles son débiles y están a merced de la voluntad de los adultos.
Tipos de juegos y juguetes. Cómo juega, cómo se acerca. Motricidad. Personificación. Modalidad de juego. Adecuación a la realidad y tolerancia a la frustración.
Se evalúa mediante instrumentos como el WISC-III y el WAIS-IV. La discapacidad se caracteriza por limitaciones significativas tanto en el funcionamiento intelectual como en la conducta adaptativa, entendiendo esta como habilidades adaptativas de tipo conceptual, social y práctico. Un CI menor a 69 se considera intelectualmente deficiente.
CIE-11: Deterioro del rendimiento intelectual, disminución de la capacidad de adaptarse.
DSM-V: Incluye tres criterios:
Considerar habilidades adaptativas conceptuales, sociales y prácticas. Se pueden utilizar instrumentos como Vineland (normas chilenas) o ICAP (normas españolas).
Estrategias de evaluación incluyen entrevistas al profesor y a la familia, observación directa y revisión de antecedentes relevantes del desarrollo y anamnesis.
Individuales: Locus de control externo, desórdenes psicológicos, abuso, ausencia de plan vital.
Familiares: Disfunción familiar, estilo autoritario/permisivo, validación de la violencia.
Comunitarios: Acceso a alcohol, comunidades pobres, aislamiento social.
Sociales: Inequidades, violencia en los medios de comunicación, valor cultural del inmediatismo.
Conducta suicida: Desesperanza, alta impulsividad, alto grado de violencia, pobre regulación de los afectos, dificultades para comunicar y pedir ayuda, falta en la resolución de problemas.
Esperado/normal: Cambios de humor, baja leve del rendimiento, preocupación por la apariencia.
Anormal: