Portada » Psicología y Sociología » Estructuras Cerebrales y Tipos de Memoria: Funcionamiento y Procesos
La memoria requiere de la participación de múltiples estructuras y áreas cerebrales. Entre ellas, se encuentran las localizadas en el lóbulo temporal medial y el sistema límbico, como el hipocampo, el tálamo y la amígdala. La corteza cerebral, el cerebelo y el cuerpo estriado también cumplen funciones para la memoria.
En relación con la bioquímica, la acetilcolina y el ácido gamma-aminobutírico son los neurotransmisores principales.
El hipocampo tiene importantes funciones en la formación de nuevos recuerdos autobiográficos. También el rendimiento de tareas conlleva el uso de la memoria de localización espacial, como resolver un laberinto.
Ciertos núcleos del tálamo están implicados en procesos de almacenamiento de la información anterógrada. La amígdala es la estructura más importante en el registro de recuerdos.
El cerebelo y el cuerpo estriado participan en el almacenamiento y la recuperación de tareas que se han aprendido. Se piensa que están muy relacionadas con la memoria implícita (almacena información de forma inconsciente), la memoria procedimental (participa en el recuerdo de habilidades motoras) y la formación de hábitos.
Se cree que la corteza del lóbulo frontal interviene en las estrategias de almacenamiento y la recuperación de los recuerdos, inhibiendo la información irrelevante. El estudio de personas con lesiones en la corteza prefrontal indica que las personas son capaces de recordar los acontecimientos importantes de su vida, pero no saben ubicarlos antes o después en su biografía. También se sabe que desempeña un papel importante para la memoria de trabajo. La función más importante de la corteza cerebral es su implicación con la memoria a largo plazo. Se piensa que se localiza en diferentes áreas corticales.
Cuando aprendemos algo nuevo, se forman caminos de neuronas conectadas entre sí. Si de manera repetida y constante seguimos activando las mismas neuronas, estas se conectan cada vez con mayor fuerza y facilidad, creando un circuito neuronal cada vez más robusto. Esto ocurre principalmente en las neuronas del hipocampo y de la corteza cerebral.
El hipocampo de personas traumatizadas, como víctimas de accidentes o de agresiones físicas o psíquicas, es de menor tamaño que el de la población sin antecedentes traumáticos. Se cree que pueden afectar a los sistemas atencionales promoviendo un estado de hipervigilancia. También estarían afectados los mecanismos de regulación emocional, de regulación conductual, y la empatía.
La sensación, la percepción y la memoria son procesos cognitivos íntimamente relacionados. Broadbent fue el primero en proponer la existencia de un almacén para la información sensorial. Atkinson y Shiffrin plantearon almacenes para cada una de las modalidades sensoriales.
Neisser ideó la existencia de un registro para la información sensorial, de capacidad limitada y corta duración. Además, propuso dos tipos de memoria sensorial: la memoria icónica y la memoria ecoica.
Hoy en día sabemos que la memoria sensorial registra información procedente de todos los sentidos. La memoria háptica almacena la información que obtenemos del tacto. La memoria gustativa nos permite recuperar información sobre sabores. Y la memoria olfativa es una de las memorias sensoriales más importantes.
La información que proviene de los sentidos, tras pasar por la memoria sensorial y antes de guardarse en la memoria a largo plazo, pasa por un almacén a corto plazo. La información dura poco tiempo en ella.
La mayor parte de las tareas que llevamos a cabo en la vida cotidiana (tener una conversación, recordar un número de teléfono…) son posibles gracias a la memoria a corto plazo. Aunque su capacidad es pequeña, puede entrenarse y aumentar.
Esta memoria guarda la información unos pocos segundos. Alan Baddeley y Graham Hitch llamaron a la memoria a corto plazo como memoria operativa o memoria de trabajo.
En el año 2000, Baddeley propuso un modelo de memoria operativa como sistema multicomponente. Las funciones de estos sistemas son las siguientes:
Almacena de forma duradera la información importante para las personas. Contiene conocimientos del mundo; de la realidad social y cultural; de la historia y de nuestros recuerdos autobiográficos, y del lenguaje y los significados de los conceptos. También se almacenan aquí nuestras destrezas y habilidades para la realización, por ejemplo, de un deporte o un oficio. La memoria a largo plazo almacena todo lo que vamos aprendiendo a lo largo de la vida.
Tulving distinguió dos tipos de memoria a largo plazo.