Portada » Filosofía » Ética del superhombre nietzsche
Dentro del ataque de Nietzsche al platonismo, resaltar su rechazo al concepto de Verdad. La Verdad es la mentira por antonomasia de la Razón. Por eso Nietzsche modifica el concepto de verdad. Nietzsche entiende que todas las grandes verdades de la metafísica y la ciencia empírico-matemática no son más que abusos gramaticales. Nietzsche defiende así una concepción de la verdad que él mismo llama perspectivismo. Podemos poner a la verdad al servicio de la vida y no a la vida al servicio de la verdad: porque se asume explícitamente que lo que es verdad es verdad porque nos interesa, luego se desenmascara todo intento de esgrimir una verdad desinteresada contra nuestros intereses, nuestras pasiones e instintos.
El fin de su período “metafísico” implica la ruptura con Wagner y el abandono de Schopenhauer y el inicio de su período positivista. Se inspira en Voltaire y los ilustrados franceses, y adopta una postura “positivista” o “científica” para condenar la metafísica (sobre todo, la platónica), la religión y el arte. La figura es ahora “el hombre libre“: En Humano, demasiado humano (1878), la lucidez “científica” – en realidad, crítica psicológica- de que quiere hacer gala Nietzsche le conduce a decir que se trata de una “filosofía de la mañana”. Las otras dos obras de esta época llevan cuyos títulos muy significativos: Aurora (1881) y La ciencia jovial [La gaya scienza] (1882).
Nietzsche pretende despojar a la filosofía del espíritu de pesadez y gravedad, darle pies ligeros de bailarín. Frente a la morbosidad aburrida del moralista disfrazado de filósofo y la gravedad lingüística del oteador de la “Verdad”, Nietzsche contraataca con el espíritu de la jovialidad.
Nietzsche no quiere ser objetivo, sino apasionadamente subjetivo. Y esto es así porque la pretendida Verdad que fundaría la objetividad se da en el seno del lenguaje, que no es sino el producto de un proceso antropológico de creación de metáforas arbitrarias que no alcanza jamás la cosa-en-sí, sino que desemboca en ilusiones, mentiras y ficciones compartidas socialmente. El filósofo debe olvidarse de la Verdad, del más engañoso disfraz de la Razón, para usar el lenguaje en pro de sus fuerzas dominantes y así convertir la verdad personal en expresiones de sus pasiones.
Nietzsche cree que detrás de la moral cristiana se halla la filosofía de Sócrates y Platón. Platón concretó las ideas de Sócrates: dos mundos contrapuestos, el reino de las Ideas y el mundo sensible, desconfianza frente a las pasiones, conocimiento verdadero -ciencia- desinteresado y objetivo, frente al conocimiento interesado y ambicioso -opinión- de los sofistas. La crítica de Nietzsche a la metafísica occidental se dirige a 2 aspectos:
1.Los conceptos básicos de toda la metafísica tradicional: esencia, sustancia, unidad, alma,
Dios, permanencia… son puras ficciones. 2. Dos causas del nacimiento de la metafísica occidental: Origen psicológico de la metafísica: la metafísica es un signo de tendencias antivitales, de un instinto de vida decadente y contrario al espíritu griego anterior. La metafísica platónica es un síntoma de resentimiento ante el único mundo existente, miedo al caos. La influencia de la gramática: la mayoría de las frases de nuestro lenguaje tienen la estructura sujeto-predicado lo que nos lleva directamente a la metafísica aristotélica: sustancia-accidente.
Platón distingue dos mundos: el mundo verdadero y el aparente. El aparente está formando por individuos que son copias de las Ideas, lo percibimos mediante los sentidos y está sujeto a cambio o devenir. El mundo verdadero está formado por Ideas, esencias eternas e inmutables que percibimos mediante la razón.Nietzsche compara las ideas con momias conceptuales. La idea más vacía y la que más ha perjudicado a la humanidad es la Idea
de Dios, que en Platón se identifica con la Idea del Bien.
En el prólogo a Humano, demasiado humano, dedicado a los espíritus libres como Voltaire, Nietzsche escribe que a menudo se sale de sus escritos con una especie de horror y desconfianza hacia la moral y hacia Dios. Es tal la soledad que afronta quien cuestiona tales valores que no duda en resguardarse en cualquier veneración.
Una vez liberado merodea alrededor de lo + prohibido.
A período positivista o ilustrado le sigue la “Filosofía de la mañana“. Un libro para todos y para nadie (1883-1884). Nietzsche elabora sus grandes temas: muerte de Dios, nihilismo, eterno retorno y superhombre. El símbolo con el que Nietzsche desarrolla esta idea es el “eterno retorno“: si pensáramos que cada instante de nuestra vida ha ocurrido ya infinitas veces y volverá a hacerlo en el futuro.
Nietzsche llama platonismo a toda teoría para la que la realidad está escindida en dos mundos: un mundo verdadero, dado a la razón, inmutable y objetivo, y un mundo aparente, dado a los sentidos, cambiante y subjetivo. El platonismo es una filosofía producto de una nefasta influencia del lenguaje, que busca siempre sustancias donde sólo hay devenir y una enfermedad de la vida misma: sólo individuos con un tono vital bajo pueden creer en la fantasmagoría de un mundo trascendente: la cultura occidental se inventa un mundo verdadero (objetivado en Dios gracias al cristianismo) para encontrar consuelo ante lo terrible del único mundo existente, el mundo dionisíaco. El artista es el que Verdad. Dentro del ataque de Nietzsche al platonismo, resaltar su rechazo al concepto de Verdad. La Verdad es la mentira por antonomasia de la Razón. Por eso Nietzsche modifica el concepto de verdad. Nietzsche entiende que todas las grandes verdades de la metafísica y la ciencia empírico-matemática no son más que abusos gramaticales. Nietzsche defiende así una concepción de la verdad que él mismo llama perspectivismo. Podemos poner a la verdad al servicio de la vida y no a la vida al servicio de la verdad: porque se asume explícitamente que lo que es verdad es verdad porque nos interesa, luego se desenmascara todo intento de esgrimir una verdad desinteresada contra nuestros intereses, nuestras pasasiones, nuestros instintos.