Portada » Lengua y literatura » Estructura interna de el mañana efimero
“Un día habrá una isla”
Pedro García Cabrera (1905, Vallehermoso-1981, Santa Cruz de Tenerife) es un poeta canario, autor del poema que nos ocupa. Toda su obra se encuentra condicionada por varios factores, como la dictadura de Franco, su condición de isleño, su compromiso social y político, etc. En 1971 escribió Las Islas en que vivo, libro al que pertenece el poema que se encuentra a nuestra disposición. Además, este poeta pasó parte de su vida encarcelado, aproximadamente unos diez años, factor que afectará notablemente toda su obra personal, así como su vida, pues reivindicará constantemente la libertad. El tema principal del poema es la ausencia de esta misma libertad anteriormente nombrada, tanto física como de expresión. La condición personal de libertad anhelada del autor se ve reflejada en el poema, que es representada a través de un símbolo: una isla, donde todos, a través de la lucha, logran alcanzar la deseada liberación. También se refiere al sufrimiento de la gente, puesto que García Cabrera era un hombre comprometido con la sociedad, por lo que su preocupación se encuentra claramente plasmada en el poema. Por último, afirma que dicha libertad será alcanzada gracias a la unión de todos los afectados. Con respecto a la métrica, nos encontramos con un poema compuesto por versos endecasílabos y heptasílabos al gusto del autor, sin seguir una estructura determinada, por lo que se trata de una silva. Por otro lado, como la rima podemos observar ligeras asonancias. Desde el punto de vista estilístico, el poema en cuestión está bastante ornamentado con los siguientes recursos: En este poema encontramos dos significativas metáforas: una de ellas hace referencia al lugar donde encontrará libertad, así como su esperanza de alcanzarla en un esperanzador futuro (“Un día habrá una isla”), mientras que otra alude a la lucha que deberán llevar a cabo todos para conseguirla (“Combate en que muero y en que vivo”). En esta expresión podemos encontrar también una llamativa antítesis, con la que el autor expresa el dolor que siente ante tal situación, de una manera que roza casi la paradoja. Estas metáforas forman a su vez una alegoría, pues se representa de manera constante la necesidad de encontrar la esperada libertad con el uso de numerosos elementos relacionados (“isla”, orilla”, ”mar”). Las anáforas también realizan un importante papel, puesto que con ellas el autor logra dotar de relevancia ciertas partes del poema, mediante la repetición de sus componentes. Dicho recurso se refiere a la libertad de expresión (“Que no sea silencio amordazado”) y a los luchadores que no desisten en esta insistente batalla (“Aquellos que no cesan… /aquellos que no pierden”). Además, podemos localizar una discreta metonimia en la mitad del poema (“Manos de esperanza”), que el poeta emplea para aludir a la necesidad de la unión de todos los afligidos ante este mal momento, pues de esta manera serán capaces de lograr aquello que sueñan: la querida libertad. Por último, destacaremos una personificación de carácter muy isleño (“La alegría del mar”), en la que se puede observar claramente la anteriormente nombrada condición insular del autor.
Josefina de la Torre (1907, Las Palmas de Gran Canaria – 2002, Madrid) es una poeta canaria, autora del poema: “Me busco y no me encuentro”. Dicha grancanaria destacó por su carácter polifacético, pues aparte de la poesía dedicó parte de su vida a otras actividades, como el periodismo, el canto lírico… Además, fue un referente en la cultura de la época y fue realmente conocida por el modernismo. El tema principal del poema es el intimismo, puesto que mediante el uso de un tono existencial la poeta expresa su vacío interior, fruto de su inexistente maternidad. Este sentimiento se ve claramente reflejado de manera figurada en la parte central del texto (“Y no pude ser tierra, ni esencia, ni armonía”). Con respecto a la métrica, no encontramos una estructura concreta. A pesar de que Josefina de la Torre en muchas ocasiones empleó metros clásicos, como sonetos, en el poema hace uso del versolibrismo, que es representado en un reducido poema de trece versos. Desde el punto de vista estilístico, este poema fue escrito mediante el empleo de una lengua cuidada y de un léxico con claras connotaciones pesimistas, con el que la poeta nos expresa su frustración y tristeza, como hemos nombrado anteriormente (“herida”, “sombra”, “desalentada”, “incertidumbres”, “vacío”…). Por otro lado, se debe destacar el elevado número de recursos empleados en tan reducida extensión, entre los cuales mencionaremos los siguientes: El poema se encuentra encabezado por una significativa sentencia (“Me busco y no me encuentro”), que roza casi la paradoja, con la canaria expresa su estado de ánimo de confusión y desorientación. También observamos la aparición de numerosos epítetos, usados para expresar una serie de sentimientos, como su anhelo por no alcanzar la realización personal (“torpe vacío”), su sensación de “descomponerse” poco a poco (“desalentado y lento desgranarse”) o la falta de respuestas (“sordas paredes”). Cabe destacar el empleo de varias personificaciones (“interrogo al silencio”, “sordas paredes”), con las que dota de personalidad a diversas realidades y con las que, a su vez, representa nuevamente su sufrimiento ante la situación presentada. Además, las metáforas juegan un importante papel en la obra (“Tanteando la noche de todas las esquinas”, “El eco de mis incertidumbres”), entre las que podemos encontrar una metáfora de gran relevancia, con la que reitera su desorientación en la vida y su incapacidad para ver la luz (“Como dormida en las tinieblas”). De hecho, la poeta expone tras una serie de metáforas sus más profundos pensamientos y su dolor ante la imposibilidad de haber engendrado vida y concretamente, en esta parte del poema, encontramos sentido completo al mismo, pues es donde se descubre la causa de las penas de la autora. Estas sensaciones las expresa en el primer verso mediante el uso de polisíndeton, para así ralentizar la acción (“Y no pude ser tierra, ni esencia, ni armonía”) y en el segundo, con otra enumeración de metáforas, pero en esta ocasión con el uso de asíndeton (“Fruto, sonido, creación, universo”), con los que esta canaria proporciona rapidez, para evitar centrarse en dicha realidad.
El mañana efímero Antonio Machado nace en el Palacio de Dueñas, Sevilla, en 1875 y muere en Francia tras haberse exiliado antes de que acabara la Guerra Civil en 1939. Fue un miembro tardío de la Generación del 98, pues en sus inicios adopta rasgos del Modernismo. Entre sus obras destacan Soledades y Campos de Castilla. Esta última fue publicada en 1912, pero la edición definitiva en la que se incluyen poemas dedicados a su esposa, Leonor, se publicó en 1917. En el poema se plantea el tema de España, tópico recurrente y característico de los autores de la Generación del 98, que expresa de forma subjetiva el malestar que sufre el país tras la crisis colonial. Esta crítica está hecha con mucha dureza, pero, al mismo tiempo, con amor, con la esperanza de que la situación se resuelva. El autor personifica a España como un país sin inquietudes; sin personalidad, pues copia modas extranjeras (“a la moda de la Francia realista”) y que vive obsesionado con la fiesta (“La España de charanga y pandereta”, “devota de Frascuelo”) y la religión (“cerrado y sacristía”, “devota de María”). Mantiene que este presente degenerará en un futuro inmediato similar (“El vano ayer engendrará un mañana vacío”). Sin embargo, al final del poema, plantea un futuro esperanzador (“Mas otra España nace”); sugiere que este reside en los jóvenes trabajadores (“la España del cincel y de la maza”) y rebeldes (“España de la rabia y de la idea”). En cuanto a la métrica, se trata de una silva, compuesta, en su mayoría, por versos endecasílabos, que combina con algunos heptasílabos, sin seguir una estructura determinada. La rima, también consonante, tampoco sigue un orden fijo. Este poema de Antonio Machado está plagado de recursos literarios, lo que demuestra su gran complejidad. Presenta una abundante adjetivación, destacando los adjetivos epítetos (“infalible mañana”, “luengo parto”, “sagradas tradiciones”), que persiguen acentuar su particular visión del pésimo momento que vive el país. Encontramos, además, entre otros muchos recursos estilísticos, algunas metonimias (“España de charanga y pandereta”, “la España del cincel y de la maza”). La continua comparación entre el pasado y el futuro va acompañada de una antítesis (“El vano ayer engendrará un mañana vacío”). También encontramos una cierta antítesis al nombrar los dos grandes vicios del español, aludidos en varios momentos: de un lado, su obsesión por la fiesta; de otro, por la religión. Destaca una llamativa comparación sobre la desagradable visión de la España del momento (“Como la náusea de un borracho ahíto de vino malo, un rojo sol corona de heces turbias las cumbres de granito”). Como habíamos mencionado anteriormente, el autor utiliza de forma repetida la personificación, cuando atribuye características animadas a España (“España que ora y bosteza”, “España nace”). Para añadir un matiz enfático a la crítica, utiliza la anáfora (“Esa España que ora y bosteza”/ “esa España que ora y embiste”). El mismo motivo persigue la repetición de algún verso en el que solo se advierten pequeñas sustituciones de algunas palabras por otros sinónimos (“El vano ayer engendrará un mañana vacío”/ “El vacuo ayer dará un mañana huero”).
Datos técnicos + de que clase de texto se trata (opinión)
A quien va dirigido + si utiliza un registro formal, algún coloquialismos o tecnicismos
Tipo de opinión: columna, carta al director (anónimo) o editorial
Apelativaà espera una respuesta
Expresivaà expresa sentimientos
Referencialà informa con objetividad (nunca se incluye)
Metalingüísticaà utiliza un lenguaje muy culto
Estéticaà emplea el uso de recursos literarios
Fáticaà demuestra que la comunicación sigue abierta
Temaà sobre lo que versa el texto, es decir, el objetivo
Resumenà reproducción breve del texto (evita ejemplo, anécdotas, etc.)
Tésisà el posicionamiento del autor ante el tema, la idea de la que nos quiere convencer
Estructuraà distribución de las ideas en el texto
Deductiva= 1º ideas y después el argumento
Indeductiva= finaliza con la tésis
De encuadre= la tésis está en todos los argumentos
La importancia y/o actualidad del tema (por que)à explicar con los argumentos que da el autor
Estadísticas, cifras, citas, noticias, comparación, refrán, acontecimientos históricos u de otro tipo.
Campo semántico: palabras relacionadas al tema y todo lo que tenga que ver con ello (entre comillas)
Sinónimos: sacarlos de las ideas claves