Portada » Español » Etapas y tendencias de la Generación del 27
A. Primera etapa: 1918 – 1929
1. Poesía vanguardista: los poetas del 17 se sienten atraídos, sobre todo, por el ultraísmo y el creacionismo. Destacan Gerardo Diego, con Imagen y Manual de espumas, y Alberti, con Cal y canto.
2. Poesía pura: Encaminan su quehacer literario hacia la poesía pura, hermética, desprovista de toda anécdota y desvinculada de lo sentimental y lo humano. Destacan Jorge Guillén (Cántico) y Pedro Salinas (Presagios).
3. Neopopularismo: Los poetas del 27 no entienden lo popular en el sentido del costumbrismo fácil y superficial, sino como expresión del sentimiento más profundo y humano. De forma paralela, la poesía pura y el neopopularismo se ven impregnados de clasicismo formal. Destacan Alberti (Marinero en tierra) y García Lorca (Poema del cante jondo).
B. Segunda etapa: 1929 – 1939: Se muestra un interés por los temas humanos y se adopta una actitud de compromiso con los problemas de su tiempo, comenzando así un proceso de rehumanización.
1. Poesía surrealista: El nuevo interés por lo humano hace que los escritores se tornen surrealistas, pretendiendo revelar una suprarrealidad ofreciendo una imagen totalizadora del ser humano. Para alcanzar ese objetivo recurre a diversas técnicas, como la escritura automática o la transcripción de los sueños. Destacan Aleixandre (Pasión de la tierra), Alberti (Sobre los ángeles) y Lorca (Poeta en NY).
2. Neorromanticismo: Pervive el interés por la tradición clásica centrado ahora en Bécquer, poeta que alienta la poesía amorosa de Pedro Salinas y Luis Cernuda.
a. Salinas → Concibe la poesía amorosa como una experiencia intelectual, lejos del sentimentalismo romántico y desligada de lo circunstancial. La voz a ti debida.
b. Cernuda → Poesía amorosa que figura en tres libros, los dos primeros de estética surrealista: Un río, un amor y Los placeres prohibidos; y, después, Donde habite el olvido
3. Poesía social y política: Durante la Guerra Civil, algunos poetas del 27 adoptaron posturas muy activas a favor de la causa republicana. Tras el conflicto bélico, algunos abandonan dicha posición y comienzan a tratar temas como la II G.M.
C. Tercera etapa: Tras 1939: Al finalizar la Guerra Civil, la mayoría de los autores marcharon al exilio. Sólo permanecieron en España Gerardo Diego, Dámaso Alonso y Aleixandre.
1. Poesía clasista: Gerardo Diego retoma el clasicismo formal de los años 30 y se convierte así en un claro referente de la poesía arraigada de la posguerra.
2. Poesía desarraigada: Excepto Gerardo Diego, el resto de los poetas del 27 padece un profundo sentimiento de desarraigo.
a. Los que sufren el destierro, alternan las diatribas contra los vencedores y la guerra, con la nostalgia de la patria perdida. Estos son Salinas, Guillén y Alberti.
b. Dentro de España, Dámaso Alonso con Hijos de la ira y Aleixandre con Sombra del paraíso, muestran un profundo desazón existencial que concuerda con la caótica y desesperanzada visión del mundo de la poesía desarraigada de la posguerra.
PEDRO SALINAS → En sus primeros libros se ve influido por la “poesía pura” de J. R. Jiménez, desarrollando un conceptismo interior que le lleva a la búsqueda de la esencia, el alma de las cosas. Utiliza un lenguaje denso y aparentemente sencillo. Tras su obra Presagios, desarrolla tres etapas: vanguardista, amorosa y la poesía en el exilio.
JORGE GUILLÉN → Es el poeta que más se acerca a la poesía pura de J. R. Jiménez. Le caracteriza una propia estilización del lenguaje, muy depurado. Destacan sus obras Cántico, Clamor, Homenaje y Final.
GERARDO DIEGO → Muestra un equilibrio entre tradición y vanguardia con variedad de temas, tonos y estilos. En su poesía se distingue una corriente tradicional, con obras como El ciprés de Silos, y una corriente vanguardista, con obras como Manual de espumas.
DÁMASO ALONSO → Es el máximo representante de la poesía desarraigada, a la que pertenece su obra más importante, Hijos de la ira. También escribe poesía pura, como en Poemas puros. Poemillas de la ciudad.
VICENTE ALEIXANDRE → Será el poeta que más influya en la posguerra. Dividimos su obra en dos etapas: la primera, etapa de la naturaleza y el amor, donde expresa su deseo de fusión con la naturaleza, ve al hombre como algo imperfecto y que causa dolor, y emplea un lenguaje surrealista. Todo ello se puede observar en obras como Pasión de la tierra o La destrucción o el amor. Su segunda etapa, etapa del hombre, desarrolla una visión más positiva del hombre y aparece el sentimiento de solidaridad, reflejado en obras como Historia del corazón.
LUIS CERNUDA → Recoge toda su poesía en una obra titulada Realidad y deseo, un conflicto que en Cernuda se agudiza debido a su homosexualidad. Influirá posteriormente en los años 50 y 60. Destacan obras como Los placeres prohibidos.
RAFAEL ALBERTI → Desarrolla una gran variedad de temas, tonos y estilos. Siente una gran admiración por los clásicos, y entre la variedad de su obra encontramos Marinero en tierra (poesía tradicional), Sobre los ángeles (poesía surrealista) o Poeta en la calle (poesía social).
MANUEL ALTOLAGUIRRE → Desarrolla una poesía transparente, sin deshumanización ni tonos vanguardistas. Las islas invitadas.
EMILIO PRADOS → Se puede observar en su obra una gran influencia de J. R. Jiménez y de las formas populares. Se diferencian tres etapas: surrealista (La voz cautiva), social (Llanto en la sangre) y exilio (Jardin cerrado).
FEDERICO GARCÍA LORCA → Su primera obra, Libro de poemas, es una evocación nostálgica a la infancia, con poemas de contenido muy variado, pero con una honda crisis juvenil. Es aquí donde podemos observar una mayor influencia de Bécquer, J. R. Jiménez y otros. Tras esto, su obra se desarrolla en dos etapas:
– Poesía pura con toques vanguardistas: Canciones, Poema del cante jondo y Romancero gitano.
– Poeta en Nueva York: esta obra da comienzo a la segunda etapa con una crítica a lo deshumanizado de Nueva York. Se rehumaniza el arte con temas como la frustración, la angustia… También encontramos otras obras como El llanto por Ignacio Sánchez Mejías y Diván del tamarí.
Su poesía es casi siempre muy subjetiva y gira en torno a sus 3 vocaciones (obsesiones vitales): mujer, poesía y muerte. Por otro lado, concebía la poesía como un proceso de permanente perfeccionamiento, transformando poemas en verso a prosa. Es el poeta que encuentra la palabra exacta para nombrar las cosas en toda su plenitud. La mano conductora del poema es la inteligencia. Él no quiere recrear o reproducir la realidad, sino hallarla de nuevo para mostrar.
Su obra sigue una evolución, que él mismo explica en su poema Eternidades: muestra que se trata de una progresión suave donde poco a poco se va quedando con lo esencial, eliminando la ornamentación:
– Primera etapa o sensitiva: a su vez se divide en dos periodos:
o Primero compone versos sencillos y neorrománticos, con una clara influencia de Bécquer. De este periodo son las obras “Arias tristes” y “Ninfas”.
o Poco a poco se va cargando de adornos y recursos modernistas. Un ejemplo es “La soledad servirá”.
Tras la composición de su obra Diario de un poeta recién casado, J. R. Jiménez supera el modernismo y vive sus dos nuevas etapas:
– Segunda etapa o intelectual: se va alejando progresivamente de los alardes formales del Modernismo y somete a su obra a un paulatino proceso de depuración que culmina en la poesía pura. Este ideal de pureza lo alcanza con Diario de un poeta recién casado y con Eternidades.
– Tercera etapa o suficiente: en esta etapa su obra alcanza la máxima depuración y se inclina por el verso libre. Encontramos obras destacadas como Animal de fondo, En el otro costado o Dios deseante y deseado.