Lesiones por Arma Blanca

Aunque de modo sistemático pensamos en cuchillos o navajas al hablar de armas blancas, hay muchos objetos que eventualmente atacan la superficie corporal con un filo, una punta o ambos, de modo que nos permiten clasificar las armas blancas en:

• Cortantes
• Punzantes
• Cortopunzantes
• Cortantes y contundentes

Esquemáticamente, podemos resumir las características de las armas blancas y las lesiones que provocan en el cuerpo humano, como vemos a continuación.

Armas Cortantes

Son instrumentos delgados en forma plana (hoja), poco espesor y que actúan por el filo (cuchillos, cuchillas, navajas, bisturíes, cristales, etc.). Su acción es mayor cuanto más oblicuo o agudo es el ángulo con el que actúa el arma y, desde luego, cuanto mayor fuerza se aplica en la interacción con la piel, en vez de, simplemente, deslizar el arma. Por el mecanismo de acción se pueden clasificar en:

• Lineales. Con acción perpendicular a la piel. Forman un canal en la misma, con bordes (regulares y limpios, según el filo del arma) y cuya retracción posterior depende de que existan adherencias a planos profundos (como en el cráneo), paredes hacia el interior y «colas» o extremos de ataque y terminal (más larga, generalmente).
• Colgajo. Mediante un corte oblicuo, cortando en bisel.
• Mutilante. Sobre todo cuando actúa en partes salientes (orejas, mamas, etc.).
• Atípicas. Rozaduras o erosiones, en puente o zigzag (áreas de pliegues como escroto o párpados), irregulares (falla de filo o melladura en el arma).

El pronóstico de las heridas cortantes depende del arma usada, su filo, su limpieza, etc., así como de la zona anatómica herida y la hemorragia que siga.

Cuestiones Médico-Legales Derivadas del Estudio de las Armas Blancas

• Heridas vitales o posmortales. En términos generales de estudio necróp­sico, se puede apoyar el diagnóstico de vitalidad de las heridas, es decir, si se han producido en vida, si hay hemorragia, si se han retraído los bordes de la herida, si se propulsa el tejido adiposo o si hay coágulos adheridos. La histología o las técnicas de laboratorio bioquímico pueden ser útiles para reforzar el criterio de vitalidad de la herida.
• Origen suicida, accidental, homicida. No existe una regla general. El diagnóstico de la etiología de la herida debe apoyarse en criterios deductivos, tales como:
  • Localización de la herida. El suicida elegirá zonas anatómicamente accesibles y fácilmente mortales, en general. Asimismo, las heridas de defensa indican la acción de terceros. Una decapitación suele ser homicida por la violencia que requiere, si bien no puede descartarse la acción suicida. Finalmente, la apertura abdominal suele ser homicida o bien suicida si se asocia patología mental.
  • Número de heridas. Sin descartar que múltiples heridas sean causa de un suicidio.
  • Examen de vestidos y entorno de la víctima. Por ejemplo, el homicida no tiene reparo en apuñalar a la víctima con la ropa puesta.
  • Dirección de la herida cervical. El suicida inicia el corte en el lado contrario a su mano principal y hacia abajo, terminando antes de llegar al lado contrario; igualmente suele ser menos profunda y rara vez es uniforme o única, teniendo heridas de «tanteo».
  • Sangre en la mano del agente ejecutor, un tercero o la misma víctima en un suicidio.
• Identidad del arma. Generalmente, lo más que puede hacerse es corroborar si un arma concreta ha podido dar las heridas objetivadas.
• Orden de las heridas. Algo que puede deducirse, en principio, de las áreas anatómicas afectadas (las más graves suelen ser las últimas). Si dos heridas se superponen, deberán aproximarse los bordes y comprobarse cuál de ellos se retrae; es decir, que fueron hechas en vida.

  Otra «ventaja» será si la misma arma lesiva actúa en todas las heridas pero se ha producido una «mella» en ella, de modo que las primeras heridas no tienen la marca de tal defecto.

• Posición del agresor y la víctima. Lo más práctico es superponer las heridas a la declaración del agresor o de los testigos.

  Se puede completar con el estudio de la propia herida, la víctima y el supuesto agresor.

  En términos generales, las lesiones en la parte anterior se infringen cuando ambos están frente a frente, pero no es sistemático.

• Violencia de los golpes. Es algo que depende sobre todo de la profundidad de la herida, si bien algunas heridas profundas se deben a armas bien afiladas aunque no se haya aplicado gran violencia.